Chefs

Muchos le conocen como “el chef de la galera”, no en vano, es uno de sus ingredientes fetiches, y al que le ha dedicado todo un libro, La Galera L’Antic Molí (Planeta Gastro). Vicent Guimerà lleva más de una década trabajando y experimentando con este producto de la mar en la alta gastronomía. Un trabajo que le llevó además a conectar con otros ingredientes de su entorno.

Hijo de restauradores, Guimerà ha logrado mantenerse en lo más alto con su restaurante, inaugurado en 2004 en Ulldecona (Tarragona). En lAntic Molí luce un Sol Repsol, un estrella Michelín y una estrella verde, que le reconocen su trabajo en la cocina sostenible, su pasión por la cocina del territorio y su labor para acercar los pequeños productores a la alta gastronomía. También es miembro del colectivo de cocineros Slow Food Catalunya y Km0.

Su último proyecto es Mans Essència “un artefacto de artesanía”. Una experiencia gastronómica de 20 elaboraciones, con técnicas sorprendentes, en las que todo lo que hay en la mesa está hecho por artesanos, incluso la vajilla de cada plato. Pero un proyecto que nace en la tierra, y que se sustenta en la sostenibilidad llevada al extremo. Un breve resumen de lo que es Mans lo pudimos ver en su showcooking en GastroMar, donde volvió a demostrar su conexión con los pescadores.

Vicent, a tus 43 años, eres uno de los cocineros más reconocidos del país, con una estrella Michelin, una estrella Verde, un Sol Repsol, premio Alimentos de España en la Restauración 2023, y reconocido en el Top 10 de España de los mejores restaurantes de vegetales, entre muchas otras distinciones. ¿Te imaginaste este camino siendo un niño, mientras crecías entre ollas y sartenes en Casa Santi?

VG. Muchas gracias por las distinciones. Desde pequeño siempre he tenido claro que quería un restaurante propio aunque no me podía imaginar un Antic Molí como lo es el de ahora. La evolución ha sido grande y hemos ido creciendo durante estos 20 años (este año es, de hecho, nuestro 20 aniversario).

Como bien has dicho, comencé en Casa Santi, el restaurante de mis padres, casi por inercia, echaba una mano en la sala cuando era más joven. Cuando crecí más comencé en la cocina y estudié en la escuela de Cambrils para ampliar conocimientos y ahí empezó todo.

Tus padres, de hecho, han sido muy importantes para ti. ¿Cuál es el mejor consejo que te dieron?

VG. Pequeños pasos, hacen grandes pasos. En mi casa no se ha conocido otra forma de trabajar que no fuera con constancia y pasión.

Además del modelo familiar, ¿quién te ha marcado más como chef?

VG. Martin Berasategui me parece un gran referente a nivel nacional y Albert Adrià, como ejemplo de innovación y reinvención.

¿Cuál es el secreto para haber logrado llegar hasta aquí?

VG. No hay secreto. Al final las cosas que tienen que llegar, llegan solas si trabajas con dedicación y amor. No hay otra fórmula, es lo que se transmite en los platos al comensal.

Tu pasión por los productos de tu entorno, la sostenibilidad, en definitiva, la cocina “slow food” son tus señas de identidad. Pero, ¿cómo te defines tú como chef?

VG La sostenibilidad forma parte de nuestra cocina. No me considero chef, soy cocinero que aprende todos los días algo, y sobre todo, soy una persona como cualquier otra, y pienso que eso es lo más importante que debemos recordar para poder llevar bien un negocio, el ser personas.

Acabamos de ver un “aperitivo” de lo que es “El Projecte Mans”. Cuéntanos ¿qué es, cómo nace y cómo se desarrolla en tu restaurante?

VG. Mans nace de un periodo muy importante de reflexión. Mi familia siempre había tenido tierras que en su momento habían sido explotadas. Pero habían caído en desuso y se me ocurrió volver a ponerlo en marcha, como idea de un futuro más sostenible al restaurante. No quise quedarme solo ahí. Como amante de mi tierra, pensé en cómo explotar y fomentar el trabajo en la zona, creando distintas sinergias con productores locales y artesanos de la zona, fomentando así la encomia circular. Todo esto marcó el comienzo de Mans, que luego se reflejó en la vajilla y platos.

A día de hoy, hemos dado un paso más al frente, y podemos auto abastecernos del propio huerto. Trabajamos lo que el huerto, y nuestro "payés" nos trae. Esto ha sido un cambio muy importante dentro del menú Mans, ya que trabajamos 100% con producto de temporada y de origen propio.

Recuperación de ingredientes, conexión con el territorio… Y, todo ello, envuelto de técnica y esteticismo, y presentado en una vajilla artesanal. ¿Cuál es el producto y el plato que más te enorgullece del nuevo menú y por qué?

VG. Hemos creado un menú que se nutre al ritmo de nuestra finca. Donde los platos van de la mano del ciclo de la naturaleza.  Evolucionamos las creaciones y nos emocionamos con el sabor de cada estación. Nace "El mundo que vuelve". Por ello, no podría elegir un plato o un producto en concreto porque todos tienen un algo especial. Los pensamos con mucho mimo y cuidado, intentando buscar el equilibrio entre la técnica, el sabor y la historia que queremos contar de él.

Gracias al Proyecto Mans has entrado a formar parte de la "We’re Smart Green Guide".

VG. Sí, hemos entrado a formar parte de la “We’re Smart Green Guide”. Puntuados con 4 rábanos sobre 5. Reconocidos en el Top 110 de los mejores restaurantes vegetales de todo el mundo y en el Top 10 de España. En l’Antic Molí tenemos un menú gastronómico vegano. Es todo un orgullo esta distinción.

¿Cuál es el reto más difícil de esta apuesta por el territorio, por la economía circular?

VG. La puesta en valor es muy complicada. Nos encontramos en una zona en la cual hay que trabajar duro para que se apueste por proyectos de este estilo.

En l’Antic Molí también cuentas con un La Finca, 7.000 m2 de agricultura regenerativa. Más que de sobras para autoabastecerse…

VG. La sostenibilidad no es una opción, sino una necesidad. Por eso, l’Antic Molí trabaja la finca orgánica y regenerativa con gestión holística para el cultivo diverso de hortalizas y el gallinero móvil. Es una agricultura natural, que revierte el cambio climático con la restauración de la materia orgánica. 7.000m2 de agricultura regenerativa, con el cual llegamos a autobastercernos y del cual utilizamos todo. Aprovechamos al 100% de los restos orgánicos, que se generan en el restaurante y los convertimos en humus de lombiz. Que a la vez servirá otra vez de alimento muy rico para futuros cultivos de la huerta.

Actualmente, poseemos unas 40 gallinas, que son alimentadas con las hortalizas y verduras que genera el huerto y los desechos orgánicos del mismo restaurante. Es una simbiosis muy importante, que nos ayuda para poder combatir las enfermedades y las plagas en la huerta, y así poder sacar mucha calidad en los productos. Hemos iniciado una colaboración con la Cooperativa Terram. Este proyecto impulsa el empleo social y laboral a través de la agricultura, a colectivos vulnerables.

De hecho, no es la única acción solidaria que realizas. Organizaste la Gala Solidaria en beneficio de la ELA, en el proyecto Cuina Solidària… ¿Crees que los cocineros deberían aprovechar más su imagen para dar visibilidad a este tipo de acciones?

VG. La verdad es que es importante formar parte de este tipo de causas, y cada uno trabaja su visibilidad a criterio propio, lo cual no creo que sea reprochable.

Yo, por mi parte, disfruto mucho siendo parte de este tipo de proyectos que van un poco más allá de la cocina y conecta con las personas. Creo que este tipo de cosas no tienen precio, y son las que nos quedaremos al final de todo.

En l’Antic Molí, además de Mans, también está el espacio bistró Amunt… ¿Es quizás el motor del restaurante, el que te permite poder desarrollar otros proyectos como Mans?

VG. Es una parte muy importante, no existiría uno sin otro ya que en los inicios empezamos con un menú bistró y con el tiempo evolucionamos al menú gastronómico mans. Además, este mes de marzo es muy especial, han reconocido a l’Espai Amunt como restaurante recomendado en la Guía Michelin.

¿Crees que la sostenibilidad es la única vía para el futuro de los restaurantes gastronómicos en el futuro?

VG. Para mi es un estilo de vida necesario.  A l’Antic Molí hacemos uso sostenible de los recursos de nuestra finca. Preservamos la tierra y sus frutos a partir de la agricultura regenerativa. Lo hacemos, no para nosotros si no también para las futuras generaciones. La sostenibilidad es un "win to win" para todo el mundo y sobre todo para la naturaleza. Por eso estamos comprometidos al 100%.

