Restaurante

Con dos estrellas Michelin en el restaurante Voro, de Mallorca, el chef Álvaro Salazar se proclamó campeón del Concurso Cocinero del Año en 2018. Realiza una cocina creativa libre, comprometida con sus raíces y memoria, nutriéndose del entorno, donde el mediterráneo está presente a cada paso. Para él su equipo es una máxima y lleva con el mismo desde hace ya muchos años.

En Voro ya has reafirmado las dos estrellas Michelin. ¿Cómo ha evolucionado la cocina del restaurante en el tiempo?

Voro es un proyecto que abrió en 2018 y ha ido evolucionando cada año. Somos fieles a nuestro estilo de cocina, a nuestra filosofía, pero la inversión en el local en sí y la estructura del negocio han ido creciendo cada año, así como, por supuesto, la oferta gastronómica. Voro crece y evoluciona no cada año, sino casi cada mes, semana o cada día.

El nexo de unión más potente que tenemos es que el equipo de cocina sigue siendo exactamente el mismo que en 2015-2016, cuando ganamos la primera estrella Michelin en otro proyecto, el restaurante Argos. El equipo humano es exactamente el mismo, algo que es un hito dentro de la alta gastronomía a nivel nacional.

Decís que vuestra cocina no tiene limitaciones, ¿Cómo la defines?

La cocina de Voro nace en el Mediterráneo, pero no hacemos cocina mallorquina al uso. Utilizamos como fuente de inspiración las Islas Baleares, pero con una visión bastante más global. No por ello hacemos referencia a cocinas foráneas, porque no hacemos ni un guiño a nada que sea de fuera de nuestro país.

Creo que el estilo de cocina que tenemos, la manera de plantear los platos que creamos en Voro es algo diferencial, porque cada una de las creaciones que hacemos marca una época, una fecha concreta.

Cuando decimos que no tenemos limitaciones, que nadie piense que hacemos cosas extrañas. Somos muy respetuosos con el recetario nacional, pero sobre todo lo que hacemos es mirar los productos desde un punto de vista diferente, o intentando que no sea el mismo que tiene el resto.

Como buen andaluz, ¿la gastronomía del sur está presente también en el restaurante?

Por supuesto, Andalucía está presente en la visión de este entorno que menciono. Por ejemplo, cuando pienso en las almendras de Mallorca, no pienso como un mallorquín o como alguien que se ha criado en las Islas Baleares. En la manera de guisar, pienso más en el aroma de la flor o en la cantidad de grasa que tiene, o incluso puedo recordar las sopas frías de Málaga, a los clásicos ajoblancos…

Cuando pienso en cocina, me retrotraigo a aromas o a recuerdos que tengo desde la infancia, pero con los conocimientos y técnicas que tengo a día de hoy. Aplicando técnicas y mirando el producto siempre de una forma muy cauta y muy respetuosa, intentamos entender cuáles son sus características para poder hacer platos donde nuestra personalidad se vea reflejada.

¿Cómo empezaste en la cocina?

Estudié cocina, y a los 17 años conseguí llegar a mi primer "stage" en un restaurante de 1 estrella, y vi el respeto, la jerarquía, las estructuras que por aquel entonces eran bastante más sólidas que ahora, pero me llamó la atención y me gustó lo que era la alta gastronomía: llevar a la excelencia la cocina en sí, algo que me pareció muy interesante. A partir de ahí, poco a poco y trabajando, en un corto periodo de tiempo decidí que ese era mi futuro.

Tras las dos estrellas, ¿A qué más aspiráis?

Voro creo que aspira a la máxima excelencia, con todo lo que conlleva. Si te basas en la Guía Michelin y en sus parámetros, si seguimos trabajando como hasta ahora, quizás en un futuro podamos conseguir las tres estrellas, a base de mucho trabajo, constancia y haciendo las cosas de la mejor manera posible.

Un equipo muy comprometido, que año tras año, día tras día, va dando lo mejor de sí, creo que casi de forma natural, si vas hacia arriba, no te estancas y no te das por contento con lo que ya tienes, si no pierdes tu filosofía y te concentras al 100% en lo que realizas cada día, no es ninguna locura pensar en conseguir otra estrella en un corto o largo plazo.

