Reforma

Los establecimientos Malagana y Bastets están situados en un enclave turísticamente privilegiado para los amantes de la montaña. En la pequeña población de Sant Llorenç de Morunys, en la provincia de Lleida, y se consideran unos clásicos de la zona, ya que representan la cultura gastronómica tradicional de la zona, clave en su reforma de interiorismo.

El restaurante Malagana está especializado en cocina a fuego de leña y carbón en un ambiente elegante, y el bar Bastets, en vinos y tapas de corte informal. Y recientemente, ambos locales se han puesto en manos del estudio Borrós Interiorisme para adaptarse a las nuevas necesidades, pero manteniendo la esencia que los caracteriza, esto es, respetando los materiales constructivos originales.

Dos establecimientos de pueblo: Malagana y Bastets

Cuando entras en el restaurante Malagana, lo primero que llama la atención de la arquitectura interior son los arcos típicos de las masías catalanas, así como las paredes de piedra y los techos altos de vigas de madera. Colores como el gris, beige y marrón, en línea con la naturaleza que rodea el pueblo, se potencian gracias a la trabajada iluminación directa e indirecta.

Para este proyecto de reforma se ha escogido "mobiliario realizado con materiales naturales que aportan calidez y un toque rústico contemporáneo", comenta el interiorista Marc Borrós.

malagana bastets reforma interiorismo
El bar Bastets desprende el sabor tradicional de una taberna de pueblo.

En cuanto a la reforma del bar Bastets, el estudio de interiorismo ha buscado potenciar el encanto de las clásicas tabernas de pueblo, manteniendo, en este caso, "el carácter del establecimiento, todo un clásico de Sant Llorenç de Morunys", explica el interiorista.

En el proyecto del local se ha puesto el foco en elementos desgastados, como las maderas viejas, y se ha decidido dejar el pavimento roto y desigual como testigo del paso del tiempo y de las distintas reformas sufridas. Hierro, fibras naturales y madera protagonizan los muebles sencillos y tradicionales en base a una paleta de colores oscuros y una iluminación muy tenue para un ambiente informal.

 

 

Era la petición principal de los propietarios del Hotel Igeretxe, que las obras llevaran el menor tiempo posible para evitar tener cerrado el restaurante demasiado tiempo. Dicho y hecho. El estudio de interiorismo Raquel González consiguió en apenas tres meses darle un giro de 180º a la estética del nuevo espacio gastronómico La Veranda, “más acorde con la del hotel y con el entorno”, declara la autora del proyecto. 

 

Por su parte, la interiorista focalizó las prioridades en tres objetivos: ganar espacio para poder albergar más comensales, conseguir una estética joven e informal, y potenciar las vistas al Cantábrico. También quiso conservar elementos originales y característicos del local, como el hormigón visto de los pilares y la pared forrada de madera de la zona de la librería. 

Fachada del Hotel Igeretxe, situado frente a la Playa de Ereaga, en Getxo.
Fachada del Hotel Igeretxe, situado frente a la Playa de Ereaga, en Getxo.

Tonos naturales para crear un ambiente confortable

El reformado establecimiento gastronómico forma parte del Hotel Igeretxe, situado en la localidad vasca de Getxo y, más concretamente, frente a la Playa de Ereaga, por lo que se considera un lugar privilegiado para desayunar, tomar el aperitivo, comer o cenar en cualquier mes del año gracias a los diferentes espacios que ofrece. Sus 470 metros cuadrados se distribuyen en la zona del bar, el restaurante y la terraza que, a su vez, tiene una parte abierta y otra cerrada, dependiendo del servicio. 

 

El hilo conductor entre todos ellos es la combinación cromática del mostaza y el verde, adaptando el nuevo mobiliario y los revestimientos al suelo original y a los materiales nobles existentes, como los pilares, ocultos con pladur, los cuales “decidimos picarlos todos para que lucieran como elementos destacables en el nuevo espacio”, explica Raquel González.  

En el bar, los taburetes altos son de la firma Andreu World tapizados con tela de Güell Lamadrid.
En el bar, los taburetes altos son de la firma Andreu World tapizados con tela de Güell Lamadrid.

Los textiles también juegan un papel importante a la hora de crear el ambiente cálido, acogedor y cosmopolita que se buscaba en el proyecto, así como la iluminación que combina diferentes luminarias dependiendo de la zona. Por no hablar de la insonorización, tan fundamental en un lugar público, que se ha solucionado mediante paneles absorbentes acústicos con una estética acorde con el proyecto. 

Tres ambientes, todos con vistas privilegiadas de la playa

En el espacio del bar, es la barra, diseñada con un modelo clásico actualizado, la que preside el ambiente protagonizado por varias mesas altas con taburetes,  que comparten el sobre de mármol negro veteado que aporta un toque elegante. Y en una de las esquinas de la barra y a petición del propietario, se ha creado un espacio gourmet dedicado a embutidos que se ofrecen con servicio al corte. 

 

En la zona del restaurante, la combinación de mesas redondas y cuadradas de la firma Casual, con asientos también diferentes en formato de butacas y bancos tapizados y sillas de estilo retro de Ton permite poder jugar con distintas distribuciones según las necesidades del local para aprovechar mejor el espacio, siendo uno de los objetivos del proyecto. Cabe destacar el detalle de la pared de azulejos de Nais que acoge la librería original del local. 

En La Veranda, las vistas al mar acompañan todos sus servicios gastronómicos.
En La Veranda, las vistas al mar acompañan todos sus servicios gastronómicos.

La terraza es la gran protagonista del establecimiento gracias a sus privilegiadas vistas al mar y el proyecto ha contemplado la propuesta de una zona semicubierta para el servicio de restaurante, con el mismo estilo de mobiliario que el interior, y otra zona abierta destinada al bar con un ambiente tipo chill out con mesas bajas más informales, con piezas de las marcas EMU y Piet Boon. 

 

La propuesta culinaria de La Veranda comprende menús del día saludables de gastronomía tradicional que sorprende por sus matices y la calidad de la materia prima, además de una barra de pintxos muy variada y unaamplia carta de comida ligera y fresca hasta después de la puesta de sol. Y todo ello en uno de los mejores ambientes de Getxo y con música en directo con artistas de la zona.