emprendedor

Bernardino Moreno y su esposa María García abrieron en 1931 su primera pastelería, en la calle Bravo Murillo de Madrid. Casi un siglo después, el Grupo Pastelerías Mallorca está posicionado como una de las empresas más prestigiosas del país. Actualmente, el grupo se sustenta en una decena de tiendas en Madrid, una más en México y otra en Tokio, y una potente red de venta online por todo el país. Una web que lanzó Carlos Arévalo Moreno en 2013. Cuarta generación de la familia fundadora, Carlos Arévalo Moreno es Director de Tiendas y de la formación de la marca, pero sobretodo, el responsable de la digitalización de la empresa.

Y es que, Pastelerías Mallorca demuestra que la tradición no está reñida con las nuevas tecnologías. La pandemia les enseñó que el mix entre la digitalización y venta online y la tradición -con un servicio de atención al cliente exquisito- era la clave. De hecho, el concepto se basa precisamente en eso: mantener la tienda local pero con un espacio destinado a la gestión de pedidos de Mallorca Express, la marca de delivery creada en plena crisis sanitaria.

¿Cómo una empresa con más de 90 años entra en la digitalización?

C.A.M. Si hay algo que ha caracterizado Pastelerías Mallorca desde sus orígenes ha sido el afán familiar por evolucionar, innovar y hacer más fácil la vida a nuestros clientes. En este sentido, apostar por la venta online era un desarrollo que realmente era natural en una empresa como la nuestra. Cuando comenzó la pandemia, nosotros ya teníamos nuestra web desde 2013, pero aún no tenía el protagonismo que tiene ahora ni el cliente la tenía tan interiorizada. Ante este escenario de incertidumbre, nuestra postura fue ver la venta digital no como un plan de contingencia, sino como una oportunidad de acercarnos a nuevos públicos y de explorar nuevas tendencias de consumo. Durante este periodo, el negocio online se disparó, pero la clave ha sido que hemos sido capaces no solo de mantener ese crecimiento, sino incluso de multiplicarlo y entender que esta área tendría un papel clave en el presente y futuro de Mallorca.

¿Cómo se pasa al siglo XXI sin perder la esencia?

C.A.M. Para lograr esta transición, nos hemos enfocado en lograr un equilibrio entre la vanguardia y la esencia de nuestra tradición, focalizándonos en tres pilares fundamentales. El primero, el cuidado del producto artesano. Llevamos años destacando por la calidad y la autenticidad de nuestros productos. Por eso mismo, seguimos invirtiendo en métodos artesanales de producción y materias primas de primera, a la vez que incorporamos nuevas técnicas y tecnologías que nos permiten mejorar la eficiencia sin comprometer la calidad. Por otro lado, el esmero que ponemos en el servicio. La atención al cliente siempre ha sido un valor fundamental de Mallorca.

Pero ahora, más que nunca, nos esforzamos por mejorar aún más la experiencia de nuestros clientes. ¿Cómo? Implementando sistemas de pedidos en línea, entregas a domicilio y programas de fidelización que consideramos que brindan comodidad y satisfacción a nuestros clientes. Aunque modernicemos estas operaciones, nunca perdemos de vista la importancia de un trato cercano y personalizado, que ha sido parte de nuestra identidad desde el inicio. Por último, el mantener siempre conceptos básicos que han funcionado durante años y que no deben cambiar. Aspectos como el compromiso con la calidad y la magia de nuestra artesanía.

Hoy por hoy, ¿es la tienda online el negocio más fructífero de la empresa?

C.A.M. Ahora mismo la tienda online supone un 50% de la facturación global de Mallorca y recibimos más de 100.000 pedidos al año. Las necesidades del consumidor y sus formas de consumo han evolucionado y la realidad es que la tienda, cada vez tiene más protagonismo. Además, incorporar el envío nacional, gracias a los envíos en frío, nos ha permitido llevar Mallorca a clientes de Mallorca que estaban fuera de Madrid.

¿A qué atribuís tal éxito?

C.A.M. Uno de los motivos que nos llevó a crear la web de Pastelerías Mallorca en 2013 fue que detectamos que el proceso de compra era complicado. Tenías que salir de casa, coger el coche, conducir hasta la tienda, encontrar aparcamiento, esperar colas y confiar en que quedase el producto que buscabas y luego, hacer el mismo recorrido de vuelta. Con la tienda online, lo que buscábamos era precisamente facilitar la compra y eliminar parte de esas barreras de entrada que considero que hemos conseguido. Para ello, ha sido fundamental la personalización y la inmediatez. Uno puede comprar la tarta o el producto que desee a través de la tienda online y tenerla en menos de 15 minutos en casa.

