cocinero del año

Ya se conoce el nombre del ganador del Concurso Cocinero del Año 2024. Además se han entregado premios especiales de los patrocinadores.

El premio es para Toño Rodríguez, propietario y jefe de cocina del restaurante La Era de los Nogales, en Sardas, Huesca, quien se ha presentado a varios concursos y lleva una importante trayectoria en certámenes de gastronomía.

En una entrevista a Caternewsdigital.com, el chef comentaba que había tenido ya la suerte de ganar algunos concursos y, de hecho, "ya es la segunda vez que estoy en este, estuve en la semifinal hace unos años, y me quedé con la espinita de pasar a la final. Yo, que soy de retos, siempre me ha coincidido con el Mundial, con la Selección… y no he podido ir, así que al final este, que tengo hueco, quiero estar, quiero pasar a la final y quiero ganar. Eso lo tengo clarísimo, y vamos con todo". Y lo ha conseguido.

Al recibir este premio, Toño ha felicitado a toda la organización, a su compañero que le ha ayudado en el concurso, a su familia y lo ha dedicado especialmente a un familiar que falleció por una enfermedad. "Sentía que era este el momento, como una preparación y lo he ganado".

La final ha estado presidida por Pere Taberner, presidente de Hostelco, quien ha comentado que mostramos el talento que tenemos con este concurso, "estamos contentos de participar". Por su parte, Toni Valls, director general de Alimentaria Exhibitions, también ha remarcado la suerte de haber engendrado este proyecto para poner en valor la gran gastronomía española de mano de los jóvenes.

Premios especiales para el concurso

Los premios especiales de los patrocinadores reconocen diversos trabajos en cocina y sala. En esta edición, Raúl Garrido, director comercial de Idilia Foods, en su marca Nocilla, ha entregado el premio al Mejor Postre; Javier Escudero, director general de Roldan Netya, ha dado el premio a la Mejor Presentación; y Joaquín Jiménez, director comercial de marketing de Juver España, ha entregado el reconocimiento al mejor aperitivo con Tomate Cirio. Las tres categorías han recaído en el ganador del concurso de este año, Toño Rodríguez.

El tercer clasificado del Concurso Cocinero del Año 2024 ha sido Aitor López (Restaurante Citrus Tancat, Alcanar), mientras que el segundo clasificado ha sido Mario Montero (Restaurante UltimAtun, Jeréz de la Frontera).

Romain Briand, responsable de la división de Horeca del Grupo Taurus, ha entregado diversos premios con sus productos al ganador; y Hugo Rovira, director general de NH Hotel Group también ha premiado con estancias en sus hoteles.

Taurus Professional, la marca del Grupo Taurus especializada en el canal profesional, se une como patrocinador oficial de la final de los Concursos Cocinero y Camarero del Año 2024, que tendrá lugar en la reconocida feria de alimentación Alimentaria en Barcelona.

Los seis finalistas contarán con el respaldo tecnológico de dos innovadores electrodomésticos: el robot de cocina Mycook 1.8 Profesional y el revolucionario Rowzer Plus, diseñados para potenciar la creatividad y eficiencia en cualquier cocina profesional.

Mycook 1.8 Profesional ofrece una versatilidad sin igual, permitiendo a los participantes realizar múltiples procesos simultáneamente, desde picar hasta emulsionar, mientras alcanza rápidamente temperaturas de hasta 120°C, gracias a su avanzado sistema de calentamiento por inducción.

Con un potente motor de 800W y cuchillas de cuatro filos de última generación, garantiza resultados excelentes en cada preparación. Mycook 1.8 es el único robot de cocina que incluye una función sofrito, que proporciona a los platos ese sabor tan característico de la comida española. Es un electrodoméstico perfecto para crear cremas, salsas, aceites, purés, mouses, glaseados, etc.

Por otro lado, Rowzer Plus redefine la preparación de helados y emulsiones, ofreciendo texturas perfectas en cuestión de segundos y reduciendo al mínimo las mermas gracias a su capacidad para procesar únicamente las cantidades necesarias. Con un exclusivo sistema de inyección de aire y cuchillas de doble hoja, garantiza una textura sedosa y cremosa en cada creación, maximizando así la calidad y el rendimiento en la cocina profesional.

El ganador del Concurso Cocinero del Año 2024, elegido por un jurado de expertos, recibirá como premio estos dos innovadores electrodomésticos de última generación, valorados en 6.500€, para llevar su creatividad culinaria al siguiente nivel.

Finalistas Cocinero

Los clasificados para la gran final de Cocinero del año son Mario Montero (Restaurante UltimAtun, Jeréz de la Frontera), Pedro David López (Restaurante Ramsés Kitchen, Madrid), Aitor López (Restaurante Citrus Tancat, Alcanar), Toño Rodríguez (Restaurante La Era de los Nogales, Sardás), Sergi Palacín (Restaurante Hiu, Cambrils) y Carlos Alberto Prieto (Restaurante La barra del Indiano, Valladolid).

Finalistas Camarero/a

Los clasificados para la gran final de Camarero/a del año son Marta Echevarría del Pub Galley de Candás (Asturias), Albert Ureña del Restaurante Sucapa de l´Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Miguel López del Restaurante Garena de Dima (Vizcaya) y Marta Charro del Seda Club en Hidden Away Hotels de Granada.

 

 

Cristóbal Muñoz es el chef del restaurante Ambivium, en Peñafiel, Valladolid, con 1 estrella Michelin y la estrella Verde en la misma guía, que reconoce a los restaurantes o chefs que se muestran comprometidos con la defensa del medio ambiente.

Premio al chef joven Guía Michelin España y Portugal 2023, ganó el concurso Cocinero del Año 2022. Este año es jurado de este certámen y valorará a los aspirantes que se disputan la final en Alimentaria & Hostelco este 21 de marzo.

¿Qué te reportó alzarte con el premio al Concurso Cocinero del Año?

Conquistar el primer premio te posiciona en el mapa gastronómico. A nivel profesional, justo esa temporada 2023 fue muy enriquecedora, muy positiva, y me aportó poder compartir cocina con grandísimos profesionales. Y todo esto deriva del concurso.

¿Qué experiencias te llevaste de ese día?

El recuerdo que tengo de la final en Alimentaria es maravilloso, porque pude compartir varios días con grandísimos compañeros. Conocía a muchos de ellos de otras experiencias anteriores y creo que es un concurso muy cercano, donde todo el mundo se siente muy a gusto, y hay un gran trabajo en equipo, que creo que es fundamental.

Cuando hablamos del Cocinero del Año, hablamos de una gran familia que se preocupa por los concursantes, por cómo van creciendo y desarrollándose. En la final se genera una gran competitividad, ya que todos los que participan en un concurso tan prestigioso y llegan a la final, por supuesto, lo que desean es ganar. Nosotros íbamos sin ningún tipo de presión, ya que queríamos vivir la experiencia de la mejor forma posible, y creo que esto marcó un antes y un después, porque conseguimos competir en el concurso, pero de una manera más humilde y más honesta.

