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Es el sueño de cualquier profesional de la restauración: un alimento sano, sostenible, tradicional sabroso y que todavía permanece como un auténtico secreto de la Dieta Mediterránea. La carne de conejo lo tiene todo para conquistar al canal Horeca. Y más todavía ahora, ya que cuenta con tres nuevos formatos que le aportan aun mayor versatilidad y practicidad. Hablamos de los muslos, los medallones y el medio conejo troceado, tres cortes ya limpios y listos para cocinar que están sirviendo para posicionarla como la nueva forma de cocinar en Europa.

De hecho, Intercun, la asociación interprofesional del sector cunícola, los ha concebido especialmente para ponérselo fácil a los chefs profesionales. Por eso, cada uno se adapta a un tipo de elaboración concreta. Así, los medallones (que son los más sencillos de comer por el hecho de contar con un único hueso, el central) son perfectos para preparar a la plancha o en fritos. En brochetas o con ensaladillas, salmorejos o ensaladas, dan unos resultados asombrosos.

Los muslos, por su parte, brillan especialmente en el horno, y pueden acompañarse con condimentos como salsa cajún, de yogur o de limón y aceitunas. Y, finalmente, el medio conejo troceado destaca en guisos, arroces y estofados. Ahí está, sin ir más lejos, la paella valenciana, pero podemos hablar de pepitorias, calderetas, ragouts…

Y es que la carne de conejo permite tanto el respeto a las tradiciones como la experimentación. Por eso mismo, para inspirar a profesionales y aficionados a crear nuevos y sorprendentes platos, se ha puesto en marcha una web en la que se pueden encontrar todas estas recetas: elsecretoescarnedeconejo.eu.

Fácil de conservar y healthy

Este producto cuenta con muchas virtudes para los profesionales, pero una de las principales es su seguridad alimentaria y su sencillez a la hora de conservarse. A lo primero contribuye el hecho de ser una carne producida en la Unión Europea, con todos los altos estándares que eso implica.

Y en cuanto a lo segundo, no solo aguanta perfectamente en la nevera durante 8 días (al vacío), sino que puede congelarse hasta 3 meses tanto en crudo como cocinada, conservando todo su sabor y sus propiedades. Y no hay que olvidar que es un sector muy ligado a nuestro territorio.