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Bas Eickhout, ponente de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo, ha publicado un dossier con 113 enmiendas, sobre la eliminación acelerada de la producción y el consumo de gases fluorados para 2050. Iniciativa formulada "para alinearse con el objetivo europeo de neutralidad climática y no seguir la enmienda de Kigali que no prevé la eliminación de HFC para esa fecha", según Eickhout. 

Para no "repetir los errores del pasado", Bas Eickhout propone prohibir los famosos gases de varios sectores, como la refrigeración, el aire acondicionado, las bombas de calor y los interruptores. 

En resumen, el ponente propone:

Algunos sectores empresariales han reaccionado en contra de este   informe preliminar, que parece una provocación deliberada y que ignora todas las limitaciones e imposibilidades técnicas, de seguridad y regulación legal que se le han expuesto

El boom del food delivery en España, como en otros países europeos, hace preciso no olvidar que la proliferación del uso de envases de un solo uso y el residuo orgánico que genera el alto pedido de comidas para su consumo fuera de los restaurantes está alterando los objetivos de sostenibilidad, no sólo de las empresas prestatarias del servicio, afectando su huella de carbono, sino también el de las haciendas locales cuya misión es la recogida selectiva de residuos, orgánicos o no. 

 

A esta conclusión ha llegado la Fundación de Restaurantes Sostenibles, que viene avalada por datos recogidos por la Universidad de Estocolmo que, desde el Stockholm Resilience Centre, ha calculado cómo los índices de sostenibilidad pueden quedar afectados por el uso de nuevas herramientas de foodtech, tales como la oferta de proteínas alternativas, el uso de la agricultura vertical, el block chain o el food delivery. 

 

En el caso del food delivery, "La investigación demuestra que comer en restaurantes en lugar de en el hogar, mediante food delivery, podría reducir la cantidad total de emisiones de gases de efecto invernadero en un 68% por comida", explicó la autora principal del estudio, Anne Charlotte Bunge. Porcentaje que se atribuye principalmente a las consecuencias del importante volumen de residuos que genera el uso de envases de plástico, que alojan las comidas entregadas. 

"Las tecnologías del sistema alimentario a menudo están rodeadas por un halo de sostenibilidad", dijo Bunge. "Muchos de ellos se esfuerzan por reducir el impacto climático, pero ignoran otras dimensiones de la sostenibilidad"

Los investigadores, autores del estudio, pidieron un nuevo "marco de evaluación de sostenibilidad" para ayudar a guiar las inversiones hacia opciones verdaderamente sostenibles. Lo que se necesita es "una evaluación cuantitativa más rigurosa de las implicaciones de sostenibilidad de las tecnologías del sistema alimentario", dijo   Line Gordon, co-autora y profesora del centro, que tiene su sede en la Universidad de Estocolmo. 

 

La Fundación de Restaurantes Sostenibles ha anotado en su hoja de ruta poder analizar esta temática en una de sus próximas reuniones, con empresas de restauración que fundan su oferta de servicios en el food delivery.