¿Cómo decidiste dedicarte a esta profesión?

Estudié Magisterio de Educación Física en la Universidad de Almería, y en el último año no había convocatoria de oposiciones. Tenía claro que no quería parar y en aquel momento, preguntándole a mi madre, me animó a entrar en la Escuela de Hostelería de Almería. La verdad es que me llamaba bastante la atención la cocina, porque en aquellos años ya hacía algunas cenas para compañeras de piso. Empecé a engancharme y a enamorarme de este fantástico oficio gracias a mi paso por la escuela.

Como chef del restaurante Ambivium con estrella Michelin, ¿cómo defines el lugar y su cocina?

En Ambivium llevo seis años y medio, y lo cierto es que me permite desarrollarme muchísimo, estoy teniendo un crecimiento exponencial, y eso es gracias, sobre todo, a la generosidad de Pedro Ruiz, que es el CEO de la compañía Alma Carraovejas, propietario de la Bodega Pago de Carraovejas, donde está el restaurante.

Es un proyecto gastronómico cuyo hilo conductor es el mundo del vino. Desde el inicio de la experiencia, que comienza en una bodega en la que se ve la carta de vinos en directo, embarcamos al comensal en un viaje a través de armonías.

Un concepto que para nosotros significa que, a partir de la parte líquida, que suele ser un vino, pero que también puede ser un cóctel o un caldo, creamos una propuesta sólida que lo que hace es potenciar ambas. Esta es la tercera temporada que estamos ofreciendo Cellarium, nuestro menú degustación que explora los métodos de conservación como origen de la cocina y también de nuevas técnicas que estamos desarrollando.

Un menú que sigue evolucionando y puliéndose para ofrecer la mejor versión de nuestro día a día. De hecho, en el restaurante somos 35 personas y esto me gusta tenerlo siempre muy presente ya que todo el mundo trabaja para construir la mejor experiencia para todo el que viene a visitarnos. Para nosotros es muy importante el mundo líquido, por supuesto, por donde estamos ubicados, por la parte histórica en cuanto al modelo de negocio de origen, que en este caso es la bodega.

Ambos aspectos van de la mano, juntos, y por ello consideramos que nuestra cocina es una cocina sincera, honesta y sin artificios. Respeto al producto con utilización de la técnica, pero siempre nos gusta darle el máximo valor al producto. Respetarlo, mimarlo y, sobre todo, sacarle el máximo potencial.

¿Cuál es tu visión del sector de la hostelería en España en este momento?

Está claro que no todos los años puede haber revoluciones gastronómicas, si no esto sería una locura. En la época de El Bulli pudimos vivir una revolución gastronómica mundial y, en aquel momento, gracias a Ferran Adrià y a todo su equipo, por supuesto nos aportaron muchísimas cosas de valor.

A día de hoy me atrevería a decir que la cocina española está en muy buen momento. Se está empezando a exportar, estamos empezando a sacar la “Marca España” y creo que cada día se come mejor aquí. Gracias a las redes sociales y a la velocidad a la que se comparte todo, evidentemente hay muchos cambios, pero creo que hay grandísimos profesionales.

 

Desde 1989, Julia Pérez Lozano ha cocinado, viajado, comido, disfrutado y, sobre todo, compartido sus sabrosas experiencias en innumerables artículos, guías, libros, programas de radio y, desde hace más de una década, en su propio medio digital, Gastroactitud. Premio Nacional de Gastronomía por su labor periodística y miembro de la Real Academia de Gastronomía, Julia Pérez Lozano es una de las voces más prestigiosas de la gastronomía de nuestro país. Cambió la Filología Hispánica por el Periodismo, porque le pareció “mucho más práctico”. Seguramente, porque era, también, la vía perfecta para poder desarrollar otra de sus pasiones: la cocina y la gastronomía.

Por su dilatada experiencia, pero sobre todo, por su forma de contarlo, sin autocensuras, sin tapujos y sin halagos infundados, por su carisma y por sus grandes conocimientos culinarios, por su vocación didáctica, y por muchas otras cualidades, la periodista es uno de los puntales del jurado del Concurso Cocinero del Año.

Julia, aseguras que trabajas con lo que más te gusta: “las palabras y los alimentos”. ¿Cuándo y cómo se inició este idilio?

JPL. Mi idilio con la escritura, fue por culpa de un profesor de literatura, Antonio Basanta, en Bachillerato. Yo estudié Filología Hispánica pero me pasé al periodismo porque veía más salidas. Y lo de la comida, porque en mi casa siempre se ha cocinado y se ha comido muy bien. Mi madre cocinaba y mi abuela, mis tías … La comida en mi casa siempre ha sido muy importante. Todo lo celebrábamos alrededor de una mesa. Así que mi madre me envió a una escuela de cocina para que aprendiera.

Mis inicios periodísticos fueron en prensa económica. Después, empecé a colaborar en revistas femeninas y allí, como nadie quería la sección de cocina, porque era menos glamurosa que la moda, empecé a escribir y a hacer producciones para casi todas las revistas femeninas del momento. Además, como viajaba mucho, aprovechaba para escribir reportajes de viajes con gran cadencia gastronómica. Porque la comida es parte de la cultura. Es más fácil entender una región si ves cómo comen sus gentes. Y así empezó todo.

Muchos años entre fogones y teclados… ¿Con qué te quedarías de toda esta trayectoria profesional? ¿Y qué borrarías de un plumazo si pudieras?

JPL. No borraría nada. He sido una privilegiada, porque he trabajado siempre en lo que me gusta. Y me quedaría con la capacidad de dar a conocer proyectos interesantes de muchas personas que empiezan y que lo hacen poco a poco. Antes pasaba mucho más, pero ahora, vivimos en un mundo muy extraño. Pero como digo, ha sido un lujo poder vivir y contar en primera persona la revolución gastronómica que España vivió hace unos años.

Esa sinceridad también la utilizas siendo miembro del Jurado del Concurso Cocinero del Año. ¿Qué representa formar parte de él?

JPL. Es una gran responsabilidad. Cuando te dedicas a esto y también haces crítica, aunque no sea lo más relevante de mi trabajo, ves las cosas de una forma diferente. A veces tienes que ser muy dura, porque no se pueden permitir ciertos tics en los profesionales de cocina. Es cierto que llegan al concurso con muchos nervios, tensión, y ves todo el esfuerzo. Para ellos es difícil, porque se mezclan muchas emociones. Pero hay que ser rigurosa, porque, de verdad, a veces ves cosas… imposibles. Y yo, si lo veo, lo digo.

 ¿Cuáles son los errores más comunes que cometen en los certámenes de cocina?