Y hablando de futuro… ¿Cómo te imaginas el tuyo?

Intento no poner la vista en el futuro más de lo necesario, a no ser que sea para planificaciones de eventos. Creo que el Antic Molí está pasando por un año muy especial y hay que disfrutarlo. Estamos trabajando bien nuestra huerta, estrenamos menú, celebramos nuestro 20 aniversario… Es un presente muy bonito.

Con dos estrellas Michelin en el restaurante Voro, de Mallorca, el chef Álvaro Salazar se proclamó campeón del Concurso Cocinero del Año en 2018. Realiza una cocina creativa libre, comprometida con sus raíces y memoria, nutriéndose del entorno, donde el mediterráneo está presente a cada paso. Para él su equipo es una máxima y lleva con el mismo desde hace ya muchos años.

En Voro ya has reafirmado las dos estrellas Michelin. ¿Cómo ha evolucionado la cocina del restaurante en el tiempo?

Voro es un proyecto que abrió en 2018 y ha ido evolucionando cada año. Somos fieles a nuestro estilo de cocina, a nuestra filosofía, pero la inversión en el local en sí y la estructura del negocio han ido creciendo cada año, así como, por supuesto, la oferta gastronómica. Voro crece y evoluciona no cada año, sino casi cada mes, semana o cada día.

El nexo de unión más potente que tenemos es que el equipo de cocina sigue siendo exactamente el mismo que en 2015-2016, cuando ganamos la primera estrella Michelin en otro proyecto, el restaurante Argos. El equipo humano es exactamente el mismo, algo que es un hito dentro de la alta gastronomía a nivel nacional.

Decís que vuestra cocina no tiene limitaciones, ¿Cómo la defines?

La cocina de Voro nace en el Mediterráneo, pero no hacemos cocina mallorquina al uso. Utilizamos como fuente de inspiración las Islas Baleares, pero con una visión bastante más global. No por ello hacemos referencia a cocinas foráneas, porque no hacemos ni un guiño a nada que sea de fuera de nuestro país.

Creo que el estilo de cocina que tenemos, la manera de plantear los platos que creamos en Voro es algo diferencial, porque cada una de las creaciones que hacemos marca una época, una fecha concreta.

Cuando decimos que no tenemos limitaciones, que nadie piense que hacemos cosas extrañas. Somos muy respetuosos con el recetario nacional, pero sobre todo lo que hacemos es mirar los productos desde un punto de vista diferente, o intentando que no sea el mismo que tiene el resto.

Como buen andaluz, ¿la gastronomía del sur está presente también en el restaurante?

Por supuesto, Andalucía está presente en la visión de este entorno que menciono. Por ejemplo, cuando pienso en las almendras de Mallorca, no pienso como un mallorquín o como alguien que se ha criado en las Islas Baleares. En la manera de guisar, pienso más en el aroma de la flor o en la cantidad de grasa que tiene, o incluso puedo recordar las sopas frías de Málaga, a los clásicos ajoblancos…

Cuando pienso en cocina, me retrotraigo a aromas o a recuerdos que tengo desde la infancia, pero con los conocimientos y técnicas que tengo a día de hoy. Aplicando técnicas y mirando el producto siempre de una forma muy cauta y muy respetuosa, intentamos entender cuáles son sus características para poder hacer platos donde nuestra personalidad se vea reflejada.

¿Cómo empezaste en la cocina?

Estudié cocina, y a los 17 años conseguí llegar a mi primer "stage" en un restaurante de 1 estrella, y vi el respeto, la jerarquía, las estructuras que por aquel entonces eran bastante más sólidas que ahora, pero me llamó la atención y me gustó lo que era la alta gastronomía: llevar a la excelencia la cocina en sí, algo que me pareció muy interesante. A partir de ahí, poco a poco y trabajando, en un corto periodo de tiempo decidí que ese era mi futuro.

Tras las dos estrellas, ¿A qué más aspiráis?

Voro creo que aspira a la máxima excelencia, con todo lo que conlleva. Si te basas en la Guía Michelin y en sus parámetros, si seguimos trabajando como hasta ahora, quizás en un futuro podamos conseguir las tres estrellas, a base de mucho trabajo, constancia y haciendo las cosas de la mejor manera posible.

Un equipo muy comprometido, que año tras año, día tras día, va dando lo mejor de sí, creo que casi de forma natural, si vas hacia arriba, no te estancas y no te das por contento con lo que ya tienes, si no pierdes tu filosofía y te concentras al 100% en lo que realizas cada día, no es ninguna locura pensar en conseguir otra estrella en un corto o largo plazo.

Como ganador del Concurso Cocinero del Año en 2018. ¿Qué representó para ti?

Me apunté porque quería llamar la atención sobre lo que estábamos haciendo el equipo en Argos, pero para mi sorpresa, la misma semana en que fui seleccionado para la semifinal, nos dieron la primera estrella Michelin, con la responsabilidad que eso conlleva.

Incluso pensé en no ir, si perdía la semifinal… ¿Qué credibilidad tenía? Gané la semifinal, y luego la final. El concurso me abrió muchísimas puertas en cuanto a visibilidad. El mismo año fue la semifinal del concurso y la estrella Michelin, y al año siguiente ganar el Concurso Cocinero del Año. Además, venía con mi equipo, que somos muy buenos amigos, así que con frecuencia recordamos alguno de estos momentos que van pasando en la vida, que son muy divertidos.

Este año eres jurado de la final de este certamen el 21 de marzo en Alimentaria & Hostelco

Estuve en la ronda eliminatoria de Murcia, así que conozco a los participantes. Ganar un concurso de cocina no es solo cocinar rico. También hay que hacer cosas interesantes, especiales. Un par de finalistas me llamaron la atención. Hay algunos que ya se han presentado otras veces, y hay gente que intenta hacerlo bien y se presenta con mucho cariño y mucha ilusión por hacer las cosa bien.

¿Cómo crees que ha cambiado la hostelería en los últimos años?

La cocina tradicional está de capa caída, y no hay más que ver los restaurantes que inundan las calles de las ciudades. Casi todo es producto de quinta gama, y antes eso no sucedía, al menos en España. Se abrían bares, tascas o restaurantes donde se comía producto y se comía cocina. Es verdad que ahora hay mucha información, no sé si conocimiento, porque para conocer hay que entender y trabajar mucho, pero información sí, pero no creo que se esté utilizando de la mejor manera posible.

Y tampoco creo que ahora sea el mejor momento de la alta gastronomía. Es verdad que tenemos un momento de expansión. La inversión es muy diferente. Para trabajar con las guías prestigiosas de restauración debes tener un presupuesto determinado. Antes era cocinar, que vengan los críticos -de Michelin, por supuesto, que para mí es la más razonable y la más coherente-, y cuando comían te daban una valoración… Pero hoy en día hay multitud de intereses, agencias, contactos. La crítica gastronómica no es lo que era. Ahora hay "foodies", que muchas veces no saben ni lo que es un pimiento, no tienen formación y todo es un poco ridículo a mi parecer. Pero es normal, es lo que conlleva el exceso de información que tenemos.

Digamos que estamos en un momento delicado de la cocina. No creo que esté todo perdido, por supuesto, porque hay muy buena cocina en nuestro país, y en el mundo.

 

Marc Gascons es de aquellos cocineros de estirpe, aunque en sus planes de juventud no entrase seguir la saga familiar. Sin embargo, el tiempo lo puso todo en su sitio. Sus abuelos Elena Palagós y Eduard Gascons iniciaron este sendero, con una panadería en Sant Feliu de Guíxols, allá por el 1918. Elena abrió años después, en esta misma localidad de la Costa Brava, el restaurante Bahía, que “heredaron” su hijo Eduard Gascons y la mujer de éste, Maribel. El matrimonio fue el responsable, años más tarde, en 1978, de la apertura de Els Tinars, en Llagostera, la “casa madre” de los Gascons.

Marc, tras unos años de juventud sin rumbo, se enamoró de la profesión y, a partir de 1999, comenzó su andadura profesional al frente de la cocina del restaurante familiar. Lo hizo también junto a su esposa Elena, responsable de sala. Pero antes de todo ello, aprendió en otras grandes cocinas, siempre junto a cocineros que, como él, sienten pasión por el producto y por las raíces de la cocina. Su paso por Gaig (Barcelona), L’Esguard (Sant Andreu de Llavaneres), Sant Pau (Sant Pol de Mar), y Martín Berasategui (Lasarte-Orio), así como todo lo aprendido de sus abuelos y de sus padres, le permitió forjar su propia personalidad culinaria. Un sello, siempre caracterizado por una cocina tradicional actualizada basada en la excelencia del producto de proximidad.

