Copas

Cuando una explosión catastrófica arrasó un barrio de Beirut en 2020, incluido el bar Electric Bing Sutt, el intrépido equipo de este local, liderado por Jad Ballout, Xin Lin y Andre Gerge, lejos de abandonar su sueño, se unieron para reconstruirlo y darle una nueva vida.  

De las cenizas de la tragedia, erigieron Dead End Paradise en una antigua taquería al final de un callejón en el barrio de Gemmayze con el lema "solo diversión, sin tonterías".  

Años más tarde, ese local de moda ha cruzado fronteras y ha llegado hasta la ciudad condal. Este pasado febrero abría Dead and Paradise Barcelona, una reencarnación de la casa madre de Beirut, que está llamado a convertirse en uno de los locales de moda de la ciudad.  

Dead End Paradise, liderado por Jad Ballout, de manera similar al bar en Beirut, se encuentra en un callejón sin salida junto a la popular Calle Joaquim Costa del barrio del Raval. La expresión "callejón sin salida" define ambiguamente la desesperanza y la anarquía, que reflejaba fielmente las terribles circunstancias en el Líbano. 

“Es como demostramos que ninguna dificultad o desgracia puede derribarnos”, asegura Jad. El nombre se contradice. Sí, estamos ‘en un callejón sin salida’ como se dice, sin embargo, siguen buscando el paraíso. Con un poco de ostentación disco de los 70, un toque culinario herencia reflejada en cócteles + snax curados por la casa, y en medio de la Casas alternativas de skaters y artistas callejeros del Raval, un nuevo Dead End Paradise surge las calles de Barcelona. Realmente se trata de la satisfacción y gratificación de los sentidos. 

Jad, cuéntanos ¿cómo nace Dead end Paradise Beirut?

JB. Dead End Paradise Beirut es un bar de buceo hedonista tiki, construido a 500 m directamente del lugar de la explosión de Beirut. Situado en un verdadero callejón sin salida, Dead End Paradise habla de una sensación de desesperación y anarquismo en la actual convulsión de la situación política, social y económica. Es nuestra expresión positiva, "nadie nos puede vencer" después de la tragedia que pasó el 4 de agosto del 2020, que dejó la mayoría de distritos de la ciudad, todavía, en ruinas. Dead End Paradise es una paradoja propia, sí que estamos en un callejón sin salida, pero buscamos el paraíso fuera de la realidad, buscamos el milagro de la vida cotidiana, aunque sea el último día. Inspirándonos en el estilo de vida de los skaters independientes y de pensamiento libre, Dead End Paradise pretende generar una nueva energía en la escena local de bares libaneses (casi muerta) con cócteles tiki creativos, comida mediterránea y asiática y un ambiente de fiesta hedonista. Si fuera el último día en la tierra, querríais estar aquí.

¿Cómo fue abrir tras ese hecho que marcó tanto la vida en la ciudad? ¿El cliente estaba más abierto a salir, a comer, a rendirse a los placeres hedonistas?

JB. Tardamos unos 8 meses en abrir porque la construcción la hicimos durante el covid y teníamos tiempo restringido cada día para trabajar. El primer día que abrimos, nos sorprendió ver cuánta gente vino. De hecho, todos nuestros clientes anteriores volvieron emocionados para ver la nueva apertura. Vinieron para vivir la experiencia completa, probar todas las bebidas, probar toda la comida y hacer fiesta como un hedonista. Nuestro eslogan ‘Just fun no Bullshit’ explicó la situación y la necesidad de este modo de operar a partir de las necesidades de los invitados después del trágico incidente y la situación actual.

¿Por qué Barcelona para la segunda sede del local? ¿Y por qué el Raval?

JB. Mi amigo Giacomo de Paradiso me invitó para hacer una sesión, como invitado y después de pasar un par de días en la ciudad, me enamoré. Buen tiempo, buenas vibraciones, gran diversidad dentro de la escena del bar, muy inspirador todo y lo más importante, aquí hay una alta calidad de vida que se puede comparar con la de Beirut. Es muy internacional pero no tan rígida como otras ciudades como Londres o Nueva York. El barrio del Raval en sí es muy multicultural, cosa que me encanta. Es el hogar de patinadoras y artistas de calle y es el Centro de la Cultura Contemporánea de Barcelona. Es genial y relajado pero atrevido.