JPL. Los concursantes tienen un problema: intentan demostrar todo lo que saben en un plato, pero casi siempre es un error porque acaban haciendo una mezcolanza sin sentido. El demasiado siempre es un problema. Ser barroco en la cocina es muy difícil. Y casi siempre pasa esto. Los concursantes quieren poner en un plato todas las técnicas y todos los ingredientes que conocen, aunque sean infinitos, y esto es un error. Es entendible, porque van a por todas, pero yo siempre les digo que menos es más.

¿Sería ese el mejor consejo que les darías?

JPL. Yo les aconsejaría que sean ellos mismos, y que no vayan al concurso con una cocina que no sea la que hacen en sus restaurantes. De hecho, siempre hay que ser uno mismo.

Desde tu punto de vista como profesional de larga trayectoria, ¿cómo ves la actual situación del periodismo gastronómico?

JPL. Como decía antes, estamos en un mundo muy extraño. Con la irrupción de las redes sociales, la inteligencia artificial… Todo va muy deprisa. Yo, incluso, pensé que pasaría como cuando llegó la TV y se pensaba que la radio desaparecería. Y luego se vio que han convivido los dos medios. Pero no está siendo ahora así. El tema es que antes, los medios de comunicación estaban en manos de alguien que ejercía un control, para bien o para mal, pero se pedía a los periodistas una formación, un criterio, una experiencia… Ahora, hay muchos que se dan de periodistas de gastronomía cuando su criterio no es válido.

Como decía un crítico francés: “para poder hacer crítica gastronómica tienes que haber probado al menos 1.000 restaurantes”. ¿Y quién de estos que se autodefinen periodistas de gastronomía lo han hecho? En el momento en el que un móvil te da el poder, se acabó el periodismo. Yo creo que, entre esto, y lo que significa la Inteligencia Artificial para todos los ámbitos de la vida, estamos en un momento muy peligroso.

A colación de este tema, recientemente una cocinera “bastante fan a las redes”, como es Ada Parellada, me confesaba que hoy día en los restaurantes “se cocina para la foto”, por lo que se están olvidando los sabores y algunas recetas poco fotogénicas como las fotos…

JPL. Las Redes Sociales tienen una parte buenísima, porque nos da la posibilidad de conocer la opinión de los lectores al momento. Pero luego está el tema de los ejércitos de “haters”, que van a la destrucción por la destrucción. Dicho esto, a mí las Redes Sociales no me interesan en absoluto. Trabajo en Redes Sociales, porque es una herramienta más del periodismo, pero dar información valiosa sin cobrar una prestación a cambio es una estafa. Si damos información gratis al público, se desvaloriza nuestra profesión. Luego está el que busca notoriedad, que no es mi caso. Pero al final, hay que entrar, conocer y convivir con estos nuevos medios.

Y me parece un error no entrar o renegar de ellos, porque las redes, gusten o no, son un medio de comunicación más. El problema, como digo, es el tema de la remuneración, porque está visto que el que cobra no siempre es el que tiene mejor criterio.

Saturación de gastronomía y de comida en las redes, también en la televisión, eventos, medios digitales… ¿Estamos en una burbuja que acabará estallando?

JPL.  No sé si estallará o no. La saturación es total en todos los ámbitos. De hecho, es imposible leer todo lo que se publica. Pero, si siempre cantidad y calidad no han ido de la mano, ahora mucho más. Porque, desgraciadamente, vivimos en el mundo del SEO. Yo, incluso, no puedo escribir lo que quiero, ni como quiero. El sistema me autocensura. De hecho, me alegra estar al final de mi carrera, porque si estuviera empezando en el periodismo me hundiría. Es triste ver que el sistema te expulsa si escribes lo que quieres, si haces algo de literatura, titulares sugestivos…

Sabemos que es de las que piensa que seguramente se ha “endiosado” demasiado la figura de los cocineros. Efectivamente, la huella de grandes como los Adrià, los Roca, los Torres… está ahí. Pero, ¿hacia dónde nos dirigimos ahora?

JPL. Ahora mismo no hay vanguardia, como tal. Puede haber algún rara avis disperso. Pero no hay un movimiento de vanguardia en la cocina española. No como lo fue la revolución impulsada por Adrià y seguida por tantos otros. Ahora se dice que estamos volviendo a la cocina del producto, pero es gracioso decirlo en un momento en el que no hay producto.

Lo que veo es que hay algunos cocineros interesantes, que hacen cosas interesantes como Dabiz Muñoz, Albert Adrià, Camarena, los chicos del Disfrutar… Son interesantes, pero no revolucionarios, no van por delante. Y luego, hay toda una seguidilla de cocineros que copian. Que tampoco está mal, porque la historia de la cocina se ha basado en las réplicas. El problema es no reconocer que se copia. El problema es autodenominarse cocinero de autor y no serlo. Tenemos una generación de cocineros súper preparados, pero también hay un grupo de “iluminados” que creen que hacen algo extraordinario y lo que hacen es mediocre. Lo que sí es vanguardia es crear un plato que 30 años después sigue siendo moderno. Y eso es lo que se hacía en elBulli.

Pero insisto, hoy se come en España mejor que nunca. El nivel ha subido infinitamente, y España sigue estando en la élite de la cocina mundial. Sobre todo por lo que se hace fuera de las capitales. Y eso es único de aquí. En muchos países se come estupendamente en las capitales, pero el resto del país es un desierto. En España no es así.

Parece que pasamos por el momento del “empoderamiento de la mujer” ¿Crees que también esa paridad se vivirá alguna vez en la cocina?

JPL. Yo, personalmente creo que las mujeres nunca han estado al nivel de los hombres en la alta cocina. Y es por una sencilla razón. Porque la alta cocina es muy exigente, hay que dedicar muchas horas, mucho esfuerzo, además de tener talento, y a veces las mujeres no quieren renunciar al resto de sus vida en pro de la cocina. Si deben elegir, la mayoría elige familia. Es una realidad. Ahora bien, la que ha querido competir, lo ha hecho fenomenal. También es cierto que venimos de un momento en el que la cocina para las mujeres era un horror, era un ambiente de cocineros agresivos, de gritos, de malas formas, de autoritarismos, de jornadas eternas… Todo eso cambió.

Y ahora, lo que sí vemos es que en las escuelas de cocina ya se ha llegado a la paridad, o incluso se está dando la vuelta al tema, ya que hay más mujeres que hombres. Así que todo es cuestión de tiempo. Pero habrá que ver si ellas, con la misma formación que ellos, y con las mismas posibilidades, deciden luchar. No por ser mujer hay que triunfar. Las mujeres no somos mujeres florero. Yo, por ejemplo, escribiré de cocineras si son buenas, si hay algo qué contar de ellas. Y está claro que las mujeres, además, somos menos competitivas que los hombres, tenemos otra forma de entender la vida, quizás por eso, pocas han llegado a lo más alto, porque no han querido luchar hasta llegar allí.

¿De qué pie cojea la hostelería a día de hoy?

