España es el primer productor mundial de aceite de oliva y cuenta con el mayor número de olivos del mundo, unos 340 millones. La mayor parte se concentra en Andalucía, sin embargo, hay muchas otras zonas de España donde también producen aceite de oliva de excelente calidad. Extremadura, Castilla-La Mancha, Catalunya, la Comunidad Valenciana, Aragón… De hecho, la cultura olivarera está activándose y poco a poco, los elaboradores van entendiendo que, además de producir aceite de oliva de calidad, también puede explotar su negocio. Se reactiva el oleoturismo.
La fórmula es similar a la que desde hace años triunfa en el sector vinícola, donde bodegueros y viticultores se afanan mostrando sus bodegas y erigiendo toda una industria turística y hostelera alrededor de sus viñedos.
Así pues, el oleoturismo no solo ha aumentado, sino que es una tendencia al alza que ha pasado a formar parte de la amplia oferta turística del país. Desde experiencias alrededor de los olivos, a catas, visitas a las almazaras y molinos… Y todo ello, muchas veces acompañado de una gran propuesta gastronómica. Con motivo del Día Internacional del Olivo, dejamos aquí algunos ejemplos de buenas prácticas alrededor del oleoturismo.
Oleoturismo en Las Tierras de Lleida
Dicen que en las Tierras de Lleida, los paisajes saben a aceite. Una provincia en la que se cultiva AOVE en no pocos puntos de su territorio. Bajo el auspicio de la DOP LEs Garrigues, el aceite de oliva virgen extra es el hilo conductor de atractivas experiencias oleoturísticas, tanto en las comarcas de Les Garrigues, como también en el sur del Urgell y del Segrià. Propuestas para dejarse cautivar por la Catalunya rural viva y más auténtica.
Una de las más modernas y rompedoras es la de Cuadrat Valley, en la Finca Agrícola del Albagés, una de las más grandes de la DOP Les Garrigues. La finca ha sido recuperada por la nieta francesa de los agricultores que por los años 30 ya cultivaban olivos allí. Evelyne Cuadrat Teycheney y su marido Patrick Teycheney han emprendido un ambicioso proyecto, que incluye abrir las puertas de su moderno molino y su almazara a visitas y eventos relacionados con el olivo. Por ahora -en el futuro ofrecerán más experiencias- ofrecen un recorrido didáctico por el olivar, que permite comprender mejor las especificidades del cultivo de este árbol milenario. Sin olvidar la degustación y la gastronomía.
Desde Ronda a Mallorca
Una de las marcas pioneras en la producción de aceite de oliva ecológico en nuestro país es LA Organic. Desde la marca dicen que “llevan el oro líquido por bandera”, y lo demuestran con una apuesta que se refuerza con las experiencias en torno al oleoturismo que se han puesto en marcha en sus fincas de Ronda (Málaga) y Mallorca.
Con impresionantes vistas a la Sierra de Grazalema, LA Organic ofrece al cliente la posibilidad de adentrarse en el universo del olivar durmiendo en un cortijo del siglo XIX. Un alojamiento restaurado por Stefano Robotti, arquitecto y colaborador de Philippe Starck. El hotel cuenta con habitaciones deluxe y suites, de estilo minimalista, y un enorme porche para deleitarse con las vistas.
Y en el centro de Mallorca, la firma dispone de la Finca Son Miranda, un agroturismo con bellas obras de artistas contemporáneos. Las suites, bautizadas con nombres de maestros de la pintura como Velázquez, Tàpies o Sorolla, permiten a los huéspedes descansar tras la intensa visita a su molino y las interesantes catas de aceite al aire libre que les ofrecen.
Con una almazara medieval o con una para alquilar
Alejados del lujo, pero ideal para adentrarse en el auténtico universo del aceite de oliva, es el Molino del Medio. Ubicado en la sierra de Gata (Cáceres), esta almazara de origen medieval, tan antigua como Robledillo de Gata (siglos XI-XII), funcionó hasta 1973, y en 2004 se convirtió en casa rural y Museo del Aceite. Un rincón carismático para entender cómo era el mundo rural alrededor del olivo. Conserva la maquinaria original, utensilios antiguos para elaborar aceite, lámparas y aceiteras de todas las épocas, tinajas y otros útiles.
