La agricultura regenerativa: cambio de paradigma en la producción de alimentos

Durante los últimos años, el concepto de regeneración se ha determinado como uno de los pilares fundamentales para alcanzar la sostenibilidad integral. En el caso del sistema alimentario, el principal reto es la regeneración de los suelos. Veamos qué quiere decir agricultura regenerativa.

Según el observatorio del suelo de EE.UU., uno de los observatorios científicos más importantes del mundo, quedan dos generaciones de cultivo en extensivo en la Tierra si se mantienen las mismas praxis de producción. Actualmente, los modelos de producción que está practicando la humanidad y, a los que hacen referencia, suponen el 80% de la producción vegetal del planeta. 

La actividad agrícola convencional ha supuesto la mineralización de toda la materia orgánica que se había fijado durante miles de años en los suelos y a través la oxidación por el uso de los tractores y otras herramientas que acaban oxidando y remueven la tierra.

Cuando se labra, se liberan todos los gases que secuestra la vida y fija en el suelo, volviendo de nuevo a la atmósfera. Es decir, tras cada cosecha, cuando se vuelven a preparar los terrenos de cultivo, todo el trabajo que han hecho las plantas durante la producción como secuestradoras de CO2, desaparece. Este proceso provocado por las prácticas de producción implementadas durante años ha derivado en la reducción de la materia orgánica del suelo.

La agricultura regenerativa: el modelo de producción de alimentos sostenible

Ante este escenario, científicos y productores plantean la agricultura regenerativa como un cambio de paradigma en la producción de alimentos que frene e intente revertir esta situación. “No debe contemplarse como un modelo de producción de pequeños proyectos aislados”, según Nacho Peres, responsable de permacultura de la Fundació Ferrer Sustainability.

A pesar de que la agricultura regenerativa es un término que está en plena definición, aún no hay un concepto común que especifique las condiciones como ocurre con otros modelos de producción certificadas.

Desde la Fundació Ferrer Sustainability identifican algunos de los principios básicos en los que basarse para su implementación:

• Promueve la biodiversidad, tanto del microbioma, como de los ecosistemas superficiales. El 85% de las especies vivas de nuestro planeta las tenemos bajo nuestros pies y es la que sostiene toda la cadena trófica de la alimentación.
• Promueve el aumento de la materia orgánica en la tierra de cultivo (>5%).
• Promueve técnicas para minimizar la labranza de la tierra de cultivo.
• Cambia el enfoque convencional por un enfoque que se vertebra en la “funcionalidad” de la tierra de cultivo y los ecosistemas que le rodean, entendido como la capacidad que tiene la tierra para alcanzar un potencial biótico complejo.
• Promueve la fijación y secuestro del gas CO2 (descarbonización).
• Promueve fincas resilientes al cambio climático por su capacidad de retención y filtración de agua.
• No utiliza sustratos con impacto negativo sobre su huella ecológica.

Todo ello sumado a las condiciones mínimas que establece la certificación ecológica:

• No se usan productos de síntesis química, como fertilizantes, pesticidas, herbicidas, fungicidas, etc.
• No se usan transgénicos vegetales.
• No sobrepasar límites en macronutrientes, como N (170 kg/ha por año) y P (80 mg/Kg tierra).

Nacho Peres, responsable de permacultura de la Fundació Ferrer Sustainability, comenta que “la agricultura ecológica es una condición necesaria, pero no suficiente para llegar al enfoque que propone la agricultura regenerativa. La certificación ecológica es un modelo muy escaso y poco ambicioso que no llega a satisfacer la sostenibilidad en la producción vegetal y que lleva a modelos, en realidad, poco paliativos en cuando a las consecuencias negligentes sobre la biodiversidad, preservación de los ecosistemas, captación de agua pluvial, erosión y emisión de gases invernadero. También es cierto que hay muchas fincas que superan de largo la normativa que les exige la agricultura ecológica”.

Abordar la temática de agricultura regenerativa es algo complejo y de gran profundidad. Son numerosos los proyectos que, tanto a nivel nacional como internacional, están promoviendo y contribuyendo a este cambio de paradigma en el modelo de producción.

Para comprender mejor la importancia de la agricultura regenerativa, se recomienda un estudio publicado el 27 de junio de 2022, que desarrolla una comparativa entre la agricultura convencional y regenerativa teniendo en cuenta dos aspectos: la densidad de nutrientes y la salud del suelo: Soil health and nutrient density: preliminary comparison of regenerative and conventional farming.