Opinión
Francesc Altarriba, empresario y consultor del mundo del pan

Nuestro entorno en las ciudades se llena de nuevos establecimientos que ofrecen una mezcla de panadería y cafetería. Son los llamados bakery cofee, dando fuerte presencia al pan dentro del establecimiento. Aunque en la mayoría de ellos la venta de pan sea más bien residual.

 

Esta proliferación de debe a diferentes motivos, que ahora no vamos a detallar, pero sí es cierto que el modelo parece de éxito y realmente ha llegado para quedarse.

 

Hay un denominador común entre todos ellos, es que la oferta es poco o nada diferenciada en cuanto a producto y servicio.

 

El mercado nacional está fuertemente dominado por pocas empresas del sector de las masas congeladas, con la consiguiente homogenización de producto que llega al consumidor.

 

La gestión de estos negocios a la vez la tenemos muy protocolizada y los equipos directivos poco o en nada se diferencian entre las cadenas actuales, son especialistas en gestión académica, pero a mi entender han desatendido la propia personalidad que debe tener cualquier establecimiento que quiera ser un verdadero referente en su entorno inmediato, aunque es evidente que sobrevivirán mientras el sector sea tendencia, pero tendrán verdaderas dificultades para prolongarse en el tiempo si no consiguen una oferta mínimamente diferenciada.

 

La realidad, que suele ser bastante dura, nos muestra cadenas en expansión cuyo origen es la cafetería-bocadillería que van ganando terreno entre el público precisamente por disponer de mayor personalidad.

 

El mercado propiamente del pan, si observamos atentamente, vemos que las cadenas de panadería sin degustación que están concentradas en la oferta de panes de calidad artesanos viven momentos dulces con ventas récord de caja. Esto nos indica que el público sabe muy bien a qué establecimiento acude en función de sus necesidades, y los modelos híbridos difícilmente perduran en el tiempo.

 

Con estas reflexiones no pretendo sentar catedra de nada, únicamente es poner sobre la mesa un diálogo que difícilmente planteamos. Cada uno de nosotros debe analizar en que sector quiere operar, en analizar a que target de cliente quiere dirigirse y sobre esas premisas diseñar el resto. El éxito es ofrecer al cliente aquello que realmente le aporta valor en su vida cotidiana, y el sector servicios somos especialistas en saber encontrar nuestro nicho de mercado.