Como ganador del Concurso Cocinero del Año en 2018. ¿Qué representó para ti?

Me apunté porque quería llamar la atención sobre lo que estábamos haciendo el equipo en Argos, pero para mi sorpresa, la misma semana en que fui seleccionado para la semifinal, nos dieron la primera estrella Michelin, con la responsabilidad que eso conlleva.

Incluso pensé en no ir, si perdía la semifinal… ¿Qué credibilidad tenía? Gané la semifinal, y luego la final. El concurso me abrió muchísimas puertas en cuanto a visibilidad. El mismo año fue la semifinal del concurso y la estrella Michelin, y al año siguiente ganar el Concurso Cocinero del Año. Además, venía con mi equipo, que somos muy buenos amigos, así que con frecuencia recordamos alguno de estos momentos que van pasando en la vida, que son muy divertidos.

Este año eres jurado de la final de este certamen el 21 de marzo en Alimentaria & Hostelco

Estuve en la ronda eliminatoria de Murcia, así que conozco a los participantes. Ganar un concurso de cocina no es solo cocinar rico. También hay que hacer cosas interesantes, especiales. Un par de finalistas me llamaron la atención. Hay algunos que ya se han presentado otras veces, y hay gente que intenta hacerlo bien y se presenta con mucho cariño y mucha ilusión por hacer las cosa bien.

¿Cómo crees que ha cambiado la hostelería en los últimos años?

La cocina tradicional está de capa caída, y no hay más que ver los restaurantes que inundan las calles de las ciudades. Casi todo es producto de quinta gama, y antes eso no sucedía, al menos en España. Se abrían bares, tascas o restaurantes donde se comía producto y se comía cocina. Es verdad que ahora hay mucha información, no sé si conocimiento, porque para conocer hay que entender y trabajar mucho, pero información sí, pero no creo que se esté utilizando de la mejor manera posible.

Y tampoco creo que ahora sea el mejor momento de la alta gastronomía. Es verdad que tenemos un momento de expansión. La inversión es muy diferente. Para trabajar con las guías prestigiosas de restauración debes tener un presupuesto determinado. Antes era cocinar, que vengan los críticos -de Michelin, por supuesto, que para mí es la más razonable y la más coherente-, y cuando comían te daban una valoración… Pero hoy en día hay multitud de intereses, agencias, contactos. La crítica gastronómica no es lo que era. Ahora hay "foodies", que muchas veces no saben ni lo que es un pimiento, no tienen formación y todo es un poco ridículo a mi parecer. Pero es normal, es lo que conlleva el exceso de información que tenemos.

Digamos que estamos en un momento delicado de la cocina. No creo que esté todo perdido, por supuesto, porque hay muy buena cocina en nuestro país, y en el mundo.

 

Joven y emprendedor, Vicent Sanchís es chef y asesor del restaurante Origens Essència de nostra cuina, de La Pobla de Vallbona (Valencia). Tiene claro que le gusta cocinar con los productos de su zona y ello es lo que hace en este restaurante. Cree firmemente que un chef debe estar enfocado en la sostenibilidad, el respeto al ciclo de vida de los animales y en el reciclaje.

¿Cuál es tu cargo/trabajo en el restaurante Origens Essència de nostra cuina?

El cargo que desempeño actualmente en el establecimiento es asesor del mismo, ya que por motivo de otros trabajos, estudios y diversos funciones que desempeño en diferentes grupos, me limita la actividad en el restaurante además de actualmente estar pasando por un proceso de cambio en la organización del restaurante.

¿Cómo defines tu cocina que puede probarse en Origens?

Definiría mi cocina como un reflejo de mi visión y mis sentimientos. Digo esto porque me encanta poder reflejar historias de nuestra cultura, de nuestro territorio, de nuestros recuerdos… en la propia cocina que realizo.

Es importante que la cocina en la que trabajo tenga algo bonito que contar, pero por supuesto debe reunir matices que haga que el cliente desee continuar comiendo y disfrutando de la gastronomía que quiero reflejar.

