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La empanada, aunque fuera llevada por los españoles, es algo tan argentino como el dulce de leche, el tango o el Perito Moreno. Y cómo no, es el entrante ideal antes de un buen asado. Y el éxito de muchos locales de tales características que vemos en diversos rincones.

 

En Tita de Buenos Aires les gusta definir sus empanadas como “perfectamente imperfectas” ya que no hay dos iguales, dejando a las claras que se trata de un producto 100% artesano, elaborado a mano en su nuevo obrador de la calle María Sevilla Diago de Madrid.

 

“Su secreto está en lo bien amalgamada que está la masa con el relleno. No es una masa que quede muy húmeda ni muy seca, tiene la consistencia justa. Nosotros seguimos mucho la receta y producción tradicional. Su autenticidad es su principal valor, con mucho gusto a lo argentino, si bien luego se adapta al lugar donde está. Se come caliente y no debe calentarse en microondas para que la masa no se modifique y quede muy gomosa, y su masa no se debe quemar por fuera para que no se reseque”, especifica Marcelo Settimo, copropietario de los establecimientos.

El boom del negocio de las empanadas en España

Es un plato sencillo, rápido de consumir y que muchas personas se llevan en formato take away, y sirvió como escape a más de un restaurante durante la pandemia. “A nosotros nos ha ido muy bien, porque además no sólo ocurre con las empanadas, también es con muchos otros clásicos argentinos. La verdad es que estamos muy contentos, han sido dos años de mucho trabajo, pero los resultados siempre llegan”.

 

De carne picante, de jamón y queso, de carne dulce, de carne tradicional y de costillas a la barbacoa. Estas son cinco de las empanadas más vendidas en todas las tiendas de Tita de Buenos Aires. Sin duda, destaca la carne como ingrediente preferido, pero les acompañan muchos más que las hacen irresistibles, disponibles para tomar en el local, para delivery y para take away.

 

Su dueño recuerda también la importancia que las empanadas tenían y tienen para las familias: “Al principio, se vendían en pequeños puestos ambulantes y desde ahí pasó a formar parte de las comidas familiares. Es costumbre que las abuelas agasajen a todo el clan con empanadas caseras preparadas en casa. Allí las comemos fritas o al horno, siendo las de carne las más típicas en sus distintas modalidades. Luego se regionalizó y hoy en día existen la riojana, la salteña, la tucumana… cada una con su particularidad, aunque no en todas las provincias. Nunca faltan en el menú semanal de las familias y cuando se internacionalizan, es cuando surgen sus diferentes versiones”.

Importantes planes de expansión

Settimo nos comenta que están creciendo a pasos agigantados, hace pocos meses abrieron en Fuengirola, el primero fuera de Madrid, y la idea es expandirse por otras ciudades.

 

La capital seguirá siendo el centro de operaciones y “estamos viendo la posibilidad de abrir otra tienda Tita en Chamberí, por la zona de Ponzano. Y nos gustaría también Valencia o Alicante, que están en el objetivo”.

Sus establecimientos están en lugares estratégicos. “las ubicaciones que tenemos en Madrid (Calles Goya, BravosMurillo, Zurbarán…) todas son importantes y conocidas”.

 

Con ocho locales inaugurados y una gran perspectiva de futuro, la clave de su crecimiento se debe a muchos factores: uno de ellos es la calidad de sus productos, elaborados en un obrador propio de manera artesanal y siguiendo las recetas tradicionales. Otro factor importante es la gran materia prima con la que trabajan (la carne, por ejemplo, es importada de La Pampa), sin olvidar la cordialidad que se respira en sus tiendas, donde es fácil sentirse como en casa nada más entrar.