Burger

Cada 28 de mayo celebramos una de esas efemérides curiosas que nos dan la excusa perfecta para recordarnos, para ensalzar o simplemente para zamparnos una hamburguesa. El origen del Día Internacional de la Hamburguesa no queda nada claro, aunque la versión más sugerente es que se conmemora el día en el que se empezaron a hornear panes redondos en Alemania, incluso que en 1900 se vendió la primera hamburguesa en lo que hoy conocemos como Estados Unidos. Sea como fuere, en el siglo XXI es la excusa perfecta para que desde las grandes multinacionales, a las modestas cadenas y los restaurantes independientes especializados en este plato hagan el agosto.

 

Pero lo que en los últimos años ha sucedido es que la hamburguesa se ha sofisticado. Atrás quedó la identificación de las hamburguesas con comida rápida o comida basura. Muy al contrario. De hecho, muchos cocineros de renombre se han subido al carro de la moda de las hamburguesas gourmet. La fórmula es de lo más exitosa, y los comensales les dan la razón de este viraje. De hecho, ya en 2017, un estudio realizado por Unilever Food Solutions y la Federación Española de Hostelería (FEHR) concluyó que siete de cada diez españoles perciben la hamburguesa como un plato gourmet.

 

Pero esta tendencia, aunque parece novedosa, comenzó hace más de dos décadas, en 2001, cuando el chef Daniel Boulud elaboró en su restaurante una exclusiva hamburguesa de solomillo rellena de foie, cuyo precio superó los 30 dólares. A él le siguieron otros chefs y otros restaurantes con sus propias propuestas gourmet, con ingredientes de muy alta calidad y también con carnes exclusivas, incluso con ingredientes vegetales o procedentes de la mar.

© Bash Style Burger
© Bash Style Burger

A lo largo y ancho del planeta, podemos ubicar algunas de estas hamburguesas premium. Para la anécdota quedan aquellas burguers de Guinness, como The Golden Boy, del holandés De Daltons (Voorthuizen), cuyo precio asciende a 5.000 euros la ración, puesto que está elaborada de carne de Wagyu A5, caviar de Beluga, cangrejo real, paleta ibérica española, trufa blanca, queso cheddar inglés y tomate tigre en vinagre bañado en té matcha japonés. Unos ingredientes que la han ubicado como la hamburguesa más cara del mundo.

 

Pero, rarezas aparte, a lo largo del planeta hay locales que se han hecho famosos por servir las mejores hamburguesas. En Burger & Barrel, en Nueva York, se puede probar la Bash Style Burger, ganadora cinco veces del NYC Food & Wine Festival. En Nueva Zelanda el Fergburger, de Queenstown, es archifamoso por su Little Bambi Fiordland de venado. En Islandia, restaurantes de Reikiavik como Grillmarkadurinn ofrecen desde hamburguesas gourmet de reno hasta las muy polémicas de ballena. Las opciones vegetarianas son exitosas en Singapur, en locales como el VeganBurg, donde emplean soja y setas para elaborar hamburguesas, animadas con piña y salsa satay. En Ciudad del Cabo la hamburguesa de avestruz se considera ya el plato local por excelencia. Y el Cafe Clock de Fez, en Marruecos, se ha hecho famoso por sus hamburguesas de camello.

Las hamburguesas ‘made in Spain’

Aquí, en España, el furor ha entrado en las cocinas de algunos de los más prestigiosos cocineros y en algunos de los “más reputados establecimientos” de restauración. Desde Rocacho, uno de los templos carnívoros de referencia de Madrid, (que sirve la hamburguesa de buey por 22,50 euros), hasta Horcher (cuya hamburguesa, que lleva más de 60 años en carta, es de solomillo y se prepara a la antigua usanza, es decir, frita como si fuera un filete ruso y no a la brasa).