Me gusta representar en mi cocina la tradición, aquella que se cocina con muchas horas, mucho mimo y mucho chup chup!! De los guisos ancestrales y las cocciones largas que forman las bases de nuestra cocina.

Me gusta trabajar con los productos de nuestra zona, dándole protagonismo como no a Valencia ya que es el lugar donde nací. Las partes fundamentales de mi cocina se basan en el producto de temporada, ya que soy seguidor de los productos por su estacionalidad para poder sacarle el mejor rendimiento.

En resumen, quiero que la gente disfrute comiendo lo que nos gusta cocinar, que coman territorio… que coman Valencia!!

¿Por qué decidiste dedicarte a la profesión de chef?

Realmente en un principio siendo muy joven, con unos 15 ansiosos años de edad, no sabía para nada que me gustaba ser cocinero y que mi propósito sería acabar siendo un chef que mostrara su cocina, pero fue a raíz de mis padres y hermana que me involucraron en el mundo de la cocina llevándome a estudiar, y en la propia escuela, a darme cuenta de que este iba a ser mi futuro. No veía el cocinar como un trabajo sino como algo para evadirme del mundo y sacar todo de mi cabeza para solo centrarme en cocinar y aprender cocinando.

Fue en mi primer trabajo donde, además de coger el verdadero gusto a la cocina, me formé junto a grandes chefs en Valencia, y gracias a ellos fue el trampolín para empezar a crecer dentro del mundo y ver la cocina como mi pasión.

 ¿Quién te inspiró para dedicarte ello?

Familia, jefes de cocina que he tenido a lo largo de mi carrera y mi yo interior que siempre ha querido continuar formándose y aprendiendo de todo aquello que sucede a mi alrededor.

¿Es la primera vez que participas en un certamen como el Concurso Cocinero del Año 2024? ¿Qué representa poder estar en un concurso de tales características?

Sí, poder participar en este prestigioso concurso es todo un sueño, estar rodeado de estos magníficos chefs que presentan sus menús y poder estar codo con codo con ellos es algo único e impresionante. Es todo un placer poder conocer a los grandes chefs de España y juntarnos por un motivo: La gastronomía y sus diferentes puntos de vista.

Está claro que todo el mundo quiere ganar este tipo de concursos, pero sobre todo hay que ver el aprendizaje que nos vamos a llevar y el nivel que habrá entre todos los concursantes. Ese es el mejor premio que nos llevamos… nuevos amigos, nuevos aprendizajes y nuevas formas de ver la gastronomía.

Al final para mí se trata de concursar: de querer superarte día a día, innovar y contextualizar tu cocina.

¿Cómo crees que debe ser actualmente un chef? ¿Qué rasgos debe tener?

Pienso que un chef hoy en día debe ser, antes que todo, cocinero, es decir, saber dónde está y ser el líder de su grupo pero sin querer hundir a las personas de su alrededor. El chef en la actualidad debe de ser muy aventurero, viajero, curioso y sobre todo nunca parar de aprender y estudiar porque en la cocina no hay fin y cuando crees que tienes nociones de algo o sabes un poco te das cuenta de que todavía te quedan miles de técnicas y productos por conocer.

¿Qué retos tenéis los chefs dentro de este sector?

Como chefs tenemos como reto principal, bajo mi criterio, el respeto al medio ambiente, el respeto al ciclo de vida de los animales y de nuestro entorno, respeto al reciclaje, y paralelamente a esto, la promoción de todos aquellos nuevos cocineros para que nuestra gastronomía española nunca pare de crecer.

Hoy en día se habla mucho de la sostenibilidad y la verdad creo que aparte de cocinar tenemos que centrarnos en estos gestos que van a hacer progresar nuestro mundo y dar el ejemplo a los diluentes cocineros para que sean conscientes de que al final la cocina sale de la naturaleza y para ello hay que cuidarla.

 ¿Cómo te ves en unos años? ¿Qué te gustaría hacer?