JPL. De profesionalidad en la sala. Tenemos un problema terrible en la sala y no prestamos suficiente atención a la sala. Quizás aquí también debemos asumir algo de culpa los periodistas. Y precisamente, la sala es el lugar más preciado de un restaurante. El cliente cuando va a un restaurante volverá si se come bien, pero sobre todo, si le han tratado bien. Y esto, los medios no hemos sido capaces de transmitirlo, de ponerlo en valor. El tema de la sala es muy vocacional, y hoy día vemos que en los restaurantes los camareros son personas que trabajan en sala porque están de paso.

Y luego está que las escuelas de hostelería se olvidan de la sala. No sé qué les enseñan, pero deberían introducir asignaturas de psicología. Creo firmemente que urge una revisión de los planes de estudio y del profesorado de las escuelas de hostelería del país, sobre todo las públicas. Estamos jugando con el futuro de una generación y de un sector muy importante para la economía del país. E insisto, se come mejor que nunca en España. el problema es que la alta cocina española vive un momento de esplendor, pero convive con una cocina media donde los equipos se creen los reyes del mambo, cuando no lo son.

Para acabar, ¿cuál es el restaurante que más recientemente te ha sorprendido para bien?

JPL.Pues me fascinan muchas cosas, desde sitios tan extraordinarios como el Alchemist de Copenhague, con su rollo holístico y su coherencia entre su discurso y la cocina; hasta proyectos como el que hace Virgilio Martínez en el altiplano peruano, un sitio realmente mágico con una despensa única. Pero también me emociona llegar a un restaurante, por ejemplo, como el que regenta una pareja de jóvenes en Cuenca, Fuentalgato, en un pueblo de 25 habitantes. Me emociona tanto uno que es para foodies millonarios, como éste que es un proyecto personalísimo al alcance de todos.

¿Qué ingrediente o especialidad culinaria consideras sobrevalorada?

JPL. El caviar, está absolutamente sobrevalorado y el que hay ahora, casi todo es malísimo. La mayoría es de origen chino y no sabe al auténtico caviar.

¿Cuál sería “tu última cena”?

JPL. Soy poco obsesiva con estas cosas, pero seguro que sería una buena tortilla de patatas.

 

 

Joven y emprendedor, Vicent Sanchís es chef y asesor del restaurante Origens Essència de nostra cuina, de La Pobla de Vallbona (Valencia). Tiene claro que le gusta cocinar con los productos de su zona y ello es lo que hace en este restaurante. Cree firmemente que un chef debe estar enfocado en la sostenibilidad, el respeto al ciclo de vida de los animales y en el reciclaje.

¿Cuál es tu cargo/trabajo en el restaurante Origens Essència de nostra cuina?

El cargo que desempeño actualmente en el establecimiento es asesor del mismo, ya que por motivo de otros trabajos, estudios y diversos funciones que desempeño en diferentes grupos, me limita la actividad en el restaurante además de actualmente estar pasando por un proceso de cambio en la organización del restaurante.

¿Cómo defines tu cocina que puede probarse en Origens?

Definiría mi cocina como un reflejo de mi visión y mis sentimientos. Digo esto porque me encanta poder reflejar historias de nuestra cultura, de nuestro territorio, de nuestros recuerdos… en la propia cocina que realizo.

Es importante que la cocina en la que trabajo tenga algo bonito que contar, pero por supuesto debe reunir matices que haga que el cliente desee continuar comiendo y disfrutando de la gastronomía que quiero reflejar.

Me gusta representar en mi cocina la tradición, aquella que se cocina con muchas horas, mucho mimo y mucho chup chup!! De los guisos ancestrales y las cocciones largas que forman las bases de nuestra cocina.

Me gusta trabajar con los productos de nuestra zona, dándole protagonismo como no a Valencia ya que es el lugar donde nací. Las partes fundamentales de mi cocina se basan en el producto de temporada, ya que soy seguidor de los productos por su estacionalidad para poder sacarle el mejor rendimiento.

En resumen, quiero que la gente disfrute comiendo lo que nos gusta cocinar, que coman territorio… que coman Valencia!!

¿Por qué decidiste dedicarte a la profesión de chef?

Realmente en un principio siendo muy joven, con unos 15 ansiosos años de edad, no sabía para nada que me gustaba ser cocinero y que mi propósito sería acabar siendo un chef que mostrara su cocina, pero fue a raíz de mis padres y hermana que me involucraron en el mundo de la cocina llevándome a estudiar, y en la propia escuela, a darme cuenta de que este iba a ser mi futuro. No veía el cocinar como un trabajo sino como algo para evadirme del mundo y sacar todo de mi cabeza para solo centrarme en cocinar y aprender cocinando.

Fue en mi primer trabajo donde, además de coger el verdadero gusto a la cocina, me formé junto a grandes chefs en Valencia, y gracias a ellos fue el trampolín para empezar a crecer dentro del mundo y ver la cocina como mi pasión.

 ¿Quién te inspiró para dedicarte ello?

Familia, jefes de cocina que he tenido a lo largo de mi carrera y mi yo interior que siempre ha querido continuar formándose y aprendiendo de todo aquello que sucede a mi alrededor.

¿Es la primera vez que participas en un certamen como el Concurso Cocinero del Año 2024? ¿Qué representa poder estar en un concurso de tales características?

Sí, poder participar en este prestigioso concurso es todo un sueño, estar rodeado de estos magníficos chefs que presentan sus menús y poder estar codo con codo con ellos es algo único e impresionante. Es todo un placer poder conocer a los grandes chefs de España y juntarnos por un motivo: La gastronomía y sus diferentes puntos de vista.

Está claro que todo el mundo quiere ganar este tipo de concursos, pero sobre todo hay que ver el aprendizaje que nos vamos a llevar y el nivel que habrá entre todos los concursantes. Ese es el mejor premio que nos llevamos… nuevos amigos, nuevos aprendizajes y nuevas formas de ver la gastronomía.

Al final para mí se trata de concursar: de querer superarte día a día, innovar y contextualizar tu cocina.

¿Cómo crees que debe ser actualmente un chef? ¿Qué rasgos debe tener?

Pienso que un chef hoy en día debe ser, antes que todo, cocinero, es decir, saber dónde está y ser el líder de su grupo pero sin querer hundir a las personas de su alrededor. El chef en la actualidad debe de ser muy aventurero, viajero, curioso y sobre todo nunca parar de aprender y estudiar porque en la cocina no hay fin y cuando crees que tienes nociones de algo o sabes un poco te das cuenta de que todavía te quedan miles de técnicas y productos por conocer.

¿Qué retos tenéis los chefs dentro de este sector?

Como chefs tenemos como reto principal, bajo mi criterio, el respeto al medio ambiente, el respeto al ciclo de vida de los animales y de nuestro entorno, respeto al reciclaje, y paralelamente a esto, la promoción de todos aquellos nuevos cocineros para que nuestra gastronomía española nunca pare de crecer.