 

Sonada fue la renuncia de las estrellas Michelin del chef Dani García, que se pasó a las hamburguesas sin tapujos. En Leña, su restaurante marbellí con sede también en Madrid, la hamburguesa estrella es "La Burger…que le dio sentido a todo", que se prepara en directo. Y en la terraza del Four Seasons, los comensales se rinden a la Dani’s Hamburguesa Rossini de vaca vieja, secreto ibérico y foie gras.

© La Royale de Paco Perez
© La Royale de Paco Perez

Incluso el más famoso de los templos de la parrilla, el Asador Etxebarri, se ha rendido a este plato. Allí, Bittor Arginzoniz, el mejor parrillero del mundo, ofrece su particular versión gourmet del talo con chorizo, que se comía en las fiestas de pueblos vascos. El parrillero elabora esta hamburguesa picando finamente Pluma y Ventresca Joselito que mezcla con pulpa de pimiento choricero, ajo y sal. Así obtiene una txistorra premium que deja reposar durante un día en la nevera y, por último, la somete a su milagrosa parrilla (en un molde con forma de lingote), a media altura durante 12 minutos, para servirla sobre una base de polvo de talo de maíz deshidratado.

 

Y es que, en España, tenemos no pocos ejemplos de laureados y prestigiosos chefs que han sabido aprovechar el renacer de este plato. Como Carlos Maldonado, chef con estrella Michelin por su restaurante Raíces (Talavera de la Reina) y ganador de MasterChef en 2015, creador de la archi famosas hamburguesas de El Círculo. Una marca de hamburguesas gourmet diferentes, que ofrece una carta con sabores extremos y sorpresas gastronómicas inspiradas en los nueve círculos del infierno de la Divina Comedia de Dante Alighieri. El Círculo puede disfrutarse en formato delivery a través de Glovo, Uber Eats y Just Eat en Madrid, Barcelona, Murcia y Valencia. O como Paco Pérez, cinco estrellas Michelin, que, junto a socios, puso en marcha La Royale, elegida como mejor hamburguesería de Barcelona.

 

También en Barcelona (en el municipio de Sant Boi de Llobregat), el chef Toni Romero (ex Racó d’en Cesc) se ha pasado a las hamburguesas Km0 y gourmet en Bart Burger Gastronòmic: “queremos elevar la hamburguesa a categoría de arte”, subrayaba el chef en una entrevista para CaternewsDigital. Su propuesta pasa por panes artesanos bajos en azúcares, carnes nobles y algunas de Km0, como la de “pollastre pota blava”, del Baix Llobregat, incluso por rarezas exquisitas, como la hamburguesa de sepia.

Bart Burger Gastronòmic y su hamburguesa con alcachofas de Sant Boi y torrezno © I.Acevedo
Bart Burger Gastronòmic y su hamburguesa con alcachofas de Sant Boi y torrezno © I.Acevedo

Y es que, las materias primas marcan la diferencia en la hamburguesa del siglo XXI. Así, seleccionar carnes procedentes de productores de reconocido prestigio garantizan el éxito. Así lo hace La Finca Jiménez Barbero, proveedor de Five Guys. Y además, se utilizan los cortes más nobles para crear filetes verdaderamente gourmet, que perfectamente podrían pertenecer al más exquisito de los platos de un restaurante tradicional. 

 

En Essentia, restaurante conquense famoso por servir la chuleta finlandesa que hace unos años fue reconocida por el World Steak Challenge como la mejor carne del mundo, la hamburguesa se hace con carne de vieja finlandesa madurada 45 días, queso cheddar, cebolla pochada, brotes de espinaca, setas cardo de cultivo y tomate fresco.