Me gustaría continuar disfrutando, aprendiendo y divirtiéndome en la cocina, creo que, aparte de desear logros, lo bonito de este mundo es la familia que vas formando a lo largo de los años y la verdad que continuar aprendiendo de mi gente y de los nuevos chefs que están por conocer ya me llenaría de gratificación. Sí es verdad que a nivel personal me encantaría poder llegar algún día a representar nuestro país y competir a nivel mundial con la intención de continuar posicionando a España en el lugar que merece y ser partícipe de ello junto con los grandes chefs que forman nuestra selección española de cocina y que compiten con muchísimo esfuerzo y dedicación para dar visibilidad a nuestro país y posicionarlo entre los mejores del mundo a nivel gastronómico.

El avejentado foco comercial de Oxford Street, en Londres, se regenera de la mano de tiendas como la musical HMV o el macro restaurante Kebhouze, abierto el pasado 21 de diciembre. Es el kebab más grande de Gran Bretaña.

Nadie podía suponer que, tras la importancia adquirida en Alemania por el kebab (actualmente hay 40.000 locales que consumen 400Tm de carnes, cada día) en el segmento snacking, Gianluca Vacchi, play boy italiano (Bolonia 1967), hoy influencer con rentables negocios, que lo han hecho millonario, usara este producto para triunfar en la hostelería.

Su primer Kebhouze lo abrió en Milán en diciembre del 2021 y, en tan solo dos años, lo extendió por Roma, Genova, Turin y Venecia hasta ofrecer 35.000 servicios al día, en 23 locales. Su expansión internacional la inicia en junio pasado, en Ibiza, y ahora acaba de abrir en Londres.

Pero ¿Qué es Kebhouze? Según Vacchi: “Kebhouze” es una experiencia absolutamente novedosa. A pesar de ser un plato extremadamente simple, en torno al kebab existe un problema de desconfianza en términos generales. Superarlo y ofrecer un producto realmente bueno era nuestro objetivo cuando decidí emprender esta aventura, y lo hemos logrado. He buscado que cada ingrediente sea de la máxima calidad y el resultado es único y excepcional”.

¿Qué podemos encontrar en este especial kebab?

En Londres, el local para 100 comensales se ubica en un edificio de tres pisos, con juegos de arcade, futbolín, videojuegos y zona para arte callejero, como el que expondrá el artista británico Philip Colbert, también conocido como, The Lobster, en el segundo piso.

Todo esto para disfrutar, como no, de un menú híbrido (se ofrecen burgers de black angus) de comida rápida, con kebabs con cuatro tipos de carne: pollo, ternera con pavo y ternera estrictamente Halal, además de la versión vegana, elaborada con proteínas de guisantes y sin el uso de soja, procedentes de la empresa suiza Planted Food Ag. Y para los niños se ofrecerá un Kebmy Meal.

Fuente: Kebhouze

Por primera vez, en los locales de Vacchi, los clientes encontrarán salsas y bebidas con recarga gratuita y será el primer Kebhouze que tendrá un KebCafé, siempre dentro del local, que anticipa la apertura de la tienda, todos los días, a las 7 de la mañana con un servicio que incluye, además de la cafetería, opciones dulces y saladas.

La impronta mediática de Vacchi se exhibe en Kebhouze a través de su mascota Palloncini. Un globo corpóreo con una cabeza que asemeja un kebab coronado. Palloncini está por doquier en la vida de Vacchi con Kebhouze y ello ha saltado a las redes sociales y al merchandising que ofrecen los restaurantes.

Fuente: Kebhouze

Kebhouze es "la casa de kebab más grande" de Gran Bretaña desde su inauguración el 21 de diciembre. El director general para UK, Oliver Zon, comentó: “Cuando se trata del Reino Unido, o lo haces a lo grande o te vas a casa. Por supuesto, decidimos hacer algo mejor que eso e ir por el más grande, abriendo la casa de kebab más grande del país.”