En el entorno, también han surgido otros establecimientos hoteleros, como Hábitat Cigüeña Negra (Valverde del Fresno). Este acogedor y coqueto refugio de 12 habitaciones está rodeado de encinas, alcornoques y olivos. Cuenta con su propia almazara, donde se elaboran aceites de oliva virgen extra ecológicos. Además, ofrecen el servicio de maquila de aceitunas para que particulares puedan obtener su propio aceite de oliva virgen con las aceitunas de su finca.
El establecimiento ofrece experiencias alrededor del olivo, pero también buena gastronomía. De hecho, “son carniceros por vocación y ganaderos por pasión”. En su restaurante, regentado por el chef Jorge Ramajo, ofrecen una cuidada cocina de proximidad donde la parrilla es la reina, aderezada por excelentes AOVE.
Slow travel entre olivos
En la sierra de Loja, entre Granada y la Costa del Sol, La Bobadilla, Royal Hideaway Hotel 5 estrellas, y miembro de Leading Hotels of the World, es un “hotel destino”. Ubicado en medio de un olivar, sus estancias están ambientadas al estilo palacio nazarí. El establecimiento ofrece todo lo necesario para los slow travelers. En su restaurante La Finca, con una estrella Michelin, y en el Cortijo, su chef Pablo González fusiona ingredientes de la tierra en una cocina técnica y muy apetecible. Al compás de las experiencias alrededor del aceite. Una de ellas es Oil Tasting, que permite conocer de primera mano cómo se elabora el aceite y participar de todas sus fases, desde plantar un olivo hasta la cata. También, incluye la posibilidad de experimentar los beneficios del aceite de oliva en la piel a través de tratamientos de spa como el Olive Supreme, a base de aceite de oliva hojiblanca y sal marina.
Los secretos del oro verde
En Ciudad Real, también proponen descubrir “Los secretos del oro verde”, nombre de la experiencia que ofrece a sus huéspedes La Caminera Club de Campo. Un establecimiento de lujo por su ubicación y servicio. Un lugar donde aceites y olivares se convierten en la esencia de tratamientos y sublimes experiencias en su Elaiwa Spa, donde es posible recibir un masaje recomendado por el Olive Oil Spa Sommelier. O donde también es posible pasear junto a un experto para descubrir los secretos de los olivos de la finca y sus variedades —arbequina, picual y cornicabra—, o hacer una cata en una almazara, y llevarse a casa una botella de aceite como regalo.
Y comer junto a una antigua muela para extraer el jugo de las aceitunas es posible en el Tossal d’Altea, un establecimiento hotelero con restaurante, instalado en una casa de labranza que ejercía como almazara hace más de 300 años. En la carta del restaurante predomina la cocina mediterránea aderezada, como no podía ser menos, con aceite de oliva y aceitunas variadas.
Aun mucho por hacer
Son algunos ejemplos de buenas prácticas alrededor del oleoturismo en España. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer. Investigadores del Laboratorio de Análisis e Innovación Turística (LAInnTUR) y de la Cátedra de Turismo de Interior de la Universidad de Jaén (UJA) publicaron recientemente un estudio sobre la situación actual de las empresas que ofertan iniciativas oleoturísticas. El informe "El oleoturismo como herramienta de desarrollo territorial. Diagnóstico y necesidades de conocimiento" indica que el oleoturismo ha venido consolidándose durante la última década, especialmente en la provincia de Jaén.
Sin embargo, “las empresas oleoturísticas se encuentran aún en una etapa muy temprana de desarrollo de su modelo de negocio, por lo que, a día de hoy, aún cabe margen para mejorar y complementar su oferta”. En este sentido, existen interesantes huecos en el mercado. Todavía se puede crecer, especialmente en el oleoturismo gastronómico.