Hamburguesas ‘de Vicio’

Pero hablar de hamburguesas sin mencionar a Vicio es dejar un importante ingrediente de esta ecuación. Aleix Puig, CEO y cofundador de la marca -y ganador de MasterChef 7, ha revolucionado el universo gastronómico con sus propuestas. La empresa barcelonesa, fundada junto a Oriol de Pablo, cuenta con locales en Barcelona y en Madrid, donde la acogida ha sido abrumadora, aunque desde sus inicios, la compañía se fundó con alma y corazón de “delivery”. "El producto final es una experiencia de en tu casa, pero pensada para un restaurante", asegura Aleix Puig. El secreto del éxito, según su fundador, “no hacía falta darle la vuelta a lo que ya existía, porque lo que existía inicialmente ya estaba muy bien hecho. La hamburguesa clásica del Estados Unidos de los años 60 y 70, con una buena carne, un buen pan, un buen cheddar del día, una salsa casera y verdura fresca cortada ya era maravillosa”.

 

Y de vicio, aunque no por llamarse así, la hamburguesa ganadora del último Campeonato de España de Hamburguesas Gourmets, celebrado este pasado mes de abril en Madrid. Mariana Hernández, chef en el Baifo Street Food de Tenerife, logró convencer al jurado con “Benahoarita”, una combinación de pan Pretzel de Lantmännen Unibake, carne de vaca palmera madurada 15 días, estofado de carne de cabra al vacío, salsa de queso de La Palma y jamón de pata de cabra palmera. Un resumen de lo que debe ser la hamburguesa gourmet hoy día: creatividad, ingenio en la combinación de los ingredientes utilizados y armonía de sabores.

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Durante varias décadas el Racó d’en Cesc ha sido todo un referente del buen comer en Barcelona. Un establecimiento culinario reconocido por su confort y privacidad, y por su cocina y sus maridajes con cervezas artesanas. Buena parte de “la culpa” de haber ensalzado hasta la categoría de “imprescindible” a este establecimiento barcelonés la tiene Toni Romero (Barcelona, 1969), al frente de los fogones del Racó d’en Cesc durante los últimos 30 años.  

 

Este 2023, sin embargo, el chef ha emprendido una nueva andadura, dejando atrás ese capítulo de éxitos y reconocimientos por su labor en el templo de la cocina catalana actualizada. Ahora, Toni Romero muestra su faceta más rockera, más transgresora y divertida en Bart Gastronòmic, un pequeño local santboiano en donde quiere demostrar que la alta cocina también puede tener forma de hamburguesa.   

Toni Romero en su nuevo establecimiento, Bart Gastronòmic (©Isabel Acevedo)
Toni Romero en su nuevo establecimiento, Bart Gastronòmic (©Isabel Acevedo)
Toni, antes de entrar en materia, nos encantaría saber ¿cómo y por qué entraste en el mundo de la cocina?

TR. Mi padre, mis tíos, mis primos eran y son cocineros. Así que, supongo que fue algo natural. A los 15 años me puse a trabajar en uno de los restaurantes de la familia y decidí que aquello era lo mío. Luego me fui a trabajar a un restaurante de Sarrià que se llamaba Churchill, y que por aquella época bastante famoso. Y de allí a otro y a otro y a otro… Soy 100% autodidacta, porque no estudié Cocina en ninguna Escuela de Hostelería. Eso sí, he aprendido de todos y cada uno de los restaurantes por los que he pasado, desde los más sencillos a los de alta cocina. He tenido la suerte de estar en restaurantes muy afamados, como La Dama o el Grupo Paradís, y he tenido el privilegio de trabajar también con el maestro Lladonosa… Y de todos ellos fui cogiendo un poquito de aquí y otro de allí. Porque todos tenían algo especial, que yo luego le daba la vuelta y lo adaptaba a mi forma de cocinar.

¿Cuál es la mejor lección que has aprendido de tu familia “cocinera”?
TR. De ellos he aprendido el sacrificio. Porque antes esta profesión no era tan afable como lo puede ser ahora. Y yo aprendí que para ser chef hay que sacrificar muchas otras cosas de tu vida.

30 años en los fogones del Racó d’en Cesc

Y de aquella etapa formativa, al Racó d’en Cesc.