Hoy en día se habla mucho de la sostenibilidad y la verdad creo que aparte de cocinar tenemos que centrarnos en estos gestos que van a hacer progresar nuestro mundo y dar el ejemplo a los diluentes cocineros para que sean conscientes de que al final la cocina sale de la naturaleza y para ello hay que cuidarla.

 ¿Cómo te ves en unos años? ¿Qué te gustaría hacer?

Me gustaría continuar disfrutando, aprendiendo y divirtiéndome en la cocina, creo que, aparte de desear logros, lo bonito de este mundo es la familia que vas formando a lo largo de los años y la verdad que continuar aprendiendo de mi gente y de los nuevos chefs que están por conocer ya me llenaría de gratificación. Sí es verdad que a nivel personal me encantaría poder llegar algún día a representar nuestro país y competir a nivel mundial con la intención de continuar posicionando a España en el lugar que merece y ser partícipe de ello junto con los grandes chefs que forman nuestra selección española de cocina y que compiten con muchísimo esfuerzo y dedicación para dar visibilidad a nuestro país y posicionarlo entre los mejores del mundo a nivel gastronómico.

Nacido en Caracas (Venezuela) hace 26 años, Pedro David López empezó a trabajar de cocinero en su país hasta que en el año 2017 aterrizó en Madrid, donde ha venido desarrollando su trabajo en diferentes restaurantes. Actualmente, es cocinero jefe de partida en el Restaurante Ramsés Kitchen de la capital española.

Considera que la gastronomía latina está en auge y, junto con la española, es la mezcla que busca a la hora de pensar en sus sueños, teniendo un restaurante propio. Se siente afortunado por lo que ha vivido hasta ahora, por eso anima a los jóvenes y futuros cocineros a que luchen por sus sueños, "que todo se puede lograr con mucha disciplina, perseverancia, constancia y, sobre todo, con mucha humildad", aconseja.

¿Por qué te decantaste por la profesión de cocinero?

PD. L. Desde muy temprana edad y desde que tengo uso de razón se despertó en mí el interés por esta bonita profesión. Mi madre fue mi primera maestra y principal fuente de inspiración en este mundo de la cocina. Le fascina cocinar, servir un plato de comida y que otras personas lo disfruten. Mi pasatiempo favorito siempre era estar junto a ella en la cocina, yo era su ayudante y probaba sus creaciones y me encantaba esa mezcla de culturas y sabores que hacía en sus elaboraciones, entre la gastronomía venezolana con algún sabor o alguna receta de la gastronomía ecuatoriana. Era muy curioso e interesante.

A los 17 años tuve la oportunidad de formarme como cocinero profesional, realicé diversos cursos de barismo, bartender, y algunas prácticas en cocinas de prestigiosos restaurantes de Caracas. Además, también tuve la oportunidad de trabajar una temporada como cocinero privado.

Resume en 5 cualidades las que son imprescindibles para ser cocinero.

P. L. Existen diversas cualidades que son indispensables para un cocinero o chef. Entre ellas destaco: liderazgo, pasión, orden y limpieza, buen sentido de la estética a la hora de emplatar y actitud, teniendo siempre la mejor disposición en la cocina.

En estas épocas y con el paso del tiempo existe un público cada vez más exigente y creo que una de las principales cualidades, y la más importante que debe tener un cocinero o un chef, es la adaptabilidad. Esto implica ser flexible y tener en cuenta cuál es la necesidad de cada cliente para que siempre salga satisfecho.

¿Cómo definirías el concepto gastronómico de Ramsés Kitchen?

PD. L. Ramsés Kitchen es un espacio conceptualizado con una cocina vista y diseñada en torno a las brasas, las cuales son sus protagonistas. A su vez, ofrece algunos platos con sabores internacionales, que van desde un ceviche con su leche de tigre, hasta un tartar de atún de la almabrada.

Ramsés presenta diversas recetas y platos que son de base tradicional elaborados con productos de temporada. Se trabaja siguiendo técnicas de cocción diferentes respetando siempre el producto local. Si hablamos de las brasas, podemos encontrar desde un pulpo a la parrilla con alioli y yuca o un bavette de wadyu servido con chimichurri o carabineros a la parrilla con salsa holandesa.

¿Qué es lo que más valora el cliente de su cocina? ¿Y del restaurante en general?

PD. L. Los clientes valoran siempre una comida que esté bien preparada, sabrosa y que sea de alta calidad, indiferentemente de cuál sea el lugar. El sabor, la textura y la presentación son factores fundamentales que influyen en la percepción de la calidad de la comida.

El servicio es otro aspecto importante que se debe tener en cuenta. Los camareros, con la atención que ellos brindan, desempeñan un rol fundamental, ya que el cliente siempre busca llevarse una grata experiencia gastronómica desde el momento en el que entra en el restaurante hasta el que se va.

¿Qué consejos le darías a los jóvenes que se están formando como cocineros?

PD. L. Ser cocinero es una profesión que demanda mucho tiempo y dedicación, pero, sin duda, es una muy bonita profesión. A todos los jóvenes que se están formando para entrar en el mundo gastronómico, les digo que luchen por sus sueños, que no hay nada imposible, que todo se puede lograr con mucha disciplina, perseverancia, constancia y, sobre todo, con mucha humildad.

Mi historia puede servir de fuente de inspiración para muchos, porque estar entre los 6 mejores cocineros de España es un sueño hecho realidad.

¿Quiénes son tus referentes culinarios?

PD. L. Tengo varios. El chef Pedro Subijana es uno de mis referentes culinarios de la cocina española, así como Joan Roca. Son cocineros que me inspiran y espero algún día tener la oportunidad de formar parte de su equipo. Para mí sería un gran honor.

¿Cómo te ves en tu futuro profesional?

PD. L. Me visualizo en un futuro teniendo mi propio restaurante donde pueda crear, innovar y trasmitir a través de mis platos lo que soy y mis raíces. La gastronomía latina ha tenido un auge a nivel gastronómico en estos últimos tiempos y se ha dado a conocer más.

Mi origen es una mezcla de culturas y me gustaría fusionar algo de la comida venezolana, ecuatoriana y española. Quiero seguir formándome como cocinero, ya que la cocina siempre está en constante evolución. Seguiré trabajando por cumplir mis sueños y cada una de mis metas y aprendiendo cada día para seguir creciendo como persona y profesionalmente.

¿Qué te llevó a presentarte al concurso de Cocinero del Año, del que has resultado finalista?

PD. L. Mi compañero Matías Ríos y yo somos cocineros del restaurante Ramsés Kitchen. Estamos muy agradecidos al equipo de Ramsés por todo el apoyo que nos han brindado. Para mi presentarme a este concurso fue un gran reto, ya que es la primera vez que participo en uno de nivel tan prestigioso en el ámbito gastronómico.