Además, contar con la tienda online también nos ha hecho tener un mayor control de las previsiones de consumo y de los productos que el cliente va a elegir. Otro factor interesante es que con el auge de la tienda online hemos dado respuesta a momentos de consumo complementarios entre sí. La idea nunca ha sido, ni será, que la tienda online de Pastelerías Mallorca sustituya a las tiendas físicas. Los locales son para nosotros un punto de contacto clave con el cliente y nos permiten mantener la relación personal que ha caracterizado al servicio de Mallorca. El cliente puede elegir entre vivir la experiencia Mallorca desde cualquier lugar y de la manera más sencilla posible o desde las tiendas.

Además de su web, ¿qué más aspectos están digitalizados en Pastelerías Mallorca?

C.A.M. Todos los sistemas de producción, comunicación interna y pedidos entre tiendas y obradores están completamente digitalizados. Esto nos permite optimizar la eficiencia de nuestras operaciones y la comunicación y coordinación entre nuestros equipos, lo que nos ayuda a mantener la cohesión y agilidad en nuestra cadena de suministro. Con estos avances tecnológicos, seguimos comprometidos con preservar la esencia tradicional de nuestra pastelería, mientras nos adaptamos a la vanguardia del siglo XXI.

La digitalización, ¿ha repercutido en un menor número de empleados?

C.A.M. Los hábitos del consumidor y el modelo de consumo han cambiado en los últimos años, y estos cambios, que se vieron especialmente potenciados durante los ejercicios de 2020 y 2021, llevaron al cierre de dos de nuestras tiendas. Durante más de 9 décadas nuestras tiendas han sido el centro neurálgico de la vida de Pastelerías Mallorca y el cierre de dos de ellas implicó unos movimientos en materia de recursos humanos que nos vimos obligados a afrontar.

Hablemos de sostenibilidad, algo que está tan en boga. ¿Es Pastelería Mallorca sostenible?

C.A.M. Nos hemos enfocado en ser cada día más sostenibles y hemos realizado muchos esfuerzos en ese sentido en los últimos años. Actualmente, podríamos afirmar que somos una empresa sostenible en un 95%. Hemos implementado prácticas en nuestra producción y packaging, reduciendo nuestro impacto ambiental. Además, colaboramos con proveedores locales y apoyamos a comunidades cercanas.

Aunque aún hay margen de mejora, estamos comprometidos con seguir innovando y adoptando prácticas más sostenibles para proteger el medio ambiente y ser un referente en el sector de la pastelería consciente. Fomentamos prácticas de reducción de desperdicios y reciclaje en todas nuestras operaciones. También hemos optimizado nuestras rutas de entrega para reducir emisiones de carbono. Además, nos esforzamos por ser un ejemplo en el sector, compartiendo nuestras prácticas sostenibles con otras empresas y concienciando a nuestro equipo y clientes sobre la importancia de cuidar el medio ambiente.

¿Cómo pueden serlo basando su negocio en el delivery?

C.A.M. Utilizamos materiales reciclados y reutilizables en la mayoría de packagings de nuestros productos, reduciendo así el impacto ambiental. Además, optimizamos nuestras rutas de entrega para reducir emisiones de carbono. A través de estas acciones, buscamos equilibrar la conveniencia del delivery con nuestro compromiso hacia una pastelería sostenible y responsable con el medio ambiente.

Apuestan mucho por reducir el desperdicio alimentario ¿cómo lo hacen?

C.A.M. Hemos trabajado mucho a nivel interno para intentar tener un control diario del consumo de cada tienda y de la tienda online con el fin de hacer unas previsiones de producción lo más realistas y ajustadas posibles. Todo el producto que se vende en Mallorca se elabora y hornea en el mismo día, por lo que ser capaces de prever cantidades con la máxima precisión es fundamental para evitar el desperdicio alimentario.

En cualquier caso, es inevitable que al finalizar el día quede algún producto en los mostradores. En Pastelerías Mallorca, desde hace décadas, donamos esta parte de la producción a diferentes organizaciones que a diario recogen los productos en cada una de las tiendas Mallorca y los reparten a diferentes colectivos: desde madres, niños o personas que no tienen acceso a las necesidades más básicas, hasta otras que viven completamente en la calle.

¿Qué les hace diferentes al resto de competencia?