TR. Sí. Con ellos he estado 30 años, que son muchos. Son como mi familia. Allí he podido dar rienda suela a la técnica y a todo lo que fui aprendiendo de jovencito. Porque al Racó entré con 24 años. Y me siento muy afortunado por todo lo vivido en El Racó d’en Cesc. Hemos hecho muchísimas cosas de las que me siento orgulloso. Sobre todo, porque recuerdo que cuando entré, en el año 1992, me encontré con una cocina muy sencilla y algo anticuada, y le dimos un vuelco total.

 

De una carta de más de 80 platos, nos quedamos con una veintena de platos que cambiaban por temporada y con las sugerencias del día, según lo que comprábamos en el mercado. Hacíamos cocina catalana actualizada, y como nunca paré de aprender yendo a congresos, visitando muchos otros restaurantes, y haciendo cursillos y talleres, pudimos ir evolucionando también la carta del restaurante.

¿Cómo te defines como chef?
TR. Soy un apasionado de la cocina y de la gastronomía, un chef inquieto, al que le gusta estar siempre creando y pensando en el nuevo plato que haré, en la nueva receta. Mi cabeza va muy rápido siempre.
Supongo que esa faceta de “inquietud” constante fue la que te llevó también a entrar en el terreno de las cervezas artesanas…
TR. Sí. Más o menos en 2010, cuando entró al Racó d’en Cesc Edgar Rodríguez empezamos a investigar sobre la cerveza artesana. A él ya le gustaba el tema y me condujo a mí. Así hicimos muchas cosas juntos, maridajes sorprendentes y cervezas únicas. Y es que, yo soy de los que piensa que si quieres ofrecer algo a tus comensales, primero tienes que conocerlo y probarlo y entenderlo muy bien. Así que me puse a estudiar y a investigar y a hacer en casa cerveza casera. Empecé con una olla de 50 litros, y acabamos Edgar y yo haciendo cervezas a litros en fábricas artesanas.
¿Recuerdas cuál fue la primera de esas cervezas?
TR. Sí, fue para el 25 aniversario del restaurante y la llamamos Cesc, una cerveza con una infusión de manzanilla y pimienta de Sichuan muy equilibrada, muy gastronómica. Y de aquella, la siguiente fue la Black 201, con trigo y naranja; luego la Marialuisa; la Plancton; una de melocotón…y la de alcachofa, que fue todo un éxito.
Bueno, digamos que era natural para ti, que vives en Sant Boi, trabajar con la alcachofa, ¿no?

TR. Por supuesto. Además, soy un apasionado del producto de proximidad, y trabajo con los productores del Parc Agrari del Baix Llobregat y especialmente con la Cooperativa Agrícola de Sant Boi. Es un lujo para un cocinero de ciudad poder tener productos frescos de tanta calidad, y cultivados tan cerca. Además, son colaboraciones que van más allá de la cocina, porque también participamos con ellos en Jornadas Gastronómicas como el Març Gastronòmic o la Carxofada de Sant Boi, vamos a ponencias y congresos como el Fòrum Gastronòmic o Alimentaria a mostrar la cocina de proximidad.