Hace años atrás formé parte del equipo del chef español Andrés Madrigal (1 estrella Michelin) y desde allí se despertó mi interés por presentarme a algún concurso. Cuando vi este del Cocinero del Año, me dije: "Es el momento y la oportunidad de asumir este reto". Hemos hecho un excelente trabajo junto a mi compañero y nos han otorgado el premio a la Mejor presentación del concurso. Estamos muy felices por el resultado que hemos obtenido.

¿Cómo crees que vivirás la final en Barcelona?

PD. L. La viviré con mucho entusiasmo y con mucha alegría. Para mí estar en la final del concurso Cocinero del Año es un sueño hecho realidad y un gran logro. Y más que un concurso, es una experiencia que la voy a recordar siempre.

Conocí a personas muy talentosas en este concurso y me llevo conmigo esos momentos que he vivido hasta ahora. Queremos dejar huella y demostrar pasión por esta bonita profesión.

Pasión y un saber hacer en la cocina como pocos. Mario Montero abrió, junto a su socio Rubén Dorantes, el restaurante UltimAtun Tapas, de la calle Costa Azahar, en Jardines de Montealto. Ya hace años que se enfrenta a diversos retos como, por ejemplo, regentar este local a diario. Sobre su cocina, su trabajo como chef y las bases de este restaurante especializado en atún, nos comenta en esta entrevista.

¿En qué consiste tu labor diaria frente al restaurante de Jerez?

Mi trabajo consiste en realizar las labores propias de un jefe de cocina. Como co-propietario del restaurante y jefe de cocina de UltimAtun mi labor en realidad va más allá de los fogones, ya que tanto mi socio como yo, somos los responsables de que todo fluya correctamente cada servicio de comida o cena.

¿Cuál es la oferta gastronómica del UltimAtun?

En el restaurante nos basamos en productos locales y de temporada, ya que por suerte vivimos en una zona muy rica en pescados, mariscos, verduras y hortalizas. Intentamos siempre y en la medida de lo posible, recurrir a pequeños productores locales para que según la temporada nos abastezcan de sus productos.

¿Cómo ha evolucionado el local desde su apertura en 2019?

Desde hace algunos años y siguiendo la tendencia gastronómica actual, en nuestros platos se aprecia claramente una pequeña incorporación de productos asiáticos sin llegar a ser predominantes, solamente eso, pequeñas pinceladas que no distorsionen nuestra forma de entender la cocina de nuestra tierra que en definitiva es la cocina de nuestras madres y abuelas.

Coliderar un restaurante, en este caso, junto a tu socio, Rubén Dorantes, no es tarea fácil, ¿cómo lo hacéis? ¿Qué debe tener un buen chef actualmente?

Creo que un chef debe ser una persona con una formación y un conocimiento necesario para poder desempeñar su labor correctamente, liderando de una forma cercana y sobre todo clara, que tenga regularidad y constancia para que el equipo de trabajo sepa en cada momento cuál es su función, dándole a cada compañero su sitio. Para mí lo más importante es el equipo, sin un buen equipo no hacemos nada.

¿Cuál es vuestro reto diario para el restaurante UltimAtun tenga el éxito que ya experimenta?

El reto al que nos enfrentamos cada día es satisfacer a nuestros clientes y que les dejemos un buen sabor de boca desde el momento que realicen su reserva. Hacerles ver que nuestra propuesta es original, creativa y que utilizamos productos locales saludables e intentamos crear esa confianza que les haga elegirnos para futuras ocasiones.

Nuestro restaurante es un sitio muy acogedor y el trato con el público es muy cercano. De hecho, nuestra cocina está separada de los comensales con un cristal para que se vea todo el proceso de elaboración de los platos que van a degustar.

Cada vez el cliente viene con más conocimientos culinarios, saben lo que les gusta y lo que no supera sus expectativas, así que a diario intentamos sorprenderles con propuestas originales fuera de carta y siempre conservando los clásicos de nuestra carta. En definitiva y por suerte, nos apasiona nuestro trabajo.

¿Qué representa tu participación en un concurso tan destacado como el del Cocinero del Año 2024?

Para mí es una gran oportunidad a nivel laboral y personal, ya que ponemos toda la creatividad y conocimiento posible en las propuestas que presentamos para el Concurso. Lo más gratificante es poder participar y sobre todo disfrutar al máximo del día del certamen.

Será mi cuarto Concurso, así que más o menos me voy quedando con la dinámica, con los tiempos, adaptando las elaboraciones a la zona de trabajo de la que disponemos y sobre todo a calmar los nervios que en ese tipo de eventos se disparan por las nubes.

En cuanto a la preparación del Concurso, que hemos llevado a cabo mi compañero y yo, no ha sido otra que hacer muchas pruebas hasta quedar satisfechos con los platos que vamos a presentar y sobre todo realizar el menú completo dentro del tiempo establecido.

¿Cómo te ves en unos años? ¿Qué te gustaría estar haciendo?

En unos años me gustaría poder ofrecer nuestra cocina en otras ciudades siempre y cuando se conservara el espíritu de UltimAtun tal y como lo entendemos hoy. Manteniendo ese trato cercano y familiar y ofreciendo la calidad de la que podemos presumir, aunque suene un poco prepotente.

De todos modos, en nuestra actual ubicación llevamos poco más de un año así que espero que nos dure mucho tiempo y sigamos disfrutando de nuestro oficio.

 

 

Un argentino de padre español elaborando cocina mediterránea y de autor en un club de golf de Sevilla. Este es Matías Álvarez Macnighte (Buenos Aires, 1982). El chef pasa por un momento en el que aprecia las experiencias vitales. Por ello, abandonó su propio restaurante en Utrera (Sevilla), para formar parte de un equipo de cocina “donde empezar de cero”. En el restaurante Hoyo 16, del Real Club Pineda, ha encontrado la estabilidad que buscaba. Poder compatibilizar su vida personal, con su pasión: la cocina. 

Matías, ¿cómo acaba un argentino en un restaurante sevillano?

MAM. El camino ha sido largo. Yo estudiaba cocina en Argentina y sin pensar que lo lograría pedí una plaza en el Bulli. Yo quería aprender con el mejor. Y me aceptaron en La Alquería de la Hacienda Benazuza, dirigida por Ferran Adrià. Ni me lo pensé. Además, como tengo doble nacionalidad, no hubo ningún problema. Llegué allí en 2006 y pasé dos temporadas, en las que aprendí muchísimo. Y me gustó muchísimo el ambiente de Sevilla, una ciudad donde se come mucho en la calle, con una cultura del tapeo increíble. Me atrapó, me fascinó. Y tras aquella experiencia ya me quedé. 

¿Cómo y por qué decidiste estudiar cocina?