C.A.M. Lo que nos hace diferentes al resto de la competencia en Pastelerías Mallorca es nuestra amplia variedad de productos y la inquebrantable calidad que ofrecemos. Nuestra diversidad de sabores y opciones es difícil de igualar en el mercado actual. Además, mantenemos un enfoque constante en el servicio al cliente y la satisfacción, lo que está arraigado en nuestra identidad corporativa y ADN. Nos esforzamos por brindar una experiencia única y cercana a cada cliente, lo que nos ha ganado su lealtad a lo largo de los años.

¿Cuál es el motivo por el cual salen de Madrid para ir al extranjero, sin antes abrir en otras ciudades de España?

C.A.M. La razón por la que decidimos ir al extranjero antes de abrir en otras ciudades de España es que han surgido oportunidades con socios internacionales con los que hemos querido probar suerte. En el ámbito nacional, consideramos que nuestro crecimiento sería limitado si buscáramos expandirnos con socios, por lo que hemos optado por explorar oportunidades fuera del país. Estas asociaciones nos brindan la posibilidad de llevar la esencia de Mallorca a nuevos mercados y audiencias internacionales. Y estamos realmente emocionados de compartir nuestros productos artesanales con el mundo.

¿Tienen previsto nuevas aperturas o alguna novedad en breve?

C.A.M. La gran novedad para el 2024 es la reforma de nuestro buque insignia, nuestro icónico local de la Calle Serrano número 6. Estamos trabajando en un nuevo concepto de tienda que marcará un gran avance para Mallorca que ofrecerá a nuestros clientes una experiencia renovada y moderna, manteniendo siempre la calidad y esencia de nuestra pastelería artesanal. Esta reforma nos permitirá brindar un ambiente aún más acogedor y atractivo, donde nuestros clientes podrán disfrutar de nuestros productos en un entorno único.

Eugeni de Diego (Terrassa, 1984)  es uno de los chefs y restauradores más prolíficos de la saga de elBulli. Trabajó entre 2005 y 2011 en el restaurante de cala Montjoi y puso en marcha junto con Ferran Adrià elBulli Lab en Barcelona. Este chef emprendedor ha escrito libros, asesorado a restauradores… Pero siempre había tenido en mente abrir sus propios proyectos -incluso en aquella primera época como chef, trabajando en los fogones del mítico Ca l’Isidre-.

Y sus sueños fueron tomando vida. Primero fue Apluma, una exitosa cadena de restaurantes temáticos dedicados al pollo asado, le siguieron Tamae, el italiano Lombo, el Colmado Wilmot, y ahora, Pintarroja, una marisquería desenfadada ubicada en un pueblecito de Menorca.

De Diego, sin duda, tiene madera de emprendedor exitoso. Los agrupa bajo el paraguas de Ático Estudio Creativo, una incubadora de nuevos productos gastronómicos que “dan en el calvo”. Y esta nueva apertura parece estar llamada a ser una de las “must” del verano. La clave, una cocina sencilla, de plancha y vapor, honesta y sin florituras, muy al estilo de Diego. Pero basada en productos de máxima calidad, de temporada y de proximidad. El objetivo: “presentar la esencia de la isla en cada bocado”.

Eugeni, ¿cómo acabas en Mahón y por qué Pintarroja? ¿Qué te une a la isla?

E.D. Las Baleares son un tesoro, no es que nada me una a la Isla, pero ¿cómo no querer estar en un sitio tan idílico como Menorca?  Pintarroja es un proyecto que busca romper un poco el paradigma de las marisquerías formales, y que está centrado en el disfrute absoluto del comensal, tanto en recibir un servicio amable, como en una gastronomía sencilla, sin florituras. Es una apuesta que hemos hecho desde Ático Estudio Creativo, que genuinamente nos está dando muchas alegrías.

Cocina marinera, sencilla, informal… pero con tu toque especial ¿cuál es ese toque? ¿En qué detalles lo “cataremos"?

E.D. Como es muy representativo de mi estilo, carta corta basada en producto fresco, de calidad en su mayoría de la zona, y sin ser prohibitivo en cuanto a precio.  Buscamos que el comensal se sienta relajado, que comparta, y que se vaya con sensación de vacaciones. Nuestra obsesión es el cliente feliz.

El pescado de la zona… Pero, ¿hay tanto pescado “sostenible” para tanto restaurante en temporada alta en las Islas? ¿cómo se consigue?

E.D. Como concepto, un mínimo del 80% de los ingredientes de nuestro recetario incluye productos de la zona, no solo el pescado o marisco, si no todo el resto de productos que redondean la oferta como los aceites, vinos, ginebra, los quesos, embutidos, los tomates. También utilizamos mucho el recurso del fuera de carta, de esta manera nos podemos permitir comprar producto fresco a los proveedores de la zona. Nuestro propósito es realzar la zona tan maravillosa en la que nos encontramos a través de la gastronomía.