En España aún se recuerda, en la primera década del siglo XXI, el boom del kebab en la restauración organizada y en especial dos cadenas que compitieron por su hegemonía. De un lado, Döner Kebab Instambul, que llegó a tener 50 locales, con una ejemplar cocina central en Casarrubios del Norte (Toledo) y, por otro, la canaria Abbasid Döner Kebab (ADK) que, en febrero del 2008, fue comprada por Eat Out y años después vendida a Carpisa. En ambos casos, dichas marcas ya no son, en la actualidad, lo que fueron.

Aitor López lleva el mediterráneo recorriéndole las venas desde que nació. Este orgulloso valenciano, de Xàtiva, sueña un futuro profesional de vuelta a su tierra para abrir allí su propio restaurante, pero hoy, está al frente de los fogones del Citrus del Tancat, en Alcanar, junto a las aguas del Delta del Ebro. Por eso no es de extrañar que presuma de crear unas propuestas "con las que disfrutamos de nuestra cocina: mediterránea, de tradición y recuerdos". Y donde los proveedores del entorno juegan un papel esencial, por sus productos pero, y sobre todo, por su calidad humana.

Se autodefine como un cocinero muy polivalente gracias a su crecimiento en restaurantes tan diferentes entre sí y reconoce que, aun llevando 14 años en el oficio, siente que esto no ha hecho más que empezar. Los últimos tres los está disfrutando, y mucho, en el restaurante del hotel Tancat de Codorniu tratando de crear un destino gastronómico dentro de este hotel con encanto. Y lo ha conseguido gracias también a su equipo, tanto de cocina como de sala, para el que solo tiene palabras de admiración y agradecimiento y al que define como su ‘familia gastronómica’.

Dices que descubriste tu pasión por la cocina a los 12 años. ¿Cómo fue eso?

A. L. Cuando mi madre o mi padre cocinaban en casa, yo les ayudaba. Recuerdo que me sentaba en un taburete delante de un cubo de basura donde pelaba las patatas y en ese entorno me sentía tranquilo, a gusto y realizado, simplemente pelando una patata. Al poco se le comuniqué a mi padre, el cual se puso en contacto con Ferran Adrià y me llevó con tan solo 13/14 años a pasar un día con él en la cocina de El Bulli. Fue la primera vez que pisé una cocina profesional.

¿Cómo defines tu trayectoria hasta llegar donde estás actualmente?

A. L. La defino como corta. No sé si es el término correcto, pero es lo que siento. Llevo 14 años vinculado a la cocina, y empecé en restaurantes de barrio donde daba de comer yo solo a 60/80 personas. ¡Imagínate! Pero poco a poco he ido creciendo hasta formar parte de alguno de los restaurantes de mi tierra, algo que siempre había sido mi sueño.

El vivir este crecimiento dentro de restaurantes completamente diferentes me ha servicio para ser un cocinero muy polivalente y, sobre todo, para darme cuenta cada día de todo lo que me queda por avanzar, crecer y evolucionar. Por eso creo que, aun con 14 años en el oficio, cuando me vuelco en mi primer proyecto personal donde tengo que ser yo el que determina qué se sirve en cada mesa, siento que todo esto no ha hecho nada más que empezar.

Formado en Valencia y Castellón, ¿qué importancia le das a los estudios y las prácticas de un futuro cocinero?

A. L. Creo que unos buenos estudios son indispensables para poder empezar en el sector, así como unos buenos cimientos para entrar en una cocina con cierta seguridad en ti mismo. Creo que las prácticas o ‘stages formativos’ son, en muchos de los casos, la única manera que tiene un cocinero de trabajar en el restaurante que sueña.

En mi caso, estoy aquí justamente porque cuando pude, invertí mis ahorros en pasar unos meses en la casa que siembre había soñado, formándome, y ha sido, sin duda, una de las mejores decisiones de mi vida profesional. Pero también creo que un cocinero se forma en las cocinas, en los libros y en las mesas de otros restaurantes.

¿Qué es lo mejor de tu profesión? ¿Y lo menos bueno?

A. L. Un día un cocinero me dijo: "Hay dos tipos de cocineros, los que trabajan de cocinero y los que son cocineros". Estas palabras las llevo grabadas. Yo elegí ser cocinero y asumir todo lo que este oficio conlleva, como trabajar los fines de semana, pasarme el día en el restaurante, perderme fiestas y eventos… Y parte de mi entorno no lo entiende y puede que para ellos esta parte sea la menos buena, pero para mí va implícito en mi oficio, en lo que soy y no lo veo como negativo, sino como parte de lo que decidí ser.