MAM. Siempre me había gustado la cocina. Mi abuela, que era gallega, me enseñó mucho sobre la cultura culinaria española, sobre la cocina del aprovechamiento. En casa me crié en un ambiente donde se amaba la cocina. Y luego, de jovencito empecé con trabajos esporádicos en restaurantes y me enganchó el ambiente, el trabajo en equipo. Y sobre todo, me fascinó todo lo relacionado con la creatividad que se podía ver en las cocinas, que no es comparable con nada. 

Tras la Hacienda Benazuza, ¿cuál fue tu trayectoria?

MAM. Estuve varios años moviéndome por restaurantes de Sevilla, Marbella y Mallorca. Siempre buscaba sitios que me llamaban la atención, porque lo que quería era aprender. En Sevilla, por aquella época, la cocina estaba muy arraigada a la cocina clásica, y era complicado poder hacer cosas diferentes. Pero, por suerte, fue cambiando y transformándose. Ahora, Sevilla es una ciudad con una cocina muy abierta, muy técnica, muy vanguardista, incluso demasiado. Ahora, lo complicado es encontrar locales donde sean fieles a la cocina tradicional sevillana. 

También llegaste a regentar tu propio restaurante, ¿no es así?

MAM. Sí. Con mi mujer dimos el salto con un pequeño local en Utrera, el Palodhu Gastrobar. Era un restaurante con solo 7 mesas, donde hacíamos una cocina muy elaborada, con 20 platos. Y teníamos una carta de vinos muy especiales. Buscábamos siempre vinos diferentes. Dábamos algo especial. Pero estábamos en un pueblo y no siempre podíamos excedernos con la creatividad. Pero nos fue muy bien. El boca oreja nos funcionaba muy bien, y también venía gente de paso. Pasamos incluso la terrible etapa del covid, y aguantamos hasta el 2022. Pero decidimos cerrar. Tenemos una niña y no quería perderme su infancia. Además, tenía muchas ganas de volver al origen. Y eso que, cuando cerramos, nos ofrecieron llevar 20 bares. Me llovieron las ofertas, pero no era el objetivo. Ahora estoy como jefe de partida en el Restaurante Hoyo 16 y estoy muy feliz. Compagino además varias asesorías, y me da tiempo de estar en casa. 

¿No echas de menos estar al frente de tu propia cocina?

MAM. A veces, pero pocas. Yo ahora llevo, sobre todo, la partida de carnes. Y estamos siempre dándole vueltas a todo, investigando, probando y probando. Y estamos adentrándonos en las brasas, en la casquería… Estoy disfrutando, porque es una vuelta a los orígenes, y me apetecía mucho volver a la base. De hecho, llevo un año y pico y se ma ha pasado volando. Además, en el restaurante trabajamos con muy buen ambiente. Todo el equipo es fantástico. A veces, es cierto, que estamos algo coartados. No deja de ser un restaurante de un club privado, donde solo pueden comer los socios y sus invitados. Por lo que nos gustaría que fuera un restaurante abierto a todo el mundo, para tener más variedad de comensales. Pero lo dicho, ahora estoy genial. Estoy en un momento vital que necesito esto, más calidad de vida y disfrutar tanto de mi trabajo como de mi familia. 

Y de vez en cuando rompes esa “tranquilidad” presentándote a concursos como el de Cocinero del Año.  

MAM. Sí. Me gustan los concursos. Ya estuve en la semifinal de hace dos temporadas, y la verdad es que la experiencia me gustó tanto que he querido repetir.Aquella vez me pilló con inexperiencia, no sabía dónde iba… Pero aún así disfruté tanto que pensé que a la próxima me lo trabajaría mucho más. Y aquí estoy. Me lo he preparado muchísimo. Ahora sé cómo es el concurso y voy a por todas. 

Me preparo con muchas horas de trabajo. Empiezas con una idea inicial y acabas con algo totalmente diferente, porque le das tantas vueltas que la idea inicial evoluciona. De hecho, yo inicialmente pensé en presentarme con un cordero, una carne excepcional, de un criador de la Sierra de Sevilla. Pero vi que era tan buena la materia prima que la técnica no era necesaria. Así que he buscado otro plato para demostrar más mi estilo de cocina. Al final, he estado más de dos meses para acabar el plato. Es prueba, error, prueba, error… 

Una plataforma que te puede abrir muchas puertas y te puede hacer “volar”.

MAM. Sí, pero ahora mismo sigo pensando que mi sitio está en donde estoy. Yo me quedo con esto. Porque ahora mismo tengo la gran necesidad de estar en casa, con la familia, y eso no está pagado. Estoy en un restaurante donde me gusta lo que hago. Con buenos horarios, con un buen equipo, donde puedo investigar y probar. Tengo calidad de vida, haciendo alta cocina. Tengo las dos cosas que más me gustan y soy un gran privilegiado.

Y todo ello, en la partida de carnes. ¿Son las carnes con las que mejor te manejas en la cocina?

MAM. Ciertamente, como buen argentino que soy, me encanta trabajar las carnes, pero también los arroces. No me manejo tan bien con la fritura, por ejemplo, y eso que en el Sur parece que todos tengamos que hacer fritura. De hecho, en el restaurante no tenemos ni freidora. Creo que ya hay muchos cocineros que dominan el arte de la fritura. Yo prefiero dedicarme a otras cosas. Estoy muy interesado, por ejemplo, en las brasas. Me fascinan y estoy investigando mucho sobre esta técnica. ¡Echaría brasa a todo!

¿A quién consideras tu maestro?

MAM. No te puedo nombrar a solo uno, sino a 20. Por nombrar a los grandes, no puedo olvidarme de Adrià, de Berasategui, de Ángel León. A él le debo mucho, porque me ha inspirado mucho, sobre todo, cómo se apasiona por la cocina de Km0. Hace muchos años, cuando hablé con él -no tenía ni la primera estrella Michelin- me dijo: “Mira Matías, olvídate de la sal Maldon, aquí en el Sur tenemos la mejor sal del mundo”. ¡Y qué razón tenía! 

Y también tengo que mencionar a grandes amigos que me han enseñado muchísimo, como a Dani Raíces, a Hilario… En el fondo me gustan los cocineros que marcan mucho su forma de pensar, su filosofía. En Benazuza, por ejemplo, aprendí mucho, pero allí estaba todo milimétricamente medido. No podíamos avanzar ni un milímetro más allá de lo que nos pedían, que no era otra cosa que una réplica de lo que hacía Adrià. 

Y ahora, ¿cómo definirías tu cocina?

Yo hago cocina mediterránea de autor y con gracia. Todo lo que hago tiene un sentido. Pero, si por mí fuera, cocinaría siempre solo con tres ingredientes. 

 

Juver sigue al lado del hostelero con su colaboración en el Concurso Cocinero y Camarero del Año 2024. Además de ser uno de los patrocinadores del certamen, la marca estuvo presente en diversas masterclass y entregó el Premio al Mejor Cóctel, de manos de Joaquín Jiménez, director Comercial y de Marketing de Juver a Marta Echevarría del Pub Galley de Candás (Asturias).