Mejor Cocinero Joven en 2006 y Mejor Cocinero de Girona en 2008, Gascons consiguió la estrella Michelin para Els Tinars en 2008, galardón que ha sabido mantener. Desde hace años, el chef catalán compagina su dirección en Els Tinars, con el asesoramiento de restaurantes como Bell-Lloc (Palamós), Informal del Hotel Serra’s Barcelona, y Bruna de Soldeu (Andorra).

Tercera generación de restauradores. ¿Siempre tuviste claro que serías cocinero?

No, la verdad es que no. Yo era un mal estudiante, no acabé BUP, que era el Bachillerato de antes, y decidí estudiar hostelería porque como en casa teníamos restaurante. Era la “salida fácil”. Pero tuve la suerte que conocí un mundo que me atrajo mucho. Yo, en cierto modo, ya lo conocía, porque en verano me hacían trabajar allí. Pero era un trabajo que no me motivaba, porque era una obligación. Sin embargo, en la Escuela conocí un mundo que aún hoy me apasiona y me entusiasma.

¿Cuál es el mejor consejo que te dieron tus padres?

El mejor consejo que me dieron: que hiciera realmente lo que me gustara. Que disfrutara y gozase trabajando en aquello que realmente me apasionara.

 Desde 1999, El Tinars. En 2008, primera estrella Michelin y desde ese momento, Finca Bell-Lloc, L’Informal, Bruna… ¿Cómo se logra el equilibrio para llevar cuatro restaurantes de alto nivel?

La clave, tener un buen equipo y saber transmitir al equipo las ideas y los planteamientos de cada restaurante y, sobre todo, tener una buena organización y anticipación, aunque a veces no se puede y acabas yendo de bólido definiendo las cartas y desarrollando ideas nuevas. A veces te lías y no tienes tanto tiempo para esta planificación, pero con un buen equipo, se consigue.

¿Cuál es el reto más importante al que te enfrentas al liderar las cuatro cocinas?

Uno de ellos es motivar e ilusionar a tanta gente y tan diferente. Que ya lo están, pero son tantos que… Hay que intentar que todos se ilusionen y que entiendan lo que tú realmente quieres transmitir. A veces es éste el reto más importante o el pequeño inconveniente: que lo que tú tienes en la cabeza, lo transmites a ellos, tú lo ves muy claro, pero ellos no tanto. Y tenemos que hacer muchas pruebas y eso comporta mucho tiempo, tiempo que a veces no tenemos.

Foto Oscar Llandrich Merino

¿Qué tres diferencias destacaría entre los cuatro restaurantes y cuál es el denominador en común (a parte de su chef)?

El denominador común es la cocina tradicional catalana puesta al día basada en un producto de mucha calidad. Els Tinars es la casa madre, el hijo crecido, donde desarrollamos nuestra esencia y nuestra cocina desde el punto de vista más gastronómico. Aquí hacemos una cocina catalana gastronómica, donde también hay platos algo más internacionales, que se han consolidado ya en la carta. Pero, Els Tinars es esencialmente eso: cocina catalana puesta al día, de producto, de mucha calidad. Bell-Lloc es un restaurante de cocina catalana más popular, tradicional, donde hemos recuperado la cocina del día a día, de casas de comidas, de compartir… Son muchos platos que hacíamos en los inicios en Els Tinars, que está a solo un par de km de distancia. Un recetario más clásico con “cap-i-pota”, caracoles, carne a la brasa, fricandó, macarrones… Hemos recuperado esa esencia del “porrón de vino” y la rama de embutidos.

L’Informal es un restaurante donde derivan todas estas raíces de cocina tradicional catalana adaptada al hotel, donde demostramos a los huéspedes cómo comemos en Catalunya, qué temporalidad tenemos, qué productos tenemos… Nos gusta que cuando viene un norteamericano goce con nuestros guisantes del Maresme. También tenemos platos más internacionales, más adaptados al cliente del hotel, con los que se puede sentir más cómodo. Y en Bruna, mantenemos también la esencia de cocina de hotel, pero con nuestro sello y con un matiz más de montaña, con guisos, “escudella”… Tenemos también una carta de quesos, miel de un productos de la zona… Y sí, en cada lugar es importante que adaptemos la carta al territorio, al producto de cada territorio donde está el restaurante.

En Els Tinars, su “casa madre”, conocías bien a tu clientela ¿Es muy diferente a la de El Informal, en el hotel Serras de Barcelona, o a la del Bruna de Soldeu, en Andorra?

Lo cierto es que tenemos una clientela bastante fiel que nos ha seguido allá donde vamos, y que ha recorrido los cuatro restaurantes, porque es un cliente que le gusta moverse por el territorio. Y también tenemos clientes extranjeros, por ejemplo, en Els Tinars tenemos muchos extranjeros que tienen segundas residencias por la zona y es cierto que este cliente es más difícil que se desplace hasta Barcelona para comer en L’Informal. Pero en general sí que es muy similar el tipo de cliente de nuestros locales, porque suele ser un cliente al que le gusta comer bien, que aprecia la calidad, la buena cocina…

¿Se adapta la cocina a tu clientela o alrevés?

Rotundamente no. La clientela se adapta a lo que ofrecemos, a nuestra cocina. Está claro que intentamos mostrar lo que hacemos, lo que creemos, los productos que elegimos porque es de la zona y de temporada, a pesar de alguna excepción en los restaurantes de hotel, como decía antes. Pero son excepciones.

¿Qué te sedujo del proyecto L’Informal como para aceptarlo? ¿Era la atracción de cocinar en Barcelona?

Principalmente, entenderme con la propiedad. Conozco a la familia Serra, especialmente a Jordi, que es cliente de la casa. Y siempre nos hemos entendido muy bien. La comunicación es clave. Y siempre hemos podido hablar, plantearle nuestras dudas y viceversa. Esto facilita mucho que cuando te presentan un proyecto como éste es difícil no sumarte. Y una vez estás sumergido en el proyecto, pues surgen más proyectos igual de emocionantes. A mí, personalmente, me encantan los nuevos proyectos y por ello fue fácil decir que sí también a Bruna.

Una de las características de tu cocina es la calidad del producto de proximidad. Es la combinación equilibrada entre tradición y modernidad. Pero ahora, no es como antes. En un entorno donde cada vez hay menos payeses, y hay cada vez más chefs en busca del mejor producto ¿Es ahora más complicado conseguirlo que antes?

Cierto. No es nada fácil. Pero nosotros tenemos la suerte de mantener una buena relación de hace mucho años con ciertos productores que te van avisando cuando tienen ese producto que saben que nos encaja, que es algo nuevo o especial… Por desgracia, algunos ya no están. Pero sí, cada vez es más fácil. Por un lado porque van desapareciendo algunos productores, y por otro lado, porque es cierto que cada vez hay más profesionales que buscan ese producto especial.

foto: Oscar Llandrich Merino

Hablemos, precisamente, de sostenibilidad. ¿Qué opinas de la sostenibilidad en la cocina profesional? ¿Es viable o no? ¿La aplicas? ¿Cómo?

No es fácil, pero hemos mejorado mucho respecto a hace años. Por ejemplo, en tema de reciclaje, somos bastante estrictos. Separamos y reciclamos. Y es importante decirlo, porque hay muchos restaurantes grandes e importantes con cierto prestigio de sostenibilidad, que aún hoy día, no están reciclando en realidad. Suelen ser de ciudades grandes, porque la propia ciudad no lo permite. Aquí, nosotros desde siempre hemos intentado no derrochar energía, agua, recursos…

Dicho esto, aunque tenemos conciencia y lo hacemos, ojalá pudiésemos incidir aún un poco más. Hace tiempo que queremos tener un huerto, pero no es fácil, porque eso requiere de personas que lo cuiden. Hay restaurantes que se lo pueden permitir, y es fantástico, pero no todo podemos. Por eso sería mi ilusión en un futuro y es mi intención de hacerlo. Y no solo eso, también poder reutilizar toda esta parte orgánica que desechamos…

¿Cuál es el plato que más te ha marcado en tu carrera (tuyo o de alguno de tus maestros) y por qué?

El “Mar i muntanya”. Yo vivo en un territorio, tenemos un recetario que el mar y montaña es muy nuestro y es el plato que más me ha marcado. Siempre lo he tenido en la carta y yo pienso siempre en clave “mar y montaña”.

Un chef como tú nunca deja de innovar, de avanzar, de pensar en el futuro ¿Cómo te gustaría que fuera ese futuro?

