Alfredo Rodríguez

No es un restaurante al uso, sino uno con vocación clandestina y solo puede acoger a 20 comensales. Está situado en Oviedo, una de las capitales gastronómicas de nuestro país, y más concretamente en la antigua estación de El Vasco, lugar emblemático que ensalza más si cabe el espíritu poético con el que ha sido concebido gracias al interiorismo de Hazard Studio


El nuevo establecimiento se llama NM y lo dirige el chef Nacho Manzano, dos estrellas Michelin, con la idea de focalizar en la experiencia gastronómica toda la atención. ¿Cómo? Creando un espacio privado a modo de lienzo en blanco, en un hipnótico ambiente, lejos del barullo, "donde la gente hiciera una introspección al margen de ruidos externos y donde se amplificara el protagonismo de la cocina", explica Alfredo Rodríguez, diseñador y fundador de Hazard Studio.

Los dos bancos a pared están situados en los dos ángulos opuestos a la cocina, como si fueran dos espectadores atentos
Los dos bancos a pared están situados en los dos ángulos opuestos a la cocina, como si fueran dos espectadores atentos

Para ello, el control del ruido -sonoro y visual- se consideró desde el principio del proyecto casi como una obsesión compartida tanto por el chef como el diseñador, con paredes y suelos insonorizados, pavimento de moqueta, mobiliario tapizado, en definitiva, "un entorno poético", describe Rodríguez.

Un interiorismo de ‘no color’

La neutralidad cromática salta a la vista nada más cruzar el umbral de la puerta del restaurante NM, en base a unos volúmenes y unas texturas que le dan una especial personalidad, ya que el ‘no color’ se plasma en prácticamente todas las superficies. Desde la moqueta jaspeada, las mesas y barra de corian blanco, las sillas y taburetes con relleno y tapizados en una textura rizada blanca, el mueble central que funciona de espacio de servicio y unos bancos a pared que, en un juego simbólico, recuerdan a los asientos traseros de un mustang.

 

Pero si algo destaca particularmente son las paredes y el techo, decorados con volúmenes en forma de pétalos o escamas que evocan formas orgánica y vivas, como si de las capas de un alimento se tratara. Su doble funcionalidad actúa de aislantes acústicos (los tapizados) y de dinamizadores visuales (los de espejo, ya que reflejan escenas de otras partes del local).

Los pétalos trasladan al comensal "a un entorno apacible, de descanso, una burbuja dulce y acogedora”, explica el interiorista
Los pétalos trasladan al comensal "a un entorno apacible, de descanso, una burbuja dulce y acogedora”, explica el interiorista

En cuanto a la iluminación diseñada por Paola Navone, Hazard Studio la ha trabajado muy estrechamente con la gastronomía del NM, ya que los cuatro menús anuales se acompañan conceptual y sutilmente a través de leds puntuales situados tras los pétalos, a modo de halo difuso. De esta forma, si los platos se centran en la carne de cacería, el entorno se difumina suavemente de rojo, por ejemplo.

 

El restaurante NM está situado al lado de Nastura, otro proyecto gastronómico que también firma Hazard Studio y con Nacho Manzano a los fogones, inaugurado hace unos meses y cuyo concepto es diametralmente opuesto. Con casi 200 m2, está abierto a todos los públicos que buscan una comida ágil en la barra o compartida en una mesa larga, rematada por una copa o un cóctel.