Hace un tiempo que las hamburgueserías premium o gourmet dieron un paso adelante para contrarrestar las cadenas internacionales de comida rápida. Hay varias y compiten entre sí por la innovación y por la adaptarse a las tendencias de restauración actuales. Timesburg es una de ellas, y destaca por su origen, en 2012, y por contar con 11 restaurantes en Barcelona, Badalona y Sant Cugat.
“Todo surgió de la pasión de los socios que formamos Timesburg: Miguel Ángel Rodríguez y Maiol Rodríguez y yo, Sergi Ibáñez, por las buenas hamburguesas. Queríamos darle a la burger una orientación más de autor, huyendo de los prejuicios que las multinacionales habían creado sobre ese producto. Pensábamos que, si en casa hacíamos unas hamburguesas estupendas, ¿por qué no crear un concepto que nos permita cerrar el círculo y hacer disfrutar a los barceloneses de una carta basada en la hamburguesa Premium? Y todo ello sin poner frenos a los sabores que nos aporta la comida internacional", nos explica Sergi Ibáñez, copropietarios de Timesburg.
Cómo adaptarse a las exigencias de los consumidores y del mercado
Aunque cada vez parece haber más cadenas de hamburguesería gourmet, esto no quiere decir estancamiento de la expansión en el mercado. Para Sergi Ibáñez, estamos en un periodo de consolidación. “Los restaurantes que hacemos las cosas bien, cuidamos la materia prima y tratamos de responder a las necesidades que van surgiendo entre nuestros clientes, nos mantenemos e incluso crecemos”.
Para esto, la clave es adaptarse a las demandas exigentes del mercado. Los consumidores cada vez son más conscientes de la importancia de la calidad de lo que comen y, sin duda, eso se refleja en sus elecciones cuando deciden comer fuera de casa. “Adaptarnos y evolucionar al ritmo en el que varían las preferencias de nuestros clientes es un reto del que somos muy conscientes, pero a la vez es un camino que recorremos día a día junto a ellas, de ahí los cambios de carta y las burgers especiales del mes”.
Ibáñez opina que el público veggie es muy, muy conocedor del producto, “y son de los que más nos aportan. Seguimos trabajando para que se sientan a gusto en nuestros locales, y nos queda un fantástico trabajo por delante. Trabajamos para que todo el mundo tenga distintas opciones”.
Más planes de expansión
Entre los objetivos de la cadena está abrir algún local más que les permita acercarse a aquellas zonas donde vivir una experiencia Timesburg quede lejos. “También, mejorar ciertos aspectos a nivel comunicación, de manera que conectemos con esas nuevas generaciones donde sus padres son nuestros fieles pero no somos la primera elección para ellos”.
También van a mejorar la carta introduciendo más productos específicos para la healthy people, y que “no solo seamos la opción cuando les apetezca una hamburguesa”.
Delivery pero sin perder el contacto
Tras la pandemia ha quedado claro que la tendencia de consumo en casa llegó para quedarse y ya está implantada en muchos hogares, “lo que nos lleva a dedicarle tiempo a valorar opciones de reparto propio, que nuestros clientes puedan hacer pedidos directamente online, etc.”, especifica Ibáñez.
Pese a estar valorando diferentes opciones por la dinamización del mercado, “en Timesburg nos encanta el contacto, la comunicación y el percibir de forma directa las sensaciones que generan nuestras hamburguesas en nuestros clientes, por ello nuestro objetivo prioritario es ver los locales llenos de personas disfrutando de la compañía de amigos y familia, de la interacción entre personas, del trato humano y de compartir felicidad”.
Entre los retos, su responsable nombra que en la restauración siempre hay que estar innovando porque los consumidores son cada día más exigentes. La calidad de la oferta, que el público de todas las edades se sienta a gusto y que todos encuentren un plato que se adapte a sus gustos están siempre entre sus prioridades.