nipón

Tenían poco más de 25 años y muchas ganas de emprender. Quince años después de la inauguración de su primer local, Borja Molina-Martell y su hermano Juan Molina-Martell, su cuñado, Ramón Jiménez, y su socio japonés, Naoyuki Haginoya, siguen manteniendo su filosofía basada en la mejora continua y en ofrecer experiencias únicas a sus clientes. Son los creadores del Grupo Nomo, que este 2023 celebra sus 15 años de éxitos, atesorando ocho restaurantes en Barcelona, Girona, la Costa Brava y Madrid, además de Nomomoto, su servicio de take away y delivery en Barcelona y Madrid (y en breve abrirán nuevo local en Madrid).

Para celebrar este cumpleaños, lanzan un “premio” para sus clientes: el Clan Nomo, un programa de fidelización que persigue el objetivo de fomentar y estrechar el vínculo con sus clientes a través de experiencias exclusivas. “El Clan Nomo es un homenaje a los clientes que nos han acompañado durante estos 15 años de andadura y de evolución. Echando la vista atrás, tenemos claro que el éxito, la consolidación y el crecimiento de Nomo pasa por todos aquellos que se han sumado a este proyecto familiar desde el principio y que lo han asumido como propio, dándole vida y haciendo que Nomo se convierta en el japonés de todos. En ese sentido, nuestros clientes son y seguirán siendo una pieza clave para nosotros, y por eso, queremos premiarlos y que se sientan reconocidos”, concluye Borja Molina-Martell, director y cofundador del grupo.

 

Los fundadores del Grupo Nomo hacen, de hecho, un balance muy positivo de estos años de trayectoria. “Estamos muy contentos de estos primeros 15 años porque Grupo Nomo fue un proyecto que empezamos con muchísima pasión por la gastronomía japonesa cuando teníamos apenas 25 años y, ahora, nos ilusiona echar la vista atrás y ver que la familia Nomo ha pasado de tener un equipo de 10 personas a 198. También de empezar como un único restaurante en Barcelona y pasar a estar presentes en Barcelona, Madrid, la Costa Brava y Gerona”, explica Borja Molina-Martel.

Una evolución natural

Pero desde 2007 el grupo ha evolucionado mucho. El planteamiento original evolucionó rápidamente hasta un primer restaurante desenfadado, Nomo Gràcia, en Barcelona, que se convirtió en dirección imprescindible. “Todo ha cambiado mucho, entonces la restauración era muy tradicional: de las maneras de servir o tratar al cliente a las vajillas”. De hecho, ellos contribuyeron al rejuvenecimiento del lenguaje, al mismo tiempo que lo hacían otros grupos, como el reputado Tragaluz. Una evolución constante e imparable, en la que se han ido adaptando a las nuevas tecnologías e incorporando nuevas ideas y propuestas gastronómicas con el objetivo de seguir cumpliendo con las expectativas del cliente. En línea con su filosofía, la marca ha reforzado recientemente su identidad, tomando por bandera lo que Nomo es realmente: el japonés de todos.

 

Y es que, lo que comenzó como un proyecto de unos jóvenes sin experiencia en el sector, se ha consolidado como un claro referente de la cocina nipona para todos los públicos. “ Hace 15 años, cuando empezamos, había mucho público que tenía cierto reparo a comer comida cruda (por ejemplo, niños o mayores de 55-60 años). Actualmente, como decimos en Nomo, estamos viviendo la era de ‘nativos sushitales’ y los niños de 4 o 5 años, como mis hijos, ya comen sushi. Por otro lado, los perfiles que en aquella época tenían 40-45 años y ahora tienen 60 también están habituados a este tipo de cocina y ha dejado de ser algo exótico. La comida japonesa está introducida en la dieta de todas las personas”, comenta Borja Molina-Martell.

Nomo Gràcia (Barcelona)
Nomo Gràcia (Barcelona)

Una carta, la que ofrecen en sus restaurantes, que se renueva constantemente y que versa sobre el producto de temporada y cercanía: tapas japonesas como las sukiyaki (unas croquetas de rabo de toro que gustan más en Madrid que en Barcelona) o los pinchos de vieiras y foie yaki hotate; platos como la tortilla okonomi (con pulpo) o los ebi chilli (langostinos con fideos crujientes). Y por supuesto las piezas de sushi o los nigiris. Todas las propuestas han sido desarrolladas por Naoyuki, que se sumó al proyecto desde sus inicios, cuando llevaba poco tiempo en España y ni siquiera dominaba el idioma. Ahora es el cuarto socio de la compañía. “Es brillante, un gran creativo, la gastronomía es toda suya”, reconoce Molina-Martell.