Creo que el oficio está ahora mismo experimentado una carencia de profesionales, de nuevos talentos, y de gente joven motivada e ilusionada por la cocina. No es como en mi época. Tanto a mí, como a mis colegas, nos apasionaba de una manera terrible este oficio. Eran momentos que recuerdo que a todos nos encantaba aprender del otro, leer, correr de un lugar a otro para ver qué se hacía, para compartir, para trabajar. De hecho, trabajábamos muchísimas horas. No quiere decir que hoy tenga que ser así. Es lícito que los jóvenes piensen también en su calidad de vida y en tener tiempo libre. Pero creo que deberíamos intentar saber combinar mejor los sacrificios de este oficio con el tiempo para dedicarlo a la familia, al ocio. En definitiva, humanizar el tema de los horarios, que ya se está haciendo. Esto representa un coste en personal. para las empresas. importantísimo, pero hay que asumirlo.

Nosotros, por ejemplo, estamos dando un paso muy importante en este sentido. Pensamos en todos, principalmente, para poder retener el talento. Creo que es importante volver a ilusionar a las nuevas generaciones, para que puedan seguir evolucionando, pensando e innovando, sin dejar de tener como referente nuestras raíces y nuestra cultura gastronómica. Hay que volver a conseguir que nuestro país esté en lo más alto de la cocina mundial.

Vuelve GastroMar l’Ampolla, en una edición que enaltecerá el valor de la cocina de toda la vida y de la identidad gastronómica como referente, y que remarcará la importancia de la sostenibilidad en la cocina marinera, apostando por el consumo del pescado de proximidad y de las especies más desconocidas.

Las jornadas profesionales gastronómicas y científicas, organizadas por el Ajuntament de l’Ampolla, con la Fundació Alícia y Repicat Sc, contarán con los que más saben de esto: pescadores, cocineros, científicos y hombres y mujeres del mar y de la cocina.

GastroMar l’Ampolla se celebrará los próximos 3, 4 y 5 de marzo desde el hotel Flamingo, confirmando su apuesta por los productos del mar, la sostenibilidad, la pesca y los productos de las Terres de l’Ebre, desde un punto de vista científico y culinario.

Destacados chefs en Gastromar

El evento reunirá en su escenario a grandes chefs de todo el territorio. Serán los encargados de ofrecer sesiones de cocina en directo, mientras comparten con asistentes y espectadores (las jornadas se pueden seguir en directo desde el canal de YouTube de Gastroevents) sus conocimientos sobre el producto del mar y la cocina marinera.

Las jornadas se abrirán, como es habitual, con una sesión de la cocina de la ostra de l’Ampolla, este año, de la mano del chef y responsable de cocina de la Fundació Alícia, Marc Puig-Pey, bajo el título de “Lo clásico como valor, la identidad como referente”.

Y contará con figuras de la cocina de la talla de Gessamí Caramés (Meleta de Romer, L’Ametlla de Mar) y Vicent Guimerà (L’Antic Molí* y estrella verde, Ulldecona), que ofrecerán unas sesiones muy suculentas de ranchos y de cocina sostenible, patrocinadas por la DOP Oli Terra Alta.

También estará el Cuiner del 2023, Martín Comamala (539 Plats Forts, Puigcerdá), con la sesión “Cuando el pescado sube a la montaña”; o Aitor López (Citrus del Tancat, Alcanar) y semifinalista del Concurso Cocinero del Año 2024 que accede a la Final durante Alimentaria 2024, Premio Chef  Balfegó 2023, para hablar -y cocinar- en una sesión titulada “Las raíces Mediterráneas del Delta”.

Marc Gascons (Els Tinars*, Llagostera; Bell-Lloc, Santa Cristina d’Aro; y El Informal, Barcelona) llevará al escenario de GastroMar la “Tradición y modernidad en la cocina y el plato: la estrella es el producto”, mientras que Miquel García y el jefe de sala Joan Martínez (Terrassa Terramar, Llafranc), presentarán una sesión titulada “Un mar y montaña ‘de barraca’ y excepcional”.

La cocina más tradicional y el dominio del oficio vendrá de la mano de expertos con larga trayectoria, como, por ejemplo, el gran Jean Louis Neichel, chef del desaparecido restaurante Neichel** de Barcelona, que cocinará su mítico “Lenguado Mario”; Joan Bosch, fundador de Can Bosch* (Cambrils), que repasará los 40 años de cocina con estrella; y los hermanos Jaume y Josep Font, fundadores y antiguos propietarios del restaurante Sa Punta, de Pals (Girona), que ofrecerán una sesión de cocina con platos históricos del mar y montaña del Empordà.

Ciencia, divulgación y debate alrededor de los productos del mar

Pero, además de chefs y cocina en directo, los grandes protagonistas serán las voces expertas de Les Dones de la Mar, de los pescadores y marineros de l’Ampolla, pero también, de nutricionistas, antropólogos, científicos y responsables de entidades que trabajan para cuidar de los recursos marinos y para favorecer la pesca sostenible.

Sergi Tudela, director de Política Marítima y Pesca Sostenible hablará del relevo generacional en el sector pesquero, mientras que Jordi Rodon, jefe del servicio de Recursos Marinos de la Dirección General de Política Marítima y Pesca Sostenible, hablará sobre la biodiversidad marina de nuestra costa y como esta puede acabar siendo un recurso gastronómico sostenible. “El pescado de lonja, lo mejor de cada temporada” será el claim de la charla y demostración que ofrecerá la Asociación Catalana de Les Dones de la Mar, con Iris Triola, pescadora de Blanes; Cristina Caparrós, armadora de Barcelona; y Nuria Sánchez, divulgadora en gastronomía y tradición pesquera; junto con Leidy Johanna Aya, acuicultora y armadora en La Ràpita.

Por su parte, Joan Ribas, doctor en antropología y responsable de Patrimonio alimentario y sostenibilidad en la Fundació Alícia hablará sobre el mar y montaña en la gastronomía, y Roser Martí, presidenta del Colegio de Dietistas-Nutricionistas de Catalunya hablará también del pescado de proximidad y su importancia en nuestra cocina y nuestra salud.

Finalmente, Adriana Gálvez, responsable de proyectos de innovación de la Fundació Alícia hablará sobre cómo favorecer el consumo de pescado de la costa catalana en el marco de la Estrategia Alimentaria de Cataluña.

En estas jornadas gastronómicas se tratan temas relacionados con la cocina marinera y la cocina a bordo, pero también de la sostenibilidad del mar, y del valor que tienen especies de pescado de lonja menos conocidas por el consumidor, y poco habituales a las cartas de los restaurantes.

Joven y emprendedor, Vicent Sanchís es chef y asesor del restaurante Origens Essència de nostra cuina, de La Pobla de Vallbona (Valencia). Tiene claro que le gusta cocinar con los productos de su zona y ello es lo que hace en este restaurante. Cree firmemente que un chef debe estar enfocado en la sostenibilidad, el respeto al ciclo de vida de los animales y en el reciclaje.

¿Cuál es tu cargo/trabajo en el restaurante Origens Essència de nostra cuina?

El cargo que desempeño actualmente en el establecimiento es asesor del mismo, ya que por motivo de otros trabajos, estudios y diversos funciones que desempeño en diferentes grupos, me limita la actividad en el restaurante además de actualmente estar pasando por un proceso de cambio en la organización del restaurante.

¿Cómo defines tu cocina que puede probarse en Origens?

Definiría mi cocina como un reflejo de mi visión y mis sentimientos. Digo esto porque me encanta poder reflejar historias de nuestra cultura, de nuestro territorio, de nuestros recuerdos… en la propia cocina que realizo.

Es importante que la cocina en la que trabajo tenga algo bonito que contar, pero por supuesto debe reunir matices que haga que el cliente desee continuar comiendo y disfrutando de la gastronomía que quiero reflejar.

Me gusta representar en mi cocina la tradición, aquella que se cocina con muchas horas, mucho mimo y mucho chup chup!! De los guisos ancestrales y las cocciones largas que forman las bases de nuestra cocina.

Me gusta trabajar con los productos de nuestra zona, dándole protagonismo como no a Valencia ya que es el lugar donde nací. Las partes fundamentales de mi cocina se basan en el producto de temporada, ya que soy seguidor de los productos por su estacionalidad para poder sacarle el mejor rendimiento.

En resumen, quiero que la gente disfrute comiendo lo que nos gusta cocinar, que coman territorio… que coman Valencia!!

¿Por qué decidiste dedicarte a la profesión de chef?