¿Cómo os ha recibido el barrio?

JB. Quiero mucho nuestra calle (y por proximidad, Joaquim Costa) y a todos nuestros vecinos. Todos ellos vinieron a apoyarnos cuando abrimos, dándonos consejos sobre la calle e información general que hay que conocer en la hora de explotar un bar del barrio. Todos nos han dado mucho apoyo y les estamos muy agradecidos.

“Queremos activar los sentidos con nuestros cócteles”

¿Qué se va a encontrar el cliente en el Dead end Paradise de Barcelona (oferta gastronómica & cócteles)?

JB. Somos especialistas en cócteles. Nuestra carta se llama ‘Gratification of the senses’ (‘Gratificación de los sentidos’), donde cada cóctel se inspira en su entorno, sea Pan con Tomate o Churros, convertidos en una bebida, y nunca olvidamos nuestras raíces y nos aseguramos siempre de incluir algo, ya sean ingredientes o conceptos del Líbano. La idea del menú es activar los sentidos con diferentes elementos dentro del bar antes incluso de tomar la copa. El aroma a las diferentes velas perfumadas que hay por todo el bar, que huelen como tu cóctel, las fotos polaroids distorsionadas que representan visualmente las bebidas, la textura de las bebidas y la sensación que ofrecen… La idea es no limitarse a palabras que puedan inducir a error. Leyendo Falafel en un menú, un invitado imagina algo salado, mientras que la bebida en sí es ácida y dulce.

 

Además de nuestros cócteles ofrecemos menú de snacks, como por ejemplo, una tostada Baba Ghanouj y olivas marinadas o nuestra mantequilla Bloody Mary con masa madre.

¿Cuál va a ser “la estrella” del local?

JB. El bar en conjunto, la carta de bebidas, el equipo, el ambiente artístico combinado con un gran diseño.

¿La carta es muy diferente respecto a lo que ofrecéis en Beirut?

JB. Dead End Paradise tendrá ofertas diferentes en cada ciudad pero mantiene el mismo ADN de la marca. Cada ciudad nos inspira de manera diferente y las necesidades del mercado varían de un país a otro. La producción tiene un papel importante, en cada país hay diferentes ofertas disponibles, así que usamos aquello que tenemos al alcance y nos inspiramos. Al hacer una gran investigación, decidimos ir en una dirección específica que es muy diferente al bar de Beirut. Cada lugar tiene su propio carácter individual.

Para el interiorismo del local también habéis acudido al mismo diseñador que el local de Beirut. Pero ¿qué grandes diferencias hay con el local “padre”?

JB. Hemos estado trabajando con el mismo diseñador desde nuestro primer proyecto. Tiene mucho talento, es un arquitecto libanés galardonado que tiene muy buen ojo para el diseño de espacios funcionales. Trabajar con él en Barcelona fue un poco difícil, puesto que le gusta hacer diseños nuevos y únicos, que requieren muchas piezas personalizadas y como todos sabemos, en Europa los trabajos son de todo, menos barato.

“En Beirut prefieren las bebidas ácidas, aquí, más suaves”

¿Es muy diferente el cliente de Barcelona del de Beirut?

JB. Muy diferente. En el Líbano a la gente le gustan las bebidas ácidas, muy ácidas. En Barcelona prefieren los cócteles más redondeados y suaves. Nuestros cócteles más vendidos son los que menos preferían nuestros invitados libaneses.

 

Esto requirió añadir mucha diversidad al menú para adaptarnos a los diferentes paladares.

¿Qué opinas de “tus vecinos” de barrio, del resto de locales del Raval?

JB. Estoy muy contento de tener grandes vecinos a nuestro alrededor. Somos amigos de todo el mundo en la calle. Incluso hacemos pausas en los bares del lado y viceversa.

 

y también hacemos colaboraciones con los vecinos, como por ejemplo, con la cafetería del lado con la que haremos una noche de cócteles de café.

¿Habrá una nueva sede en el futuro? ¿Dónde os gustaría?

JB. ¡Claro! Quizás en otro lugar de España. Me gustaría abrir en Londres, pero otro concepto, no necesariamente Dead End Paradise.
Jad Ballout. 
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