Después de haber comprado las hamburgueserías Quick, al Grupo Bertrand, el fondo de inversión HIG, con sede en Miami, se dispone a apostar muy fuerte por la histórica cadena de origen belga (1968, Baron Francois Vaxelaire) que llegó a Francia en 1980 y fue capaz de hacer cerrar a Burger King, compitiendo muy fuerte con McDonald´s, al erigirse en el fast food francés por antonomasia.
Sin embargo, un crecimiento no bien planificado, algunos errores en el marketing del producto y accidentes sanitarios, hicieron que la marca entrara en caída libre, pasando de 400 locales en Francia, pero también en el extranjero (estuvo en la barcelonesa plaza Urquinaona, no mucho tiempo) a los 107 con el que el Grupo Bertrand, que había recogido lo que quedaba de la empresa, decidió vender a HIG.
Ahora con el nuevo CEO, Frederic Levacheur, el valor de la marca adquiere protagonismo a partir de una explosiva campaña de publicidad (contratando a los humoristas Eric&Ramzy), en TV y RRSS; diseñando nuevos productos con la ayuda del chef Norbert Tarayre y abrazando la omnicanalidad, donde el delivery supondrá ya el 12%, por 18% el take away, 30% el drive thru y el 40% el consumo in situ, en una red de 117 locales (42 franquiciados que manejan el 90% de los locales) que superan ya los 345 millones de euros de ventas, lo que equivale a un 30% de crecimiento sobre el ejercicio anterior (25% like to like) y donde cinco dark kitchen han ayudado a sumar ventas y recuperar la fidelización de antaño que se refrenda además con políticas de sostenibilidad como uso de productos locales, vajilla reutilizable y una demanda de empleo de cerca del millar de trabajadores para las nuevas aperturas.
Un buen ejemplo de lo que supone la restauración de marca.