De Barcelona, a Sant Boi

Y hablando de proximidad, por fin “has vuelto a casa”, a Sant Boi (donde resides)…
TR. Sí. Era algo que me iba rondando desde hace tiempo. Tenía ganas de volver a casa, con los míos -que me han visto bien poco en todos estos años-, e iniciar una etapa más tranquila. Y lo hacemos en Bart Gastronòmic, una hamburguesería donde queremos demostrar que las hamburguesas no siempre es fast food, que pueden ser platos de alta cocina.
¿Cuándo y por qué tomaste la decisión de dejar El Racó d’en Cesc?
TR. En principio, el proyecto lo íbamos a emprender juntos, Iván Cánovas y yo. Iba a ser una cadena de hamburgueserías, y yo iba a compatibilizar ambos trabajos. Pero nos pilló la pandemia y tuvimos que replantearnos todo de nuevo. Finalmente, con todo lo que pasó, me hizo pensar que realmente lo que me apetecía era bajar el ritmo, y emprender algo junto a mi familia, en casa. En Bart Gastronòmic tengo a mis dos hijos ayudándome, y a mi mujer, María, con el obrador de pastelería Romaní de Sant Boi, encargándose de la partida de postres creativos de muy alto nivel, al acorde con nuestra carta.
¿Y por qué una hamburguesería o no una pizzería?
TR. La pizzería, ya llegará (sonríe) Y una hamburguesería, ¿por qué no? Muchos chefs de alta cocina también han montado hamburgueserías, o conceptos de cocina más informal. A mí me apetecía muchísimo demostrar que se puede hacer hamburguesas de autor, hamburguesas de alta cocina, que es lo que hacemos en Bart Gastronòmic. Hay que dejar de asociar este plato al mundo del fast food.
Algunos dirán que te has subido al carro del nuevo boom de las hamburguesas de autor.
TR. Sí, efectivamente, hay un boom de nuevas hamburgueserías, pero creo que lo que hacemos aquí es un punto diferente a todo lo que he visto y probado. Trabajamos todos los detalles como si fuera alta cocina, desde el pan, que hacemos nosotros con masa madre, largas fermentaciones, ingredientes y recetas diferentes como el pan de alcachofa; hasta todo el resto de los ingredientes que usamos, la mayoría de proximidad y de payeses del Baix, como decía antes. Utilizamos carnes nobles -hemos tenido hasta ocho tipos distintos de carnes-, pero también realizamos otras “fantasías”, como la hamburguesa de sepia, u otras que haremos, como una que tengo en mente con langostinos.

La hamburguesa, un arte

¿Y lo de BART? ¿Algo que ver con el famoso personaje de dibujos animados?
TR. No, para nada. Es la contracción de “Burger” y “ART”, arte en catalán. Aunque haya acabado recordando al protagonista de los Simpson… (bromea) Queríamos que incluso en el nombre se viera que lo que hacemos aquí quiere ser diferente. Queremos elevar la hamburguesa a la categoría de arte, en Bart Gastronòmic hacemos hamburguesas gastronómicas. Así es como nos salen platos como las manitas de cerdo rellenas de butifarra del Perol con trufa; la de costillas de angus beef a baja temperatura; o la de carne de buey madurada con queso brie y anacardos tostados. O la hamburguesa con salsa Café de París, que recuerda al mítico plato tan de moda en los años 80.
¿Y en el apartado de las cervezas, hay algo de arte, también?
TR. ¡Por supuesto! Solo tenemos cervezas artesanas, la mayoría de elaboración propia. Y siempre ofrecemos nuestras nuevas creaciones. Por ejemplo, en breve estrenaremos una kombucha lupulada que además ayudará a recuperarse después de practicar deporte; y otra edición de la Marialuisa en versión IPA, con una intensidad increíble.
30 años creando platos y cocinándolos en el Racó d’en Cesc, ¿no echas de menos la elaboración de otros tipos de platos, que no sean hamburguesas?
TR. Claro. Uno lleva en el ADN la profesión de chef. Yo llevo la cocina en vena, por eso, los fines de semana dejo volar algo más mi faceta creativa y ofrecemos sugerencias diferentes, como una exquisita fideuà con mayonesa de trufa y kikos. O si viene producto fresco de mercado, invento al momento cómo ofrecerlo. Por ejemplo, el otro día entraron una sepietas de costa que hicimos con puntillitas de alcachofa, calçots, con picada de romesco y cebolla crujiente. O ahora, que estoy investigando con los buñuelos de bacalao a los que les inyecto un pil il de cebollino… y están quedando deliciosos.
¿Y no echas tampoco de menos estar en la primera línea de la gastronomía barcelonesa?

TR. ¿Qué es estar en la primera línea? Que la gente venga a decir lo bien que lo hacemos. Ahora, también lo hacen, pero en otra liga. La satisfacción es la misma. Evidentemente que me llevo muchísimos buenos recuerdos del Racó d’en Cesc, han sido muchos años. Lo hemos pasado muy bien y muy mal, también.