Realmente en un principio siendo muy joven, con unos 15 ansiosos años de edad, no sabía para nada que me gustaba ser cocinero y que mi propósito sería acabar siendo un chef que mostrara su cocina, pero fue a raíz de mis padres y hermana que me involucraron en el mundo de la cocina llevándome a estudiar, y en la propia escuela, a darme cuenta de que este iba a ser mi futuro. No veía el cocinar como un trabajo sino como algo para evadirme del mundo y sacar todo de mi cabeza para solo centrarme en cocinar y aprender cocinando.

Fue en mi primer trabajo donde, además de coger el verdadero gusto a la cocina, me formé junto a grandes chefs en Valencia, y gracias a ellos fue el trampolín para empezar a crecer dentro del mundo y ver la cocina como mi pasión.

 ¿Quién te inspiró para dedicarte ello?

Familia, jefes de cocina que he tenido a lo largo de mi carrera y mi yo interior que siempre ha querido continuar formándose y aprendiendo de todo aquello que sucede a mi alrededor.

¿Es la primera vez que participas en un certamen como el Concurso Cocinero del Año 2024? ¿Qué representa poder estar en un concurso de tales características?

Sí, poder participar en este prestigioso concurso es todo un sueño, estar rodeado de estos magníficos chefs que presentan sus menús y poder estar codo con codo con ellos es algo único e impresionante. Es todo un placer poder conocer a los grandes chefs de España y juntarnos por un motivo: La gastronomía y sus diferentes puntos de vista.

Está claro que todo el mundo quiere ganar este tipo de concursos, pero sobre todo hay que ver el aprendizaje que nos vamos a llevar y el nivel que habrá entre todos los concursantes. Ese es el mejor premio que nos llevamos… nuevos amigos, nuevos aprendizajes y nuevas formas de ver la gastronomía.

Al final para mí se trata de concursar: de querer superarte día a día, innovar y contextualizar tu cocina.

¿Cómo crees que debe ser actualmente un chef? ¿Qué rasgos debe tener?

Pienso que un chef hoy en día debe ser, antes que todo, cocinero, es decir, saber dónde está y ser el líder de su grupo pero sin querer hundir a las personas de su alrededor. El chef en la actualidad debe de ser muy aventurero, viajero, curioso y sobre todo nunca parar de aprender y estudiar porque en la cocina no hay fin y cuando crees que tienes nociones de algo o sabes un poco te das cuenta de que todavía te quedan miles de técnicas y productos por conocer.

¿Qué retos tenéis los chefs dentro de este sector?

Como chefs tenemos como reto principal, bajo mi criterio, el respeto al medio ambiente, el respeto al ciclo de vida de los animales y de nuestro entorno, respeto al reciclaje, y paralelamente a esto, la promoción de todos aquellos nuevos cocineros para que nuestra gastronomía española nunca pare de crecer.

Hoy en día se habla mucho de la sostenibilidad y la verdad creo que aparte de cocinar tenemos que centrarnos en estos gestos que van a hacer progresar nuestro mundo y dar el ejemplo a los diluentes cocineros para que sean conscientes de que al final la cocina sale de la naturaleza y para ello hay que cuidarla.

 ¿Cómo te ves en unos años? ¿Qué te gustaría hacer?

Me gustaría continuar disfrutando, aprendiendo y divirtiéndome en la cocina, creo que, aparte de desear logros, lo bonito de este mundo es la familia que vas formando a lo largo de los años y la verdad que continuar aprendiendo de mi gente y de los nuevos chefs que están por conocer ya me llenaría de gratificación. Sí es verdad que a nivel personal me encantaría poder llegar algún día a representar nuestro país y competir a nivel mundial con la intención de continuar posicionando a España en el lugar que merece y ser partícipe de ello junto con los grandes chefs que forman nuestra selección española de cocina y que compiten con muchísimo esfuerzo y dedicación para dar visibilidad a nuestro país y posicionarlo entre los mejores del mundo a nivel gastronómico.

El chef Francisco Hernández tiene una dilata experiencia en variedad de restaurantes y muchos de ellos dentro de hoteles. Ha sido cocinero de la cadena hotelera Amrey, del hotel Sant Pau; chef en el hotel Córcega; del hotel Duques de Vergara y en la actualidad es chef ejecutivo del Hotel Catalonia Barcelona Plaza, de Barcelona, con dos restaurantes, y a cargo de una plantilla de más de 30 trabajadores.

Tienes una amplia trayectoria como chef de diversos hoteles, ¿qué supone serlo ahora de un hotel tan importante y con tanto flujo de visitantes como el Hotel Catalonia Barcelona Plaza?

Lo primero que conlleva un puesto así es responsabilidad: requiere una dedicación exhaustiva y una conexión constante con los diferentes espacios del hotel. Puede parecer fácil, pero teniendo en cuenta que tenemos diferentes ofertas y está abierto 24 horas… podéis haceros una idea.

¿Cómo han cambiado estas funciones al paso de los años?

La tecnología está en nuestras vidas, y cómo no, en la restauración ha entrado pisando fuerte. Se acabaron esas interminables llamadas para hacer pedidos: ahora a través de sistemas informáticos específicos podemos trabajar con diferentes proveedores, hacer un cálculo de los balances del mes y recuperar pedidos ya realizados.

En cuanto al trabajo directo en cocina, se acabaron los libros manchados de grasa y salsas: con las tablets se han reducido espacios y agilizado esas consultas de última hora de los recetarios, además de haber logrado una globalización también de la cocina con acceso a hacer un plato típico de otro país del mundo de manera inmediata.

¿Cuáles es tu día a día como chef ejecutivo en el restaurante?

Llevar una coordinación de las piezas que componen este hotel es un trabajo verdaderamente variopinto, teniendo en cuenta que hay muchos escenarios en los que intervenir: restaurantes, eventos, desayunos, cocinas de producción y pastelería.

En cuanto al resto del equipo, soy un apoyo directo para los otros chefs e intento dar herramientas para solucionar los problemas del día a día. Por dar una pincelada puedo trabajar solucionando la operativa de un banquete, pidiendo presupuestos, analizando la incorporación de nuevas maquinarias o haciendo trabajo de análisis de procesos.

¿Qué responsabilidad supone gestionar la oferta gastronómica de este hotel y de su plantilla de 30 trabajadores?

Responsabilidad mucha, y paciencia y empatía, más, tanto por mi parte como por parte de la plantilla. Actualmente contamos con una plantilla de 60 cocineros y puedo afirmar que me siento afortunado por ello. La plantilla se distribuye por secciones/puntos de alimentación. Cada punto de alimentación cuenta con un chef que es el que realiza la microgestión. Trabajamos haciendo un feedback continuo con el resto del hotel, por si hay cambios de última hora, coordinando las tareas de formación del personal, actualizando las ofertas gastronómicas, y como no, solucionando lo que aparece a última hora: pedidos que no llegan y debemos hacer cambios en la oferta gastronómica, anulaciones en el último momento y las nada deseadas averías.

En gestión siempre aparece algo que mejorar y concretamente en la gestión de hostelería además de mejorar siempre hay que tener capacidad de reacción, puesto que todos los días son diferentes.  Si además tenemos en cuenta que vivimos inmersos en un mundo en el que la inmediatez es lo que se apremia, debemos dar soluciones rápidas asegurando un buen servicio. Son tantas cosas que se puede entender que muchos días sigas trabajando desde la cama.

Háblanos del restaurante más nuevo del hotel, Simultáneo, ¿qué podemos encontrar en él?

Pues un espacio desenfrenado, sin condiciones, para comer a cualquier hora. La única norma es el momento del día: dependiendo de la hora puedes disfrutar de un vermú, una merienda o unas copas, sin tener que prescindir de platillos para compartir en una mesa informal bebiendo un buen vino. ¡hasta hacer unas tortitas a cualquier hora!

Hace poco hicisteis un “cuatro manos” a distancia con el restaurante Memories, de Cancún. ¿Cómo resultó?

No tenía mucha fe en ello cuando lo propuso Elisa, de marketing del hotel, jajaja. En realidad, fue una experiencia que nos gustó mucho a todos. Siempre es divertido cocinar y poner en escena con tus manos lo que piensa otro desde otra parte del mundo y debo confesar que salió muy bien todo.

 ¿De qué forma se implicó Simultáneo?

Intentamos trasladar México a Barcelona: adaptamos la vajilla, buscamos los ingredientes autóctonos que el chef nos indicaba, realizamos y rectificamos las recetas del Memories (no por otra razón que por las diferencias que pueden surgir al cambiar de clima y de agua) y preparamos al personal para adaptarlos al trabajo de un restaurante de corte gastronómico.

¿Seguiréis con este proyecto en breve?

La verdad es que hemos abierto la veda al haber superado con éxito lo del Memories: se abren muchas variantes para poder realizar este tipo de proyectos, desde cocinar en directo en dos cocinas hasta hacer incluso una carta con los mejores platos de cada restaurante de cada lugar en el mundo.