Lo mejor, sin duda, mi familia gastronómica que he creado en torno a cada restaurante donde he pasado un tiempo. Compartir una buena mesa con compañeros del oficio con el simple objetivo de disfrutar de la gastronomía y de su compañía es, sin duda, de los mejores regalos de este oficio. Pero lo mejor de todo es disfrutar de los servicios de cada día, que aunque haya tensión y exigencia, nunca deben faltar unas buenas risas en torno a los fogones.

¿Cuál es la diferenciación, gastronómicamente hablando, que tiene el restaurante Citrus del Tancat?

A. L. Citrus es mediterráneo, tradición y recuerdo y creo, aunque suene raro, que esto es lo que le diferencia. En Citrus encontrarás sabores super reconocibles, los de toda la vida que a todos nos gustan, pues es lo que llevamos comiendo desde siempre y, al final, es con la cocina que disfrutamos, nuestra cocina.

Hacer disfrutar a un comensal de nuestro territorio con unas alcachofas con sepia, limón y perejil es más complicado creo que con, por ejemplo, un ceviche, pues los que vivimos en el Mediterráneo llevamos toda la vida comiendo con estos registros.

Ya ha quedado atrás la idea de que los restaurantes situados en hoteles están en una categoría inferior. ¿El Citrus es un buen ejemplo de ello?

A. L. Antiguamente se creía que el restaurante del hotel era simplemente un servicio más que cubrir para el huésped, como lo era, por ejemplo, tener un parking o un servicio de masajes en la habitación. Solo se buscaba cubrir la necesidad que tienen los comensales de alimentarse.

Creo que muchos restaurantes, y también es el caso del Citrus del Tancat, nacen ya con el propósito de dar valor a una experiencia más completa y de crear un destino gastronómico dentro de un hotel, como es el Tancat de Codorniu.

¿Qué valor le das al equipo que te acompaña en la cocina? ¿Y en la sala?

A. L. Citrus del Tancat no soy yo, ni mucho menos. Está formado por un equipo con el que no creo que tenga la suerte de volverme a rodear tan fácilmente. Álvaro Centeno, como jefe de cocina, junto a Xavi Melchor y el resto de la cocina son, si duda, el alma de la propuesta. Sin ellos, que defienden este proyecto y cada una de mis elaboraciones igual o más que yo mismo, este proyecto no tiene sentido.

Pero si conseguir compañeros que se impliquen en la cocina es complicado, en la sala parece imposible. Nosotros, por suerte, contamos con unos compañeros que serían difícilmente reemplazables, como Susanna Krcivoj, la líder de este equipo, junto a Felipe y Rossi son el otro pilar que sustenta este gran proyecto, defendiendo cada día el trabajo que hacemos todos en esta casa.

¿Cómo elegís los proveedores? ¿Qué características han de reunir para formar parte de vuestra lista de la compra?

A. L. Tengo más claro que nunca que no se eligen proveedores, sino personas que te ayuden en tu proyecto. Poco a poco seguimos conociendo más productores de nuestro entorno que, una vez conoces su persona, producto y filosofía, es prácticamente obligatorio trabajar con ellos.

Citrus del Tancat es tu primer proyecto personal y en solitario. ¿Habrán más? ¿Cómo ves tu futuro?

A. L. Algún día tendré un restaurante donde cocinaré yo solo, delante de una barra, algo muy pequeño en mi pueblo, Xàtiva (Valencia). Pero eso será cuando crea que ya lo he hecho todo. Yo en la cocina siempre digo que una de las cosas más bonitas que tiene la gastronomía es que cuanto más sabes, aprendes y camino recorres, más te das cuenta del poco conocimiento que tienes y lo mucho que queda por recorrer.