En la fase eliminatoria del concurso, los finalistas pudieron explorar las posibilidades de sus zumos al incorporarlos en la creación de innovadores cócteles, destacando la versatilidad y calidad de los productos.

Marta Charro, del Seda Club en Hidden Away Hotels de Granada, profesional de sala y participante en la ronda eliminatoria del Concurso Camarero del Año, destacó su preferencia por Juver Selección al incorporar los zumos tanto en el cóctel como en el plato que elaboró como entrante para optar a la final, utilizando Juver Selección de Mango en la preparación de la salsa. "La elección de Juver no solo simplifica la preparación, sino que también ahorra tiempo, manteniendo la calidad que obtendríamos al exprimir la fruta nosotros mismos. Al emplear Juver en mis creaciones, subrayo la importancia de contar con productos de calidad y practicidad en la cocina", ha declarado.

Asimismo, Luis Carlos Martín Sanz, presidente de la Asociación de Barman de Castilla León, miembro del jurado del concurso Cocinero del Año 2024, ofreció la masterclass "Eleva los cócteles con tu zumo Juver: secretos de mixología con sabor". Martín Sanz preparó un trago corto con un toque cítrico en homenaje a Murcia, utilizando la crema de Jeréz, Campari, Martini y el distintivo zumo de naranja de Juver Selección La combinación resultó en una experiencia única, fusionando sabores y aromas de manera perfecta.

Premio al Mejor Cóctel, de manos de Joaquín Jiménez, director Comercial y de Marketing de Juver a Marta Echevarría del Pub Galley de Candás (Asturias).

Siempre junto a la hostelería

El Concurso Camarero del Año es un prestigioso certamen dedicado a los profesionales de sala y camareros residentes en España. Vinculado desde su origen al certamen Cocinero del Año, desde 2014 se basa en la necesidad de valorar y reconocer el trabajo y la labor de estas figuras, ya sea como maître, barman, sommelier, jefe de rango, ayudante, entre otros, considerando su profesionalismo, formación y experiencia como fundamentales en cualquier negocio de hostelería.

El certamen ha evolucionado para convertirse en un referente en eventos gastronómicos, atrayendo a participantes de alto nivel y consolidándose como uno de los más seguidos y prestigiosos en el sector Horeca.

Sobre el apoyo y vinculación con este evento, Joaquín Jiménez, director comercial y de Marketing Iberia de Juver, declara que, "esta colaboración representa una valiosa oportunidad para fortalecer nuestros vínculos con el sector Horeca a través de la participación en eventos de alto calibre, como el Concurso Cocinero y Camarero del Año, así como contribuir con las nuevas generaciones y respaldar el talento presente en España".

El patrocinio y colaboración en este certamen se complementa con otras acciones como la campaña "I Love Bares", focalizada en sus botellines Juver Selección, con las que la compañía refuerza sus lazos con el mundo Bareca, proporcionando incentivos y premios a distribuidores, equipos de venta, baristas y consumidores.

Ello respalda su presencia consolidada en bares y cafeterías, con una penetración superior al 20% en estas áreas y una destacada presencia en el sur y este de la península.

 

 

ColaCao y Nocilla han participado como patrocinadores en el prestigioso Concurso Cocinero y Camarero del Año 2024, organizado por Grupo Caterdata, que se ha desarrollado durante los días 22 y 23 de noviembre en el Centro de Cualificación Turística de Murcia.

Ambas marcas han estado presentes en el evento con un stand para cada una de ellas, donde han presentado sus soluciones creadas para el canal horeca. Con estos productos, la compañía refuerza su apuesta por la hostelería y la restauración, aportando soluciones innovadoras y prácticas al sector.

Masterclass con sus productos

Ambas marcas han estado presentes en este evento con masterclass y sus productos, de la mano de reconocidos chefs. Por un lado, en "Postres creativos con Nocilla", los cocineros Rául Resino, Cocinero del Año 2016 y chef del Restaurante Raúl Resino 1* Michelin y Joaquín Baeza Rufete, Cocinero del Año 2024 y chef del restaurante Baeza-Rufete con 1* Michelín, han preparado un “Cremoso de Nocilla con mosaico de cítricos” y unos “Buñuelos rellenos de Nocilla y calabaza asada con curry y glaseado de Nocilla blanca con cacahuete” respectivamente.

Por otro lado, la camarera Mireia Riba, ganadora de la edición de 2022 del Concurso Camarero del Año, ha preparado en la masterclass "Combinados creativos con ColaCao” cócteles sorprendentes donde ColaCao ha sido el ingrediente protagonista.

Destacados premios para este concurso

En la ronda eliminatoria del Concurso Cocinero del Año 2024, Nocilla ha patrocinado y entregado el premio al mejor postre, que ha recaído en Mario Montero, del Restaurante UltimAtun de Jerez de la Frontera. Mientras que Jordi Martín, trade marketing manager de ColaCao, ha entregado y patrocinado el Premio Combinado ColaCao, del Concurso Camarero del Año 2024, a Marta Charro del Seda Club en Hidden Away Hotels de Granada.

Los productos para el horeca

Dentro de amplia gama de productos de ColaCao y Nocilla para el canal horeca, la compañía ha reforzado la categoría a través de ColaCao Sobres para disfrutar de todo el sabor de la marca de siempre fuera de casa.

El formato en sobres permite personalizar el desayuno tal y como lo haríamos en nuestra propia casa, pero con las ventajas de poder disfrutar de este momento del día en un bar o en una cafetería.

En cuanto a Nocilla, la marca cuenta con una gama profesional, exclusiva para hostelería y adaptada a sus características, que permite trasladar todo el potencial de la marca a este canal. Está formada por dos recetas para poder cubrir todo tipo de necesidades: Nocilla Fluida, con una textura más fluida en temperatura ambiente que otras cremas calentadas, lo que conlleva mayor facilidad en la preparación y un ahorro de tiempo en la aplicación, y Nocilla Original, con la textura de siempre, pero con formatos adaptados a las especificidades del sector.

Siguiendo con su apuesta por la calidad en toda la marca, la gama profesional de Nocilla no contiene aceite de palma, y sus recetas cuentan con un 35% menos de grasas saturadas respecto a la media del mercado. Además está elaborada con cacao natural- el que no está sometido a ningún tratamiento químico, conservando todas sus propiedades-, no contiene aditivos, y es apta para el consumo de personas celíacas al no contener gluten.

La X Edición del ‘Concurso Cocinero y Camarero del año 2024’, tendrá su Gran Final el 21 de marzo de 2024 durante el evento de Alimentaria & Hostelco, en el que seis finalistas en la categoría de cocinero y cuatro finalistas, en la de camarero, tendrán que superar diferentes pruebas para poder ser nombrados “Mejor Cocinero del Año” y “Mejor Camarero del Año”.