Sería incapaz de hacer una receta si algo no me convenciera, rectificar y modificar ¡es mi pasión!

¿Con qué retos os enfrentáis los chefs ejecutivos en este momento?

Pues para realizar cartas competitivas se necesita cocineros y pasteleros especializados. Desgraciadamente en el sector de hostelería se está complicando encontrar gente preparada. Es por esto por lo que en los hoteles debemos simplificar muchos los platos, para que esté al acceso de cocineros no tan cualificados.

Si echamos un vistazo a la restauración de hotel, es una cocina que trabaja los 365 días del año, con diferentes espacios, diferentes manos… Hacer atractiva la oferta gastronómica y no morir en el intento, ese es el verdadero reto.

 ¿Por qué crees que es tan difícil encontrar personal en la hostelería?

Hay muchos factores, yo creo que estamos en un tiempo diferente al de antes. Hoy en día por un sueldo similar al de cocinero encuentras mejores condiciones de vida, tienes turno seguido, fines de semana, festivos… ese sacrificio de decantarte por la hostelería se hace o por pasión o por dinero. sin más. los elementos de seducción son muy pocos. Debemos mejorar en este aspecto y producir interés hacia estos puestos de trabajo tan necesarios.

¿Qué novedades se avecinan en Simultáneo durante el año que viene?

Top secret

¿Cómo te ves de aquí a unos años?

Buff… no se… me encanta enseñar y poder formar a futuros cocinero. Tal vez mi futuro está en la enseñanza. Veamos lo que nos depara el futuro.

Pocos espacios evocan al mar, el cielo y Barcelona. Por ello en Azul, el nuevo proyecto del chef con estrella Romain Fornell tiene a la ciudad como eje central siendo un rooftop en la Barceloneta donde gozar despierto. Lo haremos gracias a sus increíbles vistas y una cocina fuera de serie, y no es una exageración. Desde la décima planta del edificio Ocean, se ven los barcos, el mediterráneo, la montaña y toda la ciudad a vista de pájaro en sus vistas 360º.

Azul terraza

La conexión de Fornell y Barcelona

Que este restaurante se sitúe en este lugar no es casualidad. Aunque nació en Toulouse, el cocinero ha afirmado en varias ocasiones que se siente barcelonés y que ama profundamente la ciudad, donde reside desde hace más de 25 años. “En Azul buscamos un nombre que tuviera connotación española y algo muy mediterráneo, y al mismo tiempo que represente lo que es Barcelona, una ciudad moderna en un entorno mediterráneo”, comenta a Caternewsdigital el chef.

 

El nuevo espacio se incorpora al grupo de restaurantes dirigidos por Romain Fornell desde su marca Goût Rouge: Caelis (con una estrella Michelin), Casa Tejada, Tejada Mar, Rooftop Ohla Barcelona, Café Turó, La Plassohla y Le Grand Café Rouge. El cocinero dirige también la restauración del Hostal de la Gavina y de la Taverna del Mar de S’Agaró, en la Costa Brava.

 

La diferencia de este restaurante con los otros de la ciudad es que “tiene una vista espectacular, estamos en un lugar fantástico, donde comer, tomar cócteles, escuchar música, hay un dj, y todo ello difiere bastante del resto de proyectos de Goût Rouge. No es sólo un restaurante, es un lugar donde ir con la familia, con amigos… para disfrutarlo”, nos explica.

 

El chef comenta que están seguros que quien venga repetirá porque es un lugar único. La conexión de Fornell con Barcelona está clara y con Azul lo vuelve a demostrar. Enamorado de la ciudad, de sus vistas, gentes y la gastronomía, y preguntando por todo ello, nos comenta que nos falta reconocer que esta ciudad es la mejor el mundo. “Muchas veces nos comparamos con otros y no hace falta, lo tenemos todo, debemos aprovecharlo, compararse con otro lugar es absurdo”.

azul espacio interior

Mirando al mar soñé…

No hace falta soñar, Azul es real. Este rooftop sustituye al restaurante Blue Spot, el local por el que Shakira y Gerard Piqué apostaron hace años y que, en esta nueva etapa, está destinado a convertirse en el nuevo place to be de la ciudad.

 

Hablamos de un nuevo espacio gastronómico de 1.200m2 con vistas 360º al mar y a la ciudad donde sentarse a almorzar, cenar o tomar una copa en un ambiente relajado. Todos los espacios del restaurante tienen una identidad propia y un interiorismo cuidado al detalle donde el color azul nos acompaña todo el rato, sea por el color de sus paredes, o por el telón de fondo.

 

100% mediterráneo en todos sus sentidos, la cocina del restaurante se jacta de pescados y mariscos recién capturado por los marineros del Moll del Rellotge, además arroces mixtos y marineros, ensaladas frescas y grandes piezas de carne cocinadas a la brasa. Así, el fuego se convertirá en otro de los elementos centrales de la oferta gastronómica de Azul.

 

La propuesta de vinos y coctelería es otro de los motivos para visitar esta novedad, pues como él mismo ha declarado, para las puestas de sol y las noches, hay una carta variada de cócteles y creaciones de autor, que se podrán degustar en eventos exclusivos con música en directo.

azul interior

Retos y expansión del grupo

Los retos de los chefs actuales son muchos. Fornell lo sabe y nos remarca que es importante saber crear equipo y liderar, “y que se preserve a los equipos, para lo que hay que hacer un trabajo de fondo”.

 

Preguntado por la sostenibilidad en el sector de hostelería, el chef tiene claro que hay que seguir unos parámetros que ya están marcados y luego que tu negocio te permita poder avanzar, “no voy a dar lección ni ejemplo a nadie sobre la sostenibilidad; ahora hay normas marcadas que deben cumplirse”.

 

La apertura del nuevo restaurante reafirma la apuesta de Goût Rouge por seguir creciendo y expandiendo su negocio en Barcelona. El grupo de restauración que lidera sigue demostrando su pasión por una ciudad que es cada vez más cosmopolita y abierta, y que cuenta con una oferta gastronómica de referencia a nivel internacional.

Goût Rouge ya tiene diez locales en Barcelona que evocan y representan los valores y el estilo de vida mediterráneo. Todos ellos con una personalidad propia, una carta fiel a sus raíces y un interiorismo cuidado. “Nuestra filosofía y pasión es hacer felices a los clientes a través de nuestra gastronomía, de base francesa y carácter barcelonés, en espacios singulares”, explica.

 

El chef siempre tiene algo entre manos, “ahora vamos a un negocio al año más o menos, algunos han ido bien y otros mal, y procuremos que vayan mejor, pero tenemos un equilibrio y es muy positivo”, nos adelanta. Así que esperamos nuevos restaurantes donde lo inimaginable es posible.

azul rooftop barceloneta pescado

Joan Capilla estudió Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y posteriormente se diplomó en Turismo. Finalmente estudió Cocina Básica y Avanzada en la Escuela de Hostelería Hofmann de Barcelona.

 

Joan siempre ha apostado por la cocina catalana y la gastronomía del Delta del Ebro, en Tarragona, sin dejar de introducir nuevos productos que completan su recetario.

 

A sus 25 años decidió abrir el Hotel Algadir del Delta y más adelante fue reconocido por su trabajo en los fogones con el sello de Hotel Gastronómico ofrecido por la Agencia Catalana de Turismo. Además, ha sido incluido en la Guía Michelín con el reconocimiento de Bib Gourmand.

 

Ha cursado en la Basque Culinary Center el Curso de cocina de Vanguardia. Y también pudo formarse en la Escuela de Espai Sucre, en el curso de Postres de restaurantes. Por último, se formó en la primera promoción de Gestión de Restaurantes sostenibles de la BCC.

¿Cómo define l’Algadir del Delta?

JC. L’Algadir del Delta es un restaurante con 15 habitaciones. Fue mi proyecto de final de licenciatura (ciencias de la actividad física y el deporte en la universidad Ramón Llull). Con los años, L’Algadir para nosotros ha pasado a ser uno más de la familia. Y en donde podemos desarrollar las tareas que más nos gustan. Desde 2010 disponemos de la etiqueta ecológica europea (ECOLABEL), siendo el primer hotel de Catalunya en certificarse.

¿Qué especialidad tienen?

JC. L’Algadir del Delta está especializado en turismo activo, desde nuestro establecimiento se pueden hacer diferentes excursiones en el medio, así como terminar el día en nuestro pequeño fitness centre.

