Un Almodóvar, un Coppola, un Depardieu, un Brad Pitt, un Sting, un Fonsi Nieto o un Iniesta. No, no estamos hablando de los famosos que hay detrás de estos nombres, sino de sus vinos. Y es que, cada vez son más los personajes del ‘star system’, del mundo de la cultura o del deporte que aprovechan su popularidad y su pasión o afición por la enología para lanzar sus propios vinos.
Sarah Jessica Parker ha sido la última en saltar al ruedo. La popular actriz acaba de lanzar en España su línea de vinos, que elabora en colaboración con la bodega neozelandensa Invico Wines, y que distribuye aquí desde la web celebrityfoodstore.com. Sus vinos, por el momento, son dos: Invivo X, Sarah Jessica Parker Rossé, elaborado en la Provenza francesa con un coupage de Garnacha, Cinsault y Syrah; e Invivo X, Sara Jessica Parker Sauvignon Blanc, elaborado en la región de Marlborough, Nueva Zelanda, con uvas 100% Sauvignon blanc.
Independientemente de la visibilidad y el empuje comercial que pueda dar la archi famosa intérprete, los caldos, están convenciendo. Desde su lanzamiento en 2019, los Invivo de Sara Jessica Parker se han convertido en los referentes del mundo de los vinos de las celebrities. Así lo certifican los numerosos galardones recopilados: más de 60 premios y 30 medallas de oro, entre ellos, tres veces con más de 90 puntos en el ‘Wine Spectator’.
Un certamen para descubrirlos
El fenómeno de los vinos de celebrities no es nuevo. De hecho, en España no es tan visible como en otros mercados, pero lleva ya algunas décadas de trayectoria. Para darle más impulso, en 2010 nació el Famous Wine Festival, que se celebra en Avilés de la mano de Gustatio. En este certamen, cuya última edición tuvo lugar del 8 al 18 de junio, hosteleros y consumidores tuvieron la oportunidad de conocer y catar esos vinos con nombres o respaldo de famosos. “Son bodegas, en la mayoría de los casos, que son difíciles de encontrar en el resto del país”, tal y como aseguran sus organizadores.
Este año, el certamen ofreció la oportunidad de degustar y descubrir vinos que llevan la firma de personajes tan conocidos como el cineasta Francis Ford Coppola, el director de cine Pedro Almodóvar, el músico cubano Compay Segundo, el futbolista del Sevilla Iván Rakitic, o el arquitecto Rafael Moneo.
Durante esos días, los bares de Avilés sirven estos caldos de la tierra “del famoseo” y los agotan. En 14 años se han servido más de 200 referencias en el festival, que recibe en cada edición, según la organización del Famous Wine Festival, a unos 5.000 participantes. Cifras que demuestran que el éxito entre los consumidores es abrumador. Y para los hosteleros, toda una oportunidad de reactivar las ventas. Y es que, además, les da la oportunidad de descubrir “vinazos” que, de cualquier otra manera, no habrían probado. En parte, por ese rechazo que se puede generar entre los profesionales al ver que son vinos de famosos.
¿Tienen cabida en las cartas de los restaurantes?
Sin embargo, más allá de este evento donde sí, los vinos de celebrities son los protagonistas, estos vinos tienen una presencia más bien anecdótica en las cartas de los restaurantes del país.
Según Unai Mata, sommelier del Restaurante Julien Binz de Ammerschwihr (Alsacia) -también ha pasado por otros establecimientos de la talla del Osmosis o el Bar Mut, en Barcelona-, “son vinos que tienen más cabida en una cata, pero en restaurantes, es más complicado, porque dependerá mucho del tipo de cliente. La gran mayoría de estos vinos, al menos los que están en nuestro mercado, son vinos fáciles, sencillos y directos, más bien tradicionales. Los que he probado son vinos que salen al mercado a vender con el nombre del famoso o de la famosa, más que con una calidad fuera de lo normal, siendo vinos que intentan agradar al mayor número de personas. No digo que sean malos, son vinos que suelen estar bien hechos, pero no tienen mucho más que ofrecer, en general”.
Como anécdota, el sommelier vasco recuerda que “hubo una temporada en Barcelona, que parecía necesario tener el vino rosado de Brad y Angelina, el Miraval, porque a todo el mundo le parecía buenísimo… hasta que se separaron y nadie más volvió a acordarse de él. Una prueba más de que el vino solo tuvo tirón comercial mientras tuvo el nombre de ellos detrás”.
Vinos para chiringuitos y beach clubs
Por su parte, el escritor y sommelier Zoltan Nagy, actualmente maître del restaurante Oria * Michelin, en el Monument Hotel 5* GL de Barcelona -antes fue sommelier en Cocina Hermanos Torres **-, cree que los vinos de famosos, “suelen estar en locales de playa, con mucho volumen, en beach clubs o chiringuitos de las islas. En restaurantes de alto nivel gastronómico no creo que se apuesten por estos proyectos, donde se asocia bodega y famoso para una colaboración. Seguro que el vino es de calidad y bueno. Pero como experiencia culinaria, no creo que se pueda defender. Sobre todo, cuando la gente busca cosas exclusivas, únicas y singulares a la hora de beber en los sitios de categoría”.
De hecho, muchos de los famosos que “probaron suerte”, fracasaron, tal y como recuerda Nagy. “Hubo muchos cantantes, actores, futbolistas, que se metieron en este mundo, pero te diría que casi todos ya han salido de ello. Casi siempre fue un fracaso y muy pocos siguen en la industria. Con dinero y fama, la venta de vino, no siempre es un éxito ni garantía de que la gente va a emocionarse bebiendo tu vino. Lo compran más por el cariño hacia la persona que por el contenido. Una vez lo hacen, pero ya la segunda vez, compran la marca que siempre les hizo vivir momentos de placer”.
Pero siempre en todo hay excepciones, en este caso, sorprendentes, como el propio Zoltan Nagy comenta. “He probado varios, como el rosado Fleur Miraval, de Angelina Jolie y Brad Pitt. Un vino que además ha tenido mucho éxito, porque es sabroso, tiene un color que atrapa, es muy instagramear. La verdad, tiene una relación calidad precio muy correcta. Es un rosado provenzal que gusta”.