Así que, por lo visto, mi casa estará en la comarca del Montsià, en el Tancat de Codorniu y en el Delta del Ebro por mucho tiempo, parece.  Jajaja… Este camino acaba de empezar porque llevamos 3 años cocinando en Citrus y solo tenemos ganas de seguir evolucionando, creciendo nosotros y ver crecer el proyecto que tanto sacrificio nos está costando. Además, cada año nos sentimos más seguros con el proyecto y con los compañeros del sector de nuestro entorno.

¿Por qué te presentaste al concurso de Cocinero del Año? 

A. L. Siempre he tenido este concurso como un referente a nivel nacional, sobre todo para nuevos cocineros emergentes. Al final, es algo que claramente ocurre vista la trayectoria que han llevado compañeros que han pasado por aquí en las pasadas ediciones. Nunca había podido pensar que podría estar al nivel que requiere un concurso de este calibre y este año pensamos que tendríamos alguna oportunidad y me propuse intentarlo, aunque nunca pensamos ni siquiera pasar el corte a la semifinal del Concurso de Cocinero del Año.

Pero lo has pasado, eres finalista. ¿Qué significa esto para ti?

A. L. Ir a la final con estos 6 compañeros es, sin duda, el reto más grande de mi carrera. Vamos con nervios, respeto y responsabilidad a partes iguales, por lo que significa estar en ese escenario. Ahora vienen meses de afinar la propuesta e ir con la máxima seguridad que vamos a ofrecer la mejor versión de nuestra casa y, sobre todo, con muchísimas ganas de vivir una competición rodeados de estos 5 chefs que, seguro, se convertirán en parte del núcleo duro de chefs de nuestro país en un futuro no muy lejano.

Hay muchas frases que pueden definir a un restaurante, pero el que regentan María Egea (1994) y Marco A. Iniesta (1995) en el centro de Murcia podría ser una: “Con la cocina se pueden decir muchas cosas, y con cada plato contamos nuestra historia”. Lo que esta joven pareja está consiguiendo con Frases (nombre de su establecimiento) es ubicar la cocina tradicional murciana en lo más técnico y vanguardista de la coquinaria. 

Abierto en 2018, su pequeño establecimiento ya luce con un Sol de la Guía Repsol, y está también engatusando a los de la Guía Roja. El buen trabajo de María en la Sala y de su compañero y pareja, Marco, en cocina, convence, y mucho. Su fórmula, respeto por el producto de proximidad y una interpretación muy personal de la tradición culinaria murciana. Pero a pesar del dominio de la técnica y el perfeccionismo profesional, ninguno de los dos ha posado por escuela alguna. Ambos se confiesan autodidactas. Marco, descubrió su pasión por la cocina aprendiendo a hacer croquetas con su madre, que es cocinera profesional. Mientras que a María, a la que conoció en su primer trabajo, le embrujó la magia de la sala mientras trabajaba de camarera. Ambos han sido, además, seleccionados para alzarse como Cocinero Revelación del Año en Madrid Fusión. 

Ambos autodidactas y ya habéis conseguido abrir vuestro propio restaurante ¿⁠Por qué decidís dar ese paso tan importante?

ME. Cuando trabajábamos juntos, ambos íbamos ahorrando para el futuro y también viajábamos juntos para conocer restaurante. Fue tras uno de esos viajes, concretamente cuando volvimos de Girona, del Celler de Can Roca, cuando decidimos que queríamos abrir nuestro propio restaurante. Pero éramos muy jóvenes, teníamos 23 años. Éramos muy lanzados y pensamos que o lo hacíamos en ese momento, o no podríamos en el futuro cuando se complicase todo más. Así que a los 20 días de volver, dejamos ambos el trabajo y emprendimos de manera privada el negocio. 

Y en 2018, os lanzáis a “hablar” cocinando y a enlazar "frases". ¿Por qué ese nombre?

ME. La verdad es que una de las partes más difíciles de la apertura de un restaurante, si no la más difícil, es ponerle el nombre. Nosotros siempre intentamos transmitir algo a través de lo que hacemos. Por ejemplo, en el Menú degustación nosotros siempre decimos que cada pase es una frase de la historia que al final queremos contar con todo el menú, con toda la experiencia que se vive en nuestro restaurante. 