Superando la pandemia

Pero todo no ha sido un camino de rosas. De hecho, la apertura de su restaurante en Madrid les pilló en plena pandemia. “Sin duda, para nosotros el reto más difícil fue la pandemia, como lo fue para el resto de los hosteleros. Concretamente, cuando declararon el estado de alarma en marzo de 2020, hacía un mes que acabábamos de abrir nuestro primer restaurante fuera de Catalunya (Nomo Braganza en Madrid) y teníamos ya parte del equipo preparado para la apertura. Además, justo en aquel momento, teníamos 7 restaurantes en pleno funcionamiento y en un momento muy bueno (las cifras de 2019 y principios de 2020 fueron muy buenas) y tuvimos que cerrarlo todo, incluida la línea de delivery, y pasar a tener una facturación de cero. Cerramos todo y a partir de allí hubo que volver a empezar de nuevo”, recuerda Borja.

Nomo en el barrio de Gràcia (Barcelona)
Nomo en el barrio de Gràcia (Barcelona)

Pero atrás ya la pandemia, el balance que hacen de su local madrileño no podría ser mejor, tal y como cuenta Molina-Martell: “Hacemos un balance muy bueno. Finalmente abrimos en junio de 2020 en plena pandemia y la verdad es que tuvimos una gran acogida por parte del público madrileño, que recibió muy bien el concepto ‘Nomo’. A pesar de los momentos difíciles, que eran de esperar, ahora que llevamos casi tres años no hemos dejado de crecer y nuestro modelo, Nomo, ha gustado mucho y estamos muy contentos. De hecho, al cabo de un año abrimos nuestro delivery en Madrid, Nomomoto, y ahora en breve tenemos prevista una nueva apertura en la capital”.

 

“En Madrid hay mucha competencia y muchas aperturas, pero también es cierto que también hay mucho público -sigue Borja Molina-Martell-. Al igual que en Barcelona, que también es una gran ciudad, el hecho de que haya tanto público hace que la competencia sea buena y, concretamente, a nosotros nos ha llevado a mejorar constantemente y a estar muy encima del negocio”.

El secreto del éxito

¿Y cuál es el secreto del éxito? Buenas ubicaciones, conceptos modernos y cercanos a los clientes… Pero según sus fundadores, no es otro más que “las personas que componen la familia Nomo y el equipo. Compartimos los valores PACO, que significan: la Pasión y las ganas con las que hacemos nuestro trabajo; las ganas de Aprender constantemente; la Calidad; y el hecho de estar enfocados hacia la Obtención de resultados. También tenemos la filosofía KAIZEN, que significan las ganas y la mejora continua. De hecho, en Nomo, todos los meses cada departamento tiene que aportar un informe con las mejoras continuas que se han aplicado en cada uno de los departamentos y, a final del año, hacemos un resumen de las mejoras obtenidas en cocina, marketing, RRHH, dirección general… Así, cada año vamos mejorando”.

Nomo Bárbara de Braganza (Madrid)
Nomo Bárbara de Braganza (Madrid)

Una manera de dirigir de hecho muy sostenible. Y es que la sostenibilidad está también en el ADN del Grupo Nomo. “La sostenibilidad es algo que siempre hemos cuidado mucho y, aunque nos gustaría, ahora mismo creemos que es todo un reto conseguir la sostenibilidad al 100% en los restaurantes”, aseguran. No lo son, pero sí que hacen “todo lo que se puede hacer”. Por ejemplo, los packagings de Nomomoto son ecológicos y cero plástico, para el reparto colaboran con una empresa que planta árboles para recuperar el CO2 que contamina el transporte. Por otro lado, compran atún Arrom y salmón de pesca sostenible, arroz de Pals… “Las empresas tenemos la obligación de ser sostenibles y los clientes también lo valoran cada vez más”, subraya Borja Molina-Martell.

 

Un plan que esperan seguir manteniendo y ampliar en sus próximas aperturas. De hecho, el grupo prevé un crecimiento constante. Este 2023/24 abrirán un pequeño local en Madrid (muy próximamente) y otro local en Barcelona, en la zona de la Eixample. “Nuestra idea -cuenta Borja Molina-Martell- es que sea un “Nomo 2.0” o un “Nomo 15 años después”, la versión mejorada de Nomo Gràcia con todo lo que hemos aprendido durante estos 15 años. Además, en 2024 la idea es abrir otro local más grande en Madrid”.