 

Otro de nuestros segmentos es la ornitología, ya que, en el Delta del Ebro de las 600 especies de aves existentes, se pueden ver 360 especies. Desde hace muchos años estamos integrados en Iberaves, turismo ornitológico de la SEO BIRDLIfe.

 

También trabajamos el ecoturismo. Estamos certificados con la Carta Europea de turismo sostenible y estamos integrados dentro del club de ecoturismo de España www.soyecoturista.com

 

Y el turismo gastronómico, en donde nuestro restaurante trabaja con productos de proximidad y si pueden ser ecológicos. Hemos sido galardonados con un Bibgourmand de la Guía Michelin y hemos sido también recomendados por la Guía Repsol.

 

La Agencia catalana de turismo nos catalogó como hotel gastronómico.

¿Qué es para ustedes la sostenibilidad y la economía circular?

JC.Yo la sostenibilidad la entiendo en 3 ejes,


El eje producto en el que trabajamos todo con productos de proximidad (menos de 50 km), algunos ecológicos. Con vinos de nuestra región, y nunca con productos que lleven un alto impacto en huella de carbono. Disponemos de una carta de arroces con diferentes variedades del delta, integrales, … Y tenemos un pequeño huerto urbano en el tejado donde cultivamos nuestros vegetales y plantas aromáticas.

 

El eje personas; sostenibilidad social, éste ha sido mi gran proyecto en los últimos años en el cual profundicé en el curso de gestión de restaurantes sostenibles del Basque Culinary Center. En el restaurante hemos implantado:

 

Política de inclusión sostenible en tema del empleo y trabajo decente, donde hemos mejorado las condiciones de nuestros trabajadores, con condiciones de trabajo más seguras y una retribución digna de acuerdo con su categoría laboral.

 

Plan de integración de colectivos desfavorecidos. Trabajamos con gente de otros países (sobre todo del continente africano), mujeres mayores de 45 años, priorizamos la contratación de mujeres y hombres con cargas familiares. Para nosotros la discapacidad no supone un hándicap para trabajar en nuestro establecimiento, sino que adaptamos el puesto de trabajo. No influye el sexo, raza o religión en el puesto de trabajo.

 

Plan de acogida y motivación para el equipo.

 

Igualdad entre géneros en la empresa. En el Algadir tratamos igual a hombres y mujeres. Y la retribución del trabajador es igual según el sexo.

 

Plan de formación en sostenibilidad y economía circular y del área operacional.

 

En "proyecto", y me tiene muy ilusionado, estamos creando una escuela de hostelería en Gambia. Con esta acción podemos establecer alianzas y poder enseñar técnicas tecnológicas culinarias en el continente africano. También se cocinará con técnicas ancestrales y productos sostenibles del país.

 

En "proyecto" este año pretendemos entrar en las escuelas del territorio con el fin de promover la vida sana en los colegios, que los niños puedan comer mejor y ayudar a hacer una oferta atractiva en los comedores escolares. Así mejoraremos los hábitos alimentarios, fomentaremos una dieta equilibrada y nutritiva, mejorará la cultura gastronómica de las familias facilitando el acceso a la información y divulgando contenidos sobre elaboraciones y recetas.

 

Por último, el eje planeta, sostenibilidad ambiental: es un punto importante en el que trabajamos con el fin de reducir emisiones, uso eficiente de los recursos, de alimentos, etc. La correcta gestión de los recursos y mejorar la ecoeficiencia. Algunos de nuestro ejes son:

 

Reutilizamos el agua de las cubiteras para regar las plantas, y en depósitos recogemos agua de la lluvia para el riego del huerto y la piscina.

 

Instalación de 30 KW de placas solares fotovoltaicas.

 

Implantación de cocinas mejoradas, dispositivos de bajo consumo, utilización ollas bajo consumo como las ollas a presión, etc.

 

Utilizamos bolsas compostables.

 

Tenemos una compostadora para nuestro huerto.

 

Hemos implantado un punto de recarga para bicicleta eléctrica en nuestra "Bici Área".

 

Implantación de un punto de alquiler de bicicletas eléctricas.

 

Economía circular: junto con la Cooperativa d’Arròs Montsià estamos trabajando para crear un envase reutilizable por si se quiere llevar la comida sobrante hecha con material compostable/reutilizable.

 

Con las bolsas al vacío estamos en "proyecto" de creación de hacer bolsas para el bocadillo cuando se hace cicloturismo y neceseres de viaje, así como reutilizamos mantelerías y sábanas viejas dándole un segundo uso.

 

Hemos establecido un plan de descartes para hacer: vinagres, garum, aromatizantes para bebidas o cócteles (pieles limón o naranja) o con la pulpa de la naranja de los desayunos hacemos una crema para los postres. Minimización de desperdicios alimentarios.

 

Reducción de plásticos.

 

El otro plástico que no compostamos estamos en trámites de hacer un convenio de una conocida marca para darle una segunda vida al plástico.

 

Para tener más eficiencia en el trabajo hemos digitalizado la empresa; sistemas de gestión, reservas, controles, control, tele comanda, implantación del libro digital junto con Habitat Futura /retinkhotel con el fin de conseguir 0 emisiones en un plazo corto de nuestro establecimiento.

Destacan ustedes también por contar con productos de kilómetro 0, …

JC.Es muy importante poder trabajar productos de proximidad, el pescado de la lonja de la Ràpita, los patos de la desembocadura, corderos de la sierra del Montsià, arroz que está en los campos colindantes del restaurante, así como las verduras de la huerta de Amposta y l’Aldea. No entenderíamos una cocina que no fuera de proximidad.

¿Qué es lo que más sorprende a su clientela?

JC. En el restaurante la utilización de pescados de descarte y que le damos un valor gastronómico de alto nivel.

¿Qué destacaría de su gastronomía?

JC. Mi gastronomía es un reflejo de mi territorio y de cómo entiendo yo mi tierra, espero que lo que tengo en mi cabeza lo pueda proyectar de la mejor manera posible al plato y que el comensal viaje por el Delta del Ebro.

¿Qué retos tienen ante sí?

JC. Como antes explicaba, poder ser totalmente sostenible, y poder mostrar la gastronomía de nuestra zona al mundo, ya que estoy muy orgulloso del producto de mi tierra, de la gente que hace posible este producto, y cómo no de mi querido Delta del Ebro.

¡Error, el grupo no existe! ¡Comprueba la sintaxis! (ID: 9)

Los eventos relacionados con la restauración no paran. Y en noviembre hay una nueva cita con Gastronomic Forum Barcelona. Sus responsables ya han dado a conocer algunas de sus novedades como que la biodiversidad será uno de los ejes vertebradores del salón.

 

Una vez más, se sumarán al acontecimiento chefs consagrados y emergentes, con propuestas de sello propio que a la vez marcan tendencia. A través de clases magistrales, sesiones temáticas y presentaciones, expertos y profesionales del panorama gastronómico desvelarán las últimas tendencias y debatirán sobre los grandes retos de futuro del sector.

 

Este año, buena parte de los restaurantes participantes en GFB tienen como distintivo -además de las estrellas Michelin clásicas- estrellas Michelin verdes (V), que reconocen a aquellos establecimientos que se esfuerzan por innovar llevando a cabo iniciativas que preserven el medio ambiente, mediante la gestión de recursos y la eliminación de residuos.

 

Por esto destacan Joan Roca (El Celler de Can Roca ***+*V, de Girona), Jesús Sánchez (El Cenador de Amós ***+*V, de Cantabria), Oriol Castro y Eduard Xatruc (Disfrutar **, de Barcelona), Albert Adrià (Enigma*, de Barcelona), María Marte (Sky Europa Rooftop, en República Dominicana, y Fundación María Marte), Bego Rodrigo (La Salita *+*V, de Valencia), Eric Verbauwhede (Pic Group ***, de Francia), Poul Andrias (Koks **, de Groenlandia), Javier Olleros (Culler de Pau **+*V, de Sanxenxo, Pontevedra), Nicolas Decloedt (HummusxHortense *+*V, de Bruselas, Bélgica) y Zineb Hattab (Kle *V, Suiza).

 

Pep Palau, codirector de Gastronomic Forum Barcelona y responsable del programa de actividades, avanza que “desde Groenlandia hasta Cantabria y Galicia, pasando por Bélgica, Suiza y llegando a Barcelona, asistiremos a ponencias magistrales que claman, desde la cocina, por la necesidad vital de salvaguardar el medio ambiente y la biodiversidad en todo el planeta”.

Iniciativas de todo el mundo

Otro eje destacado del programa de actividades girará en torno al poder transformador de la cocina, con la proyección de iniciativas de varias cocineras de ámbito internacional comprometidas en proyectos sociales disruptivos, esgrimiendo valores contemporáneos que contribuyen a cambiar el mundo desde la cocina.

