El murciano Antonio Chacón es el nuevo Presidente del Jurado del Concurso Camarero del Año. Pocas personas en el país tienen más formación y experiencia como para ejercer dicha función. Nacido en Cuatro Caminos, en la pedanía murciana de Zarandona, Antonio “ha mamado” el oficio desde la cuna. Con apenas cinco añitos ya asomaba la cabeza por la barra del bar que regentaban sus padres. Allí empezó un largo camino que le ha llevado hasta ser uno de los profesionales de sala y expertos en hostelería, más prestigiosos de Murcia y de España.
Maître, sumiller y Barista Skills (Speciality Coffee Association), profesor de Sala en el Centro de Cualificación Turística de la Región de Murcia (Instituto de Turismo de la Región de Murcia), profesor de Servicio y Atención al Cliente en el Grado de Gastronomía en la Universidad San Antonio Ucam en la capital murciana, presidente de la Asociación de Profesionales de Sala de la Región de Murcia y vicepresidente Coordinador del concurso Camarero del Año. También es asesor gastronómico, formador homologado de los vinos de Jerez y Montilla Moriles, miembro activo en la Federación Nacional de Sala y miembro de la directiva de la Asociación de Barman de Castilla León. Con este currículum aún le queda tiempo para publicar dos libros de hostelería y para firmar en la revista Gastrónomo durante una década la sección “Secretos de Sala". Miembro de WaiterServices (la primera agencia de profesionales de sala en España), también es coordinador general del Congreso de Gastronomía Región de “Murcia Gastronómica”, y coordina los espacios gastronómicos de la RM en San Sebastián Gastronómica, Alicante Gastronómica, Fitur y Madrid Fusión, entre otras. Y además, es gerente de Antonio Chacón Hostelería, empresa dedicada a crear eventos dentro y fuera de la región, siendo su especialidad la búsqueda constante de un servicio excelente en sala.
Antonio, antes de nada, felicidades por su nombramiento como nuevo Presidente del Jurado del Concurso Camarero del Año, certamen al que está vinculado desde hace años ¿Qué ha supuesto para usted este nombramiento?
AC. Muchas gracias, creo que es un reconocimiento a todos estos años de trabajo, primero como jurado, luego jurado técnico, más tarde jurado coordinador y ya en mi última etapa, como vicepresidente. En todos estos años, siempre tuve el compromiso firme de dar mi mejor versión, poner mis conocimientos, todas mis ganas y mi experiencia para hacer que este concurso sea un referente, no solo nacional (que lo es sin duda alguna), también internacional y ser ese espejo donde todo el sector se puedan mirar y utilizar, para profesionalizar aún más a su personal de sala. La gran familia, que es El Camarero del Año, me ha tratado siempre con respeto y cercanía, ha sido un trabajo de equipo y ha conseguido ser un motor de motivación para el sector.
¿Qué objetivos se marca como Presidente del Jurado? ¿Qué reto se ha marcado?
AC. Pues ante todo, que sigamos en esta cadena ascendente de profesionalización del sector de la sala y mostrar a todo el mundo la importancia de tener a los mejores profesionales, para que en todo momento, sean la imagen del local, acompañando y multiplicando los platos, la decoración, los vinos, etc.
Mi reto personal es hacer ver a los empresarios de todo el territorio nacional, que deben apostar por la sala para dar el mejor de los servicios, posicionando aún más sus locales y poniendo en valor el trabajo de todo el equipo humano que conforma su negocio.
AC. Pues, sobre todo, porque visualizan la gran labor del personal de sala, sus habilidades, y destrezas. También porque sitúan el trabajo de tantas especialidades que, sin duda alguna, están encaminadas a hacer más felices a los comensales y también, por qué no decirlo, poner cara a esas personas que pueden ser un referente para esos futuros profesionales, así como tener modelos a los que querer imitar.
¿Qué cualidades cree que ha de tener, hoy día, un camarero?