 

He vivido momentos incomparables, como cuando venían a comer los Reyes y te felicitaban por tu cocina… O cuando los clientes me decían que estaba loco por ofrecer unos espaguetis de chocolate y naranja, que luego se quedaron en carta. Por todo ello, les estaré muy agradecido, pero estoy ahora en otro momento. Tenía la necesidad de frenar el ritmo y de buscar un refugio donde no viviera con tanto estrés. Porque estar en lo alto conlleva mucho sacrificio y estrés.

Con lo inquieto que eres… ¿habrá más Bart Gastronòmic o más proyectos?
TR. Habrá más cosas, seguro. Pero aún estamos consolidando el nuevo proyecto. Solo hace un año que abrimos, y justo ahora empezamos a ver que esto funciona, que ha gustado y gusta mucho. Empezamos a tener clientes fijos que aprecian lo que hacemos, que saben que aquí damos algo muy exclusivo, que pueden saborear alta cocina en forma de hamburguesa, pero sobre todo, que vienen también a disfrutar y a divertirse. Estamos recogiendo ya los frutos.
Hamburguesa de Bart Gastronòmic (©Isabel Acevedo)
Hamburguesa de Bart Gastronòmic (©Isabel Acevedo)
¡Error, el grupo no existe! ¡Comprueba la sintaxis! (ID: 9)

A raíz de su llegada a Canarias, con primera apertura en Las Palmas, Goiko mediante la campaña Échate un nombre pidió a su futura clientela que le ayudara a diseñar una nueva Burger que solo se podrá degustar en dicha población y así homenajear la gastronomía local, y que no se preparará en ningún otro Goiko de España ni Francia.

Tras una compleja selección, después de escuchar 780 propuestas, esta nueva hamburguesa -que combina carne de ternera española, champiñones a la plancha, bacon crujiente, canónigos y almogrote (paté de queso canario), fue bautizada como “La Enralada”, un término que, en el lenguaje canario, evoca un estado de ánimo marcado por la euforia o la alegría.

Y para alegría, la que decidió seguir invocando GOIKO, al continuar celebrando su llegada a la isla, por medio de obsequiar con 400 Kevin Bacon al público que respondió a una de sus habituales promociones virtuales.

Con la apertura de puertas del primer Goiko de las Islas Canarias, la marca, que abrió su primer local en Madrid en 2013, continúa consolidando su liderazgo con un total de 110 locales propios en el mercado español y francés; reforzando así su estrategia de expansión tanto a nivel nacional como internacional, manejada por la familia fundadora junto con sus 2.100 más directos colaboradores, que se mueven por valores únicos como el “Buen Rollo y la Disrupción”.

GOIKO, empresa familiar nacida en un pequeño local de Madrid en el 2013, que en tan solo nueve años cuenta con más de 100 restaurantes en España y 3 restaurantes en París, ha querido estar en los hogares de los amantes del futbol que se juega en los diferentes estadios de Qatar, ofreciéndoles una solución de comida bajo el nombre de Fun Box Edición Mundial y el Plan Guateque.


Fun Box Mundial se compone de patatas fritas -las clásicas, gajo de GOIKO- y cuatro hamburguesas. El consumidor puede seleccionar entre cinco creaciones (repitiendo o en formato variado). La M30, con queso de cabra al grill y cebolla caramelizada; La Kiki, elaborada con pollo crujiente, queso americano, bacon, lechuga iceberg y Salsa 50 de Goiko; la Kevin Bacon, el auténtico best seller de la casa, o la mítica hamburguesa Classic.

 

Para los vegetarianos también hay partido, y para ellos GOIKO ofrece también la posibilidad de seleccionar una referencia plant-based como quinta opción dentro de la ‘Fun Box’. Se trata de La Edamami, una creación vegetariana elaborada a base de edamames, brócoli, cuscús y arroz.


