Ureña, finalista del Concurso Camarero del Año
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Albert Ureña, responsable de sala del restaurante Sucapa

"La gente tendría que valorar más nuestra profesión. Pero también nosotros, los camareros"

A veces, los pequeños restaurantes de barrio se hacen grandes espacios gastronómicos gracias a la buena conjunción entre el trabajo de la cocina y de la sala. En el restaurante Sucapa, de L’Hospitalet de Llobregat, lo saben bien. Allí Albert Ureña (Santa Coloma de Gramenet, 1996) es el responsable de hacer llegar en sala los creativos platos y platillos del chef. 

La clave de su éxito, profesionalidad, pero también trato cercano y familiar, y un gran conocimiento de la sala, los vinos y la cocina.  

¿Qué es lo que más te motiva de tu oficio, de la sala?

AU. Lo que más me gusta de mi trabajo es ver que la gente se va contenta y saber que has hecho un buen trabajo. Porque cuando los comensales se van felices del restaurante  es señal de que hay un buen trabajo detrás. 

¿Por qué y cómo acabas dedicándote a la sala? 

AU. No hay nada concreto que recuerde yo que me impulsara. Lo que sí sé es que desde muy pequeño siempre he tenido claro que quería dedicarme a la hostelería. Así que cuando acabé los estudios de bachillerato, pasé a estudiar pastelería en la Joviat de Manresa. Luego hice cocina y servicios. Y cuando acabé hice cursos de coctelería. Ahora sigo formándome, estoy haciendo el Diploma Superior de Sumillería del CETT. Y, actualmente, estoy en sala porque soy una persona a la que le gusta variar mucho. Pero es cierto que a mí la sala siempre me ha atraído mucho, más que la cocina. Pero siempre he ido cambiando de cocina a sala y viceversa.  

¿Qué es lo que más te gusta de la profesión? ¿Y qué es lo peor de tu oficio?

AU. Lo que más me gusta de la sala y lo que menos es lo mismo: el contacto con la gente. Suele ganar siempre la parte positiva, pero hay momentos en los que no es agradable la interacción con el cliente. Pero, como digo, suele ganar la parte positiva, que es lo que más me llena. 

¿Recuerdas cuál fue el mejor servicio y el peor de tu vida? 

AU. He tenido muchos. Pero para mí, el mejor servicio es aquel que en un principio parecía que no iba a ir bien, y al final, gracias a una organización y al buen trabajo del equipo, ha hecho que acabara de forma impecable. Y el peor… No recuerdo ninguno en concreto, pero seguramente alguno de un sábado noche cuando ya todos estamos faltos de energía, de toda la semana. 

¿Qué cualidades debe tener un buen camarero?

AU. La cualidad más importante es la buena comunicación con el cliente, eso es fundamental. Porque puedes tener una buena formación, una buena técnica, hacerlo todo perfecto, pero el cliente se va a quedar siempre con una cosa: que haya habido una comunicación e interacción. 

Albert, estás a las puertas de proclamarte Mejor Camarero del Año. ¿Qué supone para ti haber llegado a la final?

AU. Pues mucha alegría, porque al final estás dando prestigio a una profesión muy bonita. Además, llegar hasta aquí es mucho porque todos teníamos un nivel muy alto. 

¿Y cómo te prepararás para la final?

AU. Pues como hasta ahora. Teniendo muy claro lo que tengo que hacer. Porque tanto en concursos como en tu trabajo, hay que tener muy claro lo que tienes y lo que quieres hacer. Y, pasar a practicar hasta que salga a la perfección, siempre teniendo en cuenta el tiempo. Además, después de pasar la semifinal, el siguiente paso es arreglar todos los errores que yo me he detectado, que han sido muchos. Así que a pulirlo todo y a trabajar. 

¿Qué hace falta para que el oficio de camarero esté mejor valorado?

AU. Hace falta que la gente lo valore más, pero también que nosotros mismos, los profesionales de sala nos lo creamos más. Que hagamos cumplir las condiciones y derechos laborales y que no nos dejemos manipular. En los últimos años, en este tema se ha avanzado mucho, pero hay que seguir. 

¿Cómo te gustaría verte (profesionalmente) en un futuro?

AU. Como digo, me gustaría seguir en este sector. No sé si en primera línea o como formador. Para mí es bastante interesante formar a nuevas generaciones en este sector. Incluso en las actuales, ya que es importante seguir aprendiendo.