Desde Ático Estudio Creativo no has dejado de “crear” y de emprender negocio. Tamae Bar (2021), Lombo (2022), Colmado Wilmot (2023) y APluma… Tocas “todos los palos”. ¿Aún queda algo en la nevera para el futuro?

E.D. Tanto Ana Alvarado como yo, tenemos la suerte de poder probar conceptos diferentes, y tener buenos compañeros de viaje que nos permiten crecer con proyectos apasionantes. Evidentemente, no todo es perfecto y seguramente habrá algún error o algún concepto que no encaje por el camino, pero siempre que podamos seguir aprendiendo y creciendo, y tengamos salud ‘habrá nevera para el futuro.’

La experiencia, después de varios años, nos ha enseñado que lo más importante, a parte del concepto, es centrarse en lo que realmente quiere el cliente, que busca y a qué precio, por eso, el equipo de Ático está centrado en gestionar utilizando herramientas que permitan analizar con datos de manera tangible los restaurantes.

Ahora que ya has dejado Barcelona, Catalunya… ¿Dónde más te gustaría abrir un nuevo proyecto?

E.D. Honestamente, no lo sé, el mundo es muy grande y afortunadamente las oportunidades a nivel gastronómico son inmensas. Actualmente, estoy con un proyecto muy ‘divertido’ en Shanghai, basado en el cerdo ibérico como hilo conductor de la oferta. Abrimos hace un año y el proyecto ya ha generado interés en la Guía Michelin.

En una entrevista hace unos años dijiste: “La experiencia te da mucho, somos el resultado de lo que hemos hecho” ¿Qué hay de tu paso por elBulli en todos estos proyectos propios? ¿Y de Ca l’Isidre?

E.D. Definitivamente, lo dije hace años y lo continúo diciendo. Somos parte de lo que hemos vivido y eso se refleja en todo. Tanto en elBulli como en Ca l’Isidre, restaurantes tan emblemáticos como opuestos, hay dos cosas muy importantes que se ven reflejadas en mis proyectos: la pasión por lo que se hace y el amor por el cliente. En ambos proyectos se preocupaban por que las personas que viniesen se sintieran bienvenidas, como en casa y es algo que intentamos transmitir en todos nuestros proyectos.

Aunque tu formación es de cocinero, ahora eres más empresario y emprendedor. ¿Dónde te sientes más cómodo, en los fogones o en la dirección y emprendeduría?

E.D. Me siento muy cómodo en la creación de conceptos y en el I+D, es lo que más me apasiona. Ana, se centra más en la parte de comercialización, gestión y dirección, con lo cual en Ático formamos un buen equipo sin renunciar a las dos partes.

Hace unas semanas, en una entrega de premios, Ferran Adrià pidió más apoyo institucional a la gastronomía y a la hostelería catalana, y también destacó la necesidad de que haya “3 o 4 TOPS para tirar del carro”. ¿Qué opinas de esta afirmación?

E.D. Apoyo institucional y facilidades a la hora de crear negocios es fundamental, lo que está claro es que es un sector que ha sufrido mucho durante los últimos años.

Entiendo el concepto que explica Ferran, pero está claro que solo 3 o 4 tops no representan a todo el sector de la gastronomía. Creo que grandes compañías en el sector de la alimentación y restauración pueden mover mucho más el sector que sólo unos cuantos líderes, aunque estoy de acuerdo en que deben existir perfiles mediáticos que apoyen al sector.

Con tu gran experiencia como hostelero, como chef y comparándonos con otras ciudades de España (Madrid, específicamente) ¿Cuál es tu visión de la hostelería actualmente en Barcelona? ¿Falta talento? ¿Faltan emprendedores? ¿Falta, como decía Ferran Adrià, apoyo institucional para más aperturas?

E.D. En mi experiencia, falta más apoyo al pequeño emprendedor que es quien tiene el coraje. Pero, sin embargo, no necesariamente tiene el dinero suficiente como para poder crecer. Existen apoyo para start ups, para proyectos ‘semilla’ pero no hay un gran impulso para los proyectos de gastronomía como lo había hace unos años atrás.

También nos estamos enfrentando a un cambio generacional importante dentro de la restauración, nosotros tenemos la oportunidad de trabajar con chicos muy jóvenes y nos damos cuenta de que los valores son muy diferentes (que no mejores o peores) a los de hace algunos años atrás. Creo firmemente, que la generación actual de restauradores y/o empresarios del sector hemos de aportar más valor a la formación para que esta nueva generación que está empezando tenga las herramientas y valores para poder gestionar los negocios del futuro.