Además, la hamburguesa contiene berenjena frita, alternativa vegana al queso, cebolla caramelizada, tomate, lechuga, batavia y pan de cereales vegetariano. Y para completar la Box, indispensables las clásicas patatas fritas gajo de GOIKO, con salsa Mayo Goiko y salsa Barbacoa Goiko.

 

Junto al nuevo lanzamiento, solo disponible en formato delivery o take away, llega también el pack Guateque, el complemento perfecto para ver los partidos, compuesto por dos raciones de Teques, salsa de emulsión de ron y salsa 50 Goiko.

  

La ‘Fun Box’ de GOIKO se trata de una edición limitada que solo estará disponible hasta fin de existencias y tiene un precio de venta de 49,90€, mientras que el pack Guateque vale 18,90€

Con trece años ya en el mercado, New York Burger abrió el pasado verano en el Parquesur de Leganés (Madrid) su séptimo restaurante; un espectacular local con dos majestuosas terrazas a orillas de El Lago, la zona más demandada y bonita de este gran centro comercial y de ocio referente del sur de la Comunidad de Madrid y haciendo honor a su filosofía de ‘brasa, madera y humo’.   

 

Andrea y Óscar, sus propietarios, confiaron de nuevo en Néstor Marcos Arquitecture para diseñar un local completamente diferente a los NYB existentes. El espacio interior busca abrirse al exterior mediante una gran fachada acristalada que permite esa conexión y como explica Néstorqueremos que el estilo industrial de las antiguas fábricas abandonadas conviva con la sofisticación y calidad de los nuevos materiales como el microcemento, terrazos, la madera de roble teñida etc. El ambiente general pretende evocar una atmosfera muy urbana donde la suma de elementos de iluminación, mobiliario y vegetación permita vivir esa experiencia al más puro estilo americano que buscamos”. Tampoco falta aquí el arte ‘callejero’, reflejado en un colorido grafiti de Tato Repetto que bien podría estar en una fachada de la ciudad de los rascacielos. La “brasa, madera y humo” también están presentes en la decoración mediante una gran barra forrada de troncos de madera con la cocina vista -por primera vez en NYB– al fondo.  

 

En los últimos meses las novedades en llegar a la carta han sido: 

–  MoMa, diseñada por sus clientes a través de las RRSS. y se estrenó coincidiendo con el Día Internacional de la Hamburguesa    

– Met Meat que se estrenó en abril para festejar el 13 aniversario de la firma. 

High Line que llegó por el Día del Padre y 

Chelsea Truffle era una edición limitada a febrero, pero ha sido tal el éxito, que se ha quedado.   

A éstas se suman clásicos de la casa como Queens, Bronx, Brooklyn… y una selección de carnes ahumadas que son un éxito y de las que Pablo Colmenares, chef ejecutivo de la firma, se siente muy orgulloso.  

No hay que olvidarse de su propuesta veggie ni de la amplia oferta para celíacos, porque en NYB piensan en todos. Según Andrea Quitián, directora de la firma: “hemos ofrecido la carne beyond meat como alternativa a la carne de vacuno, pero a la gente no le convenció, prefiere las hamburguesas veganas caseras que hacemos a base de verduras y cereales, más naturales y no con tanto producto alternativo. 

 

Siempre hemos pensado en nuestros clientes y desde que abrimos lo hicimos con una línea celiaca, con el paso de los años dietas como la vegana y vegetariana han ido cogiendo fuerza y nosotros queremos tener opciones para todo tipo de clientes, que todo el mundo pueda venir a disfrutar de nuestra propuesta y estamos muy contentos con el resultado”. 

 

En los NYB, la Línea Green se compone de propuestas variadas como la ensalada Parmigiana, el Greek Bowl o el Bowl mexicano. En cuanto a las burgers, destacan la Veggie Vasca y la Veggie Little Italy, que tienen opción vegana, y se sirven en pan sin leche ni huevo y en único tamaño.