Opinión

Así como en mis anteriores artículos intentaba reflejar un punto crítico en mi espíritu permanente de “Pepito Grillo” y en paralelo con la intención de que algunos de los comentarios expuestos en los mismos pudieran generar alguna reflexión a quién así lo considerase, en este nuevo artículo no puedo por menos que felicitar de todo corazón  al menos a una buena parte de los hoteles vacacionales por la evolución que los diferentes servicios de restauración que ofrecen en sus hoteles han tenido en estos últimos años.

 

Hasta hace muy pocos años, en los servicios de sus restaurantes–buffets en este perfil de hoteles el servicio que se ofrecía a sus clientes se parecía más a lo que se ofrece en un comedor escolar o de empresa (en línea con prácticamente toda la oferta en cubetas gastronorm) que en un espacio donde disfrutar de la gastronomía, de su variedad, de la preparación al momento y de la decoración de los diferentes espacios.

 

Gracias a las inversiones que se han acometido en la última década anterior, hoy, los restaurantes–buffets de una gran parte de estos hoteles tienen espacios segmentados de acuerdo con la variedad de productos que en cada uno de ellos se ofrecen a los clientes alojados en los mismos, con un porcentaje alto de elaboraciones in situ sean frías o calientes.

 

Asimismo, las presentaciones individualizadas de una parte importante de la oferta que en ese servicio se ofrece, hace de los mismos que sean mucho más atractivos.

Con la incorporación de estos nuevos espacios se ha conseguido un flujo de circulación que ha permitido si no eliminar los tiempos de espera o las inevitables colas sí desde luego minimizarlos, decidiendo el cliente cómo transita por los diferentes puntos de oferta para no hacer las colas que con los sistemas anteriores eran totalmente inevitables.

 

Se han introducido espacios personalizados para los más pequeños, con vajillas y cuberterías especiales para ellos, con alturas que les permitan servirse directamente como los mayores (mejor con ayuda de los mismos) consiguiendo que además de disfrutar de la comida sea un entrenamiento para ellos.

 

En los servicios de bares y cafeterías donde se ofrecen los servicios de snacks y bebidas, los productos que allí se ofrecen están totalmente al día con lo que se está ofreciendo en “los sitios de moda” y probablemente en el apartado de coctelería está a años luz (por encima) de la oferta que en los establecimientos a pie de calle se están ofertando, con la honrosa excepción de los establecimientos históricos y de las nuevas y singulares que se han creado en los últimos años.

 

Podemos estar muy orgullosos, sin caer en la tentación de pensar que ya está todo hecho, del trabajo que se ha realizado en estos años, sigamos trabajando en esta línea y mejoremos la formación (de todos y en continuo) y el nivel de idiomas de nuestro personal en contacto con nuestros clientes para poder seguir siendo absolutamente punteros en el servicio turístico que ofrece este país.