AC. Ante todo, don de gentes, empatía, amar su trabajo, querer mejorar cada día, aprender y controlar cada parte de su trabajo, estudiando y especializándose en barista, coctelería, sumiller (aceite, aguas, quesos, etc.), atención al cliente, idiomas, etc.
¿Cree que el oficio, la profesión de camarero, está “en crisis”, está siendo devaluada por las nuevas praxis de algunos hosteleros que contratan a personal poco cualificado?
AC. ¿En crisis? Para nada, lo que si creo es que hay hosteleros que aún no se han dado cuenta de que el éxito de su negocio, en parte, está en tener personal de sala cualificado, motivado, así como reconocido y pagado. Tengo muchos compañeros de profesión que así lo hacen y les va de maravilla y, además, son conscientes de que su éxito se basa en valorar y reconocer a su equipo de forma equitativa, desde cocina, office, sala o limpieza.
¿Es la desmotivación del las nuevas generaciones el gran “cáncer” de la profesión?
AC. Mira, soy segunda generación de hosteleros, he aprendido y amado esta profesión gracias a mis padres y debo decirte que mis hijas, aunque han estudiado otras carreras, me manifiestan lo felices que les hace trabajar conmigo en la empresa, lo privilegiadas que son cuando atienden a los clientes y estos, les felicitan por su buen hacer. Muchos jóvenes lo que quieren ver en esta profesión es que esté normalizada, con horarios, con sueldos equiparados a su formación y es ese el camino para que no haya desánimo, y lo vean como lo que es, la profesión más bonita del mundo (al menos para mí). Hoy en día existen muchas escuelas de hostelería, centros de formación, donde todos estos jóvenes encuentran la oportunidad para formarse y emprender una carrera laboral.
¿Cuál es, a su parecer, el presente y el futuro del personal de sala?
AC. Pues, como te decía anteriormente, el presente y el futuro pasa por la especialidad, la formación y cualificación del personal, pasa por el sentido común tanto del empresario como del trabajador. También deben imperar nuevos sistemas laborales, basados en modelos de otros países, donde los turnos hacen mucho más fácil la conciliación familiar, y poder dedicarse a hacer otras cosas, tan necesarias para el día a día de una persona.
Cada vez se van viendo en determinados bares o restaurantes de España más “robots camareros” ¿Qué opina de estos “avances tecnológicos”?
AC. Hay cosas que jamás podrá sustituir un robot, y no digo que me parezca descabellado que se hagan ciertas incorporaciones robóticas, solo que ciertos momentos, cercanías o experiencias no se pueden sustituir.
El año pasado tuve la oportunidad de viajar a la exposición universal en Dubai por motivos laborales y allí pude ver ciertos robots que te preparaban una copa, créeme, nada que ver, demasiado frío.
También hay otros avances aplicados a su sector, como por ejemplo, las aplicaciones de comandas y pagos automatizados, como por ejemplo, Yummin?
AC. La tecnología es un medio, no un fin y se encuentra a nuestro alcance para servirnos y hacernos más sencillas ciertas tareas. Todas estas aplicaciones, no solo son positivas, sino que se hacen imprescindibles en nuestros negocios y debemos saber aplicarlas a nuestro día laboral. Debemos verlas como lo que son, herramientas de trabajo, que además, debemos adaptarnos a su manejo y por complicadas que parezcan están para hacernos la vida más fácil.
En lo profesional, personalmente, ¿cómo se define?
¿Qué tres consejos le daría a un joven indeciso que no sabe si dar el paso o no darlo hacia su profesión?
AC. Primeramente, que les guste este mundo, que sean capaces de visualizarse en él y sentirse orgullosos de poder decir que son camareros. Segundo, que no dejen de formarse jamás, pues en la cualificación estará la base para tener un puesto digno, bien remunerado y valorado. Y tercero, pero no menos importante, que sean capaces de conciliar este maravilloso mundo de la hostelería con esas pequeñas/grandes cosas que dan sentido a la vida: familia, amigos, tiempo libre y algo muy importante, el respeto a uno mismo.
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