La Fábrica, el restaurante que Ricardo Temiño y Cristina Lázaro abrieron hace ocho años en Burgos, es noticia por varios motivos. El principal es su nuevo local que triplica el aforo del anterior y con más del doble de personal. Se encuentra a menos de un kilómetro del primero, en pleno Camino de Santiago a su paso por Burgos.
Otra de las novedades es que a su sol Repsol, obtenido en 2021, se suma el reconocimiento como restaurante recomendado por la guía Michelin. Esta placa ya luce en la entrada del restaurante, ubicado en un edificio enraizado con la historia de la ciudad. Por un lado, está construido con la piedra caliza proveniente de la misma cantera que la catedral y conserva su estructura original de madera de finales del siglo XIX.
El proyecto del nuevo local ha sido obra del arquitecto Luis García Camarero, junto con el estudio Espacio 706, de la interiorista Aurora de la Fuente. Esta define el diseño del restaurante como "un espacio donde la sobriedad y el minimalismo en la elección de materiales se fusionan con guiños a la originalidad".
Nuevo local con la cocina de siempre
La Fábrica ahora ofrece el triple de aforo y más del doble de personal, con salones muy diferentes para diversificar la oferta. Lo que se mantiene intacto es el mimo al servicio, dirigido por Cristina Lázaro, así como la calidad de la gastronomía de Ricardo Temiño, basada en el respeto al producto de cercanía. Cabe destacar que la cocina abierta que permite mostrar el trabajo y el funcionamiento desde pasillos y comedores.
Hasta un total de 120 personas puede albergar el restaurante distribuidas en los tres comedores. El Briviesca es el más informal y el más grande con asientos de piel natural que se colocan en función de la distribución. El Salón San Juan está destinado al menú degustación y La Galería es un espacio coqueto con vistas al gran patio interior. Además, cuenta con una sala de bodega con reservado destinada a vivir la experiencia en torno al maridaje.
El interiorismo de La Fábrica aúna historia y modernidad
En cuanto al proyecto de interiorismo de La Fábrica, se ejecuta en torno a la calidez y pulcritud de la madera de nogal que asoma desde la entrada y conquista la planta principal hasta envolverla por completo, hasta los 2,17 metros. "Esta, junto al azul del techo, hacen de hilo conductor de todos los espacios. Y los linos naturales aportan textura, y frescura y calidez al mismo tiempo", explica Aurora de la Fuente. El resto del mobiliario se ha hecho a medida y en exclusiva para este proyecto.
Mención especial por su originalidad se merecen las esculturas de los hipopótamos de Ornamante, un guiño lúdico y excéntrico en homenaje a la personalidad y naturaleza de Ricardo y Cristina, los responsables de La Fábrica. Además, se han pintado con el mismo tono azul que los techos del restaurante.