raúl martínez

El trabajo de sala está explosionando. Aunque poco reconocido en muchas ocasiones, cada vez son más los profesionales que se dedican a ello y que trabajan duro para dignificar esta profesión. Raúl Martínez es sumiller del restaurante Taúlla, en Espinardo, Murcia, con mención en la guía Michelin. Recientemente, estuvo trabajando en Raro by Black Tag.

Reivindica el papel de sala, porque tras el éxito de un restaurante, hay un equipo de personas que hace posible que todo marche bien. Los encargados del espacio son los que hacen que el comensal viva una experiencia diferente, aquel momento que no va a olvidar.

¿Qué tipo de cocina podemos encontrar en Taúlla?

Taúlla es un nuevo concepto de cocina tradicional, en perfecta armonía con la innovación y las mejores técnicas culinarias.
Una cocina enraizada a la Región de Murcia a través de las mejores materias primas que esta nos ofrece, fusionada con los matices de otras cocinas del mundo.

¿Qué te relacionó con el mundo de la hostelería y cómo entraste en este sector?

Mi relación con la hostelería vino de nacimiento puesto que teníamos un negocio familiar.

¿Por qué crees que la sala es tan importante en un restaurante?

Yo creo que la sala es la parte más importante del restaurante, puesto que nos encargamos de redondear la experiencia gastronómica del cliente, haciéndole que decida volver o no. Hay una frase muy real que dice "una buena sala hace grande una cocina regular y una mala sala hace mediocre una gran cocina".

¿Qué cualidades debe tener un buen jefe de sala?

Para mi entender debe ser un buen gestor, pero sobre todo un gran líder al que querer seguir.

¿Es la primera vez que participaste en un certamen como el Concurso Camarero del Año 2024? ¿Qué representa para ti?

Sí, para mí es la primera vez en un concurso de este tipo. Representa una oportunidad de demostrar lo que la sala puede dar.

¿Qué retos tenéis por delante los que os dedicáis a la restauración?

Los mayores retos que tenemos en la sala es ser más reconocidos, que se vea que un gran restaurante no es nada sólo con una buena cocina, sino que necesita de una gran sala.

 ¿Cómo te ves en unos años? ¿Qué te gustaría hacer?

Me veo siguiendo ligado, por supuesto, a la hostelería, formándome al máximo, y además dando formación a los que vienen detrás, mostrándoles el amor que siento por esta profesión que para mí es un estilo de vida. ¡Viva la sala!