Parece que en la época en que vivimos se ha puesto de moda la palabra sostenibilidad pero, ¿realmente es solo una moda? Conforme vamos entendiendo y comprendiendo la amplitud de esta palabra nos damos cuenta que el impacto medioambiental y la sostenibilidad es algo urgente.
Los clientes cada vez valoran más las empresas que aportan nuevos retos a una mejora y que están más comprometidos con el planeta. Deciden sus compras y consumos no solo por el precio y la calidad, una gran mayoría espera que, además de todo esto, seamos también conscientes y que a su vez seamos un sector proactivo con el impacto medioambiental y que nuestros placeres dejen el menor impacto posible.
Desde nuestro sector, los administradores y gerentes de los restaurantes podemos ver en la sostenibilidad un engorro, una tarea desalentadora y compleja, pero quizás debemos ver esto como otra oportunidad para el sector, tanto para productores, restaurantes y para el consumidor final. ¿Quién se acuerda cuando queríamos comer buena ternera y teníamos que ir a Galicia o a dos o tres locales especializados de nuestra ciudad que era quien la traía? ¿comerse una ensalada fresca del propio huerto del restaurante o el agricultor de al lado? ¿y comer un pescado en la lonja de cualquier ciudad portuaria donde traían el pescado directamente del barco?
Sostenibilidad para todos
Lo que parece como algo top hoy en día es lo que siempre se ha hecho, comercio de km 0, reduciendo el consumo de energía al máximo, comprar no solo por precio, no solo el producto, si no también saber cómo ha llegado este producto a nuestra mesa. ¿Y si hablamos de una buena gestión? Se da por hecho, pero ¿cuánto desperdicio se genera en un restaurante medio? En España más de 1.2 millones de kilos de comida acaba en la basura cada año, según varios estudios desarrollados últimamente, unos 750 kilos al año son los desperdicios originados por cada restaurante en España. Teniendo en cuenta todo esto, ¿hay una buena gestión?
Tener conciencia del impacto medioambiental, trabajar para mejorarlo y hacer las cosas mejor, aunque parezca un calentamiento de cabeza y un trabajo sin recompensa, ya vemos a simple vista que se trata de un ahorro (y por lo tanto un mayor beneficio) instantáneo solo con hacer las cosas de una forma más lógica.
Como en todos los sectores, la tecnología es una importante pieza en la capacidad de mejorar el impacto medioambiental, poder contar con un estocaje más exhaustivo gracias a los sistemas desarrollados para eso, teniendo una carta más actualizada e instantánea creada al momento gracias al lector código QR, la gestión de las reservas y menús gracias a los softwares desarrollados a tal fin,… mantenerse al día con las tendencias tecnológicas no solo va a ayudar en la sostenibilidad, sino que sirven también como estrategia de marketing.
El esfuerzo por la sostenibilidad debe ser de toda la cadena, siendo la restauración un eslabón de esta. Partiendo desde el agricultor, la industria pesquera y cárnica, pasando por el almacenaje y el transporte, llegando a la restauración y nuestra transformación de los productos y servicio al consumidor final.
Nuestro sector está cada vez más concienciado con la sostenibilidad, somos motor de la economía de nuestro país y por eso siempre estamos a la cabeza de las mejoras y posibles alternativas para poder mejorar la calidad de nuestro planeta. Somos los principales consumidores de material reciclable, compostable y biodegradable, el uso de embalajes sostenibles ya no lo vemos como algo extraño o de futuro, vamos en el camino de ser cada vez parte más activa de estos esfuerzos por la sostenibilidad.
En conclusión, las tendencias de sostenibilidad en el sector de la restauración, un mercado altamente competitivo y saturado, pueden en gran medida ayudarnos a posicionarnos en el mercado y permanecer en él, la sostenibilidad puede ser un proceso estratégico para que los consumidores nos elijan y además contribuimos a salvar el planeta haciendo lo que más nos gusta.
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