 

La chef dominicana María Marte dará a conocer los proyectos de su fundación para recuperar productos autóctonos y dignificar el trabajo de las mujeres, sobre todo en el campo; la danesa Kamilla Seidler, al frente del restaurante Lola de Copenhague; la belga Joke Michiel (Souvenir, Gante), Premio Parabere Care 2022 por una organización que pone énfasis en la conciliación y la integración; y la chef ‘nómada’ francesa Manon Fleury (Châlet des Iles Domesnil, París), sin restaurante en propiedad, que cocina donde se siente en sintonía.

 

Por otro lado, el fuego como método de cocción ancestral que vuelve con fuerza a la cocina profesional será protagonista con una parrilla espectacular de Josper en el escenario principal de las actividades. Otra tendencia que estará presente en el programa de GFB 2023 será la nueva despensa, que se basa en la recuperación de conservas tradicionales de alimentos y la aparición de técnicas de conservación inéditas en nuestra cultura culinaria. Los chefs Jesús Segura (Las Casas Colgadas, Cuenca) y Andrés Torres (Casa Nova *V, Penedès) compartirán su apuesta por esta tipología de productos.

 

Más espacios

La edición de este año presenta como novedades un Homenaje a las Mujeres del Mundo Rural, impulsado por la Diputació de Barcelona, y los premios The Baker y el de Mejor Maître de Hotel, que se sumarán a los ya clásicos Cuiner, Mercader, Innoforum, Mejor Panettone, Plat Favorit dels Catalans y TheBestDessertEspaiSucre. Asimismo, se presentará la Guía Slow Food Km0.

 

El Forum Lab acogerá el congreso Foodture -organizado por Barcelona Centre de Disseny, BCD-, el Congreso Internacional de Restauración y Economía Circular -a cargo de la Fundación Restaurantes Sostenibles-, así como un espacio para startups y varias ponencias y mesas redondas dedicadas al fenómeno de la ‘tercera vía’ en la cocina profesional.

 

Además, el salón estrenará un nuevo espacio expositivo, Forum Bar, dedicado a la coctelería y los destilados y gestionado por Neodrinks. Contará también con el Aula Catalunya -organizada por Prodeca y las Diputaciones de Barcelona, Girona y Lleida- y el Aula Makro. Las Diputaciones de A Coruña, Burgos, Granada y Valladolid, y el Consell Insular de Menorca participarán con productores y ofrecerán demostraciones gastronómicas.

 

Tras haber sido distinguida en 2016 Región Europea de la Gastronomía, nueve años después, Catalunya volverá a lucir esta distinción, pero en esta ocasión, será Región Mundial de la Gastronomía 2025. Este 12 de junio se ha dado a conocer la noticia que ya se intuía en algunos corrillos de chefs y productores catalanes. Y es que, con esta designación se confirma la consolidación de un modelo turístico innovador y regenerativo, donde Catalunya ha demostrado que la revolución gastronómica va mucho más allá del restaurante, pues abre las puertas a descubrir el territorio y la producción alimentaria local y singular.

 

La noticia de la distinción se ha hecho pública en un evento que ha reunido a medio centenar de chefs llegados de todos los puntos de la geografía catalana, así como algunos productores, enólogos, sumilleres y profesionales de la comunicación gastronómica. El consejero de Empresa y Trabajo de la Generalitat, Roger Torrent, y el secretario de Alimentación del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, Carmel Mòdol, han presidido un acto en el que también han compartido escenario con el chef Joan Roca. Precisamente, el prestigioso cocinero ha subrayado que esta designación “es una nueva oportunidad para reivindicar la cocina que hacemos en Catalunya”, subrayó Joan Roca.

El chef Joan Roca ha apoyado la presentación
El chef Joan Roca ha apoyado la presentación

Pero no ha sido el único chef en apoyar este acto y la designación de Catalunya Región Mundial de la Gastronomía 2025. No se han querido perder este momento, los hermanos Sergio y Javier Torres (Cocina Hermanos Torres), Paolo Casagrande (Lasarte), Paco Pérez (Miramar, Enoteca), Hideki Matsuhisa (Koy Shunka), Nandu Jubany (Can Jubany), Fina Puigdevall (Les Cols), Oriol Castro (Disfrutar), Carles Gaig (Petit Comitè), Ada Parellada (Semproniana), Marc Gascons (Els Tinars, Informal), Artur Martínez (Aürt), Joel Castanyé (La Boscana), Toni Romero (Suculent), Lluc Crusellas (mejor pastelero del mundo), Ferran Cerro (Ferran Cerro Restaurant), Carles Gaig (Gaig) y Jeroni Castell (Les Moles), entre otros.

Catalunya, el mejor país del mundo para comer y beber

Tras el anuncio, Torrent ha destacado que la distinción de Región Mundial de la Gastronomía 2025, “nos ayudará a poner en valor la producción alimentaria, nuestra cocina y nuestro destino", ha afirmado el consejero Torrent. Para el responsable de Empresa y Trabajo de la Generalitat, "nuestro legado culinario, vinculado a la innovación y el talento, han hecho que Catalunya sea el país del mundo donde se come y voz mejor".

 

 

El secretario de Alimentación, Carmel Mòdol, ha explicado, por su parte, que “estos años que vienen, tendremos la oportunidad de demostrar, como ya hemos podido hacer estos días al jurado internacional que nos ha visitado, como aquí tenemos productores de alimentos y cocineros de excelencia, es esta amalgama, la que nos ha dado este reconocimiento”. “Con este título, ponemos todavía más en valor nuestro sistema agroalimentario y ponemos todavía más en valor el orgullo de país donde vivimos: Catalunya, donde la comida es cultura”.

Región Mundial de la Gastronomía 2025

La Región Mundial de la Gastronomía es una iniciativa impulsada por el Instituto Internacional de Gastronomía, Cultura, Artes y Turismo (IGCAT). Un título que tiene como finalidad destacar y promover aquellas regiones que contribuyen activamente en la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía, reivindicando las diferentes culturas alimentarias, la educación para la salud y la sostenibilidad y la innovación gastronómica. 

 

Pero precisamente, Catalunya es la única región que va a lucir la doble distinción creada por IGCAT, la de Región Europea de la Gastronomía 2016 y a la de Región Mundial de la Gastronomía 2025.  

 

Esta distinción llega tras una ardua evaluación por la que ha pasado Catalunya. El pasado más de mayo un jurado internacional visitó diferentes propuestas relacionadas con la alimentación y el turismo enogastronómico catalán, para conocer de primera mano las potencialidades de la candidatura presentada. 

 

La noruega May BrittHansen, coordinadora de Trondheim-Trøndelag, European Region of Gastronomy 2022 y project manager de Bocuse d’Or Europe 2024, el menorquín Quim Salort, técnico de Producto Cultural en la Fundación Fomento del Turismo de Menorca, y miembro del equipo coordinador de Menorca, European Region of Gastronomy 2022, el georgiano Levan Kharatishvili, CEO y fundador de Creative Strategies Lab y ex Vice Ministro de Educación, Ciencia, Cultura y Deporte de Georgia (2014-2021), y la eslovena Barbara Zmrzlikar, jefa del departamento de Investigación, Desarrollo Innovación y Proyectos de la UE – Agencia Eslovena de Turismo y coordinadora de Slovenia, European Region of Gastronomy 2021, han sido las personas encargadas de evaluar la candidatura catalana. 

Momento de la presentación de la Región Mundial de la Gastronomía 2025

El jurado ha valorado, entre otros aspectos, "la dedicación y la profesionalidad de las personas relacionadas con este ámbito", así como "las ganas de progresar constantemente". También considera que "pocos sitios se pueden comparar con Catalunya, ya que tiene una cocina de primer nivel, donde la fusión de sabores y la excepcional materia prima hacen posible una experiencia gastronómica única". Finalmente, resalta que "los paisajes son testimonio de los compromisos de las comarcas catalanas con la calidad, la sostenibilidad, la tradición y la innovación". 

Nuevas iniciativas para posicionar Catalunya como referente enogastronómico 

Gracias a esta distinción, el Gobierno catalán destinará 9 millones de euros para impulsar toda una serie de iniciativas nuevas con el objetivo de posicionar Catalunya como gran referente mundial de la enogastronomía. Entre éstas, la Semana Internacional de la Región Mundial de la Gastronomía, que tendrá lugar en las principales ciudades y países donde hay Delegaciones del Gobierno de Catalunya, y que incluirá actos diversos como por ejemplo promociones en puntos de venta o restauración, cata de vinos, veladas culturales, debates, experiencias enogastronómicas, intercambios de cocineros, etc.