Ambas conclusiones se derivan del análisis del estudio realizado por Good Food Institute Europe (GFI), sobre la evolución del consumo de productos con origen plant-based en 15 países europeos, entre ellos España, y que supone ya un mercado de 5.700 millones de euros, con ventas crecientes del orden del 22%.
Los productos lácteos de origen vegetal (2.210 millones de euros) siguen siendo los más demandados, suponiendo ya la leche vegetal un 11% del mercado global con crecimiento en los años 2020-2022 del orden del 19%; el doble que los de la leche ordinaria, soportando menores incrementos de precios, tan sólo un 1%, mientras que en la leche de origen animal han llegado al 17%.
A la leche de origen vegetal, le seguiría en este segmento, el yogurt; que supone un 3% con ventas crecientes del 16%, mientras que el procedente del sector animal las ha reducido en un 4%, con incrementos de precios del orden del 10% cuando los primeros solo tuvieron un 2%.
En cuanto a los productos cárnicos de origen vegetal el mercado supone ya 2.202 millones de euros, con un 6% de cuota del mercado global apoyando la tendencia de que el consumidor europeo viene reduciendo hasta un 50% el consumo de carne de origen animal; tal como reafirma el estudio complementario que GFI encargó a Opinion Way, sobre la demanda en los últimos cinco años en Francia, Italia, Alemania y España y donde se está dispuesto a renunciar a parte de valores relacionados con sabor, precio o conveniencia, en aras de la sostenibilidad (60% de los encuestados) si la oferta se orienta hacia productos sabrosos, asequibles y accesibles.
Según Carlotte Lucas, dirigente de GFI Europe, "Las empresas y los gobiernos europeos tienen un papel fundamental que desempeñar para ayudar a los consumidores a tomar decisiones más sostenibles. Las empresas deben continuar invirtiendo en innovación de productos para desarrollar opciones deliciosas y asequibles basadas en plantas”, señalando también que "Los gobiernos deben invertir en la investigación y la infraestructura que necesitamos para reducir los precios y mejorar la calidad de las opciones basadas en plantas, a fin de cumplir con sus objetivos climáticos y mejorar la seguridad alimentaria".
GFI afirmó, además, que la investigación ha encontrado que la carne de origen vegetal causa hasta un 98% menos de emisiones y utiliza hasta un 93% menos de tierra y un 99% menos de agua que la carne convencional.
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