Solo seis mesas, siguiendo el modelo de muchos restauradores que apuestan por los negocios pequeños, familiares… ¿Creéis que es el futuro?

ME. Sí, son solo 6 meses con capacidad para 14 comensales y no doblamos turnos, no generamos prisas al cliente cuando se sienta a nuestras mesas. Y esa es nuestra apuesta, un restaurante de formato pequeño. Descubrimos la rentabilidad de esta fórmula en la pandemia. No pudimos trabajar porque no teníamos terraza, el aforo del 30%… Fue la peor situación vivida, porque además, sin fondo económico, porque solo llevábamos 2 años abiertos. Pero allí, nos dimos cuenta de que un equipo pequeño, que se pueda manejar de manera más fácil, es mucho más rentable. Pero además de en lo económico, en lo experiencial. Queremos que el cliente que entra se sienta especial, único, y que sepa en todo momento quién le está atendiendo, quién le está cocinando. Y que se acuerden de las cuatro personas que trabajamos en el restaurante y sepan nuestras caras y nuestros nombres. Queremos crear también ese vínculo emocional. 

En una frase, ¿cómo es vuestro restaurante?

ME. Es un lugar donde evocar recuerdos antiguos. De ahí nos viene el trabajar la cocina tradicional murciana, pero con nuestro toque moderno. 

¿Cómo interpretáis la cocina murciana? ¿Hasta dónde se puede catar la tradición y hasta dónde la vanguardia?

ME. La cocina murciana la interpretamos con versiones modernas. Nos basamos en recetas tradicionales. Por ejemplo, en la Región de Murcia tenemos un plato muy típico que es la ensalada murciana. Es a base de tomate, que suele ser en conserva, cebolla tierna, atún en conserva, aceitunas negras y aceite de oliva. Nosotros lo que hacemos es poner nuestros tomates pera en conserva, que hacemos nosotros. Y hacemos un flan de tomate con todo el sabor del tomate. Alrededor espuma de tomate. Y añadimos una tierra liofilizada de aceituna negra y añadimos el atún de máxima calidad, el atún rojo. Sería un ejemplo. 

Además del menú degustación, con más innovación y creatividad, tenemos una carta de temporada. En esta ofrecemos cocina más sencilla, pero basada en unos productos de máxima calidad, que cambia según la disponibilidad de la materia prima. 

⁠Un plato que defina Frases.

ME. Hay un bocado en concreto que nos lleva acompañando los cinco años que llevamos abiertos: un buñuelo de queso. Es un queso de la Región de Murcia, de San Javier, el Abuelo Ruperto, elaborado con leche cruda de oveja de su propio rebaño. Un queso de corteza lavada que tiene un sabor súper intenso y que nosotros hacemos en forma de buñuelo, terminando con una masa frita con un toque de miel. El contraste es muy agradable. Es un plato que los clientes nos piden que nunca cambiemos. 

En enero os podéis proclamar Cocinero Revelación, pero es un premio a una pareja. ¿Cómo afrontáis esa final?

ME. Pues la final la afrontamos con mucha ilusión. Desde el momento en que José Carlos Capel nos nominó, estamos muy ilusionados. Es un momento muy importante de nuestra carrera. Porque nos hace ver que estamos haciendo bien las cosas. Porque una persona como él que se fije en nosotros es ya todo un premio. Y más, porque nosotros estamos cocinando en la Región de Murcia, en una zona que todavía no ha eclosionado la gastronomía. Si tuviéramos la maravillosa suerte de ganar para nosotros, sería increíble, como un sueño. Y hacerlo en pareja, es perfecto, porque al final nosotros somos pareja en lo profesional y en lo sentimental, para lo bueno y para lo malo. 

¿Qué pensáis que ha gustado tanto como para designaros finalistas?

ME. Yo creo que lo que más les ha gustado es que todo tiene un hilo conductor: platos tradicionales, producto reconocible, pero con ese toque moderno y que Marco está solo en cocina y da el servicio solo. Y, supongo que, el hecho de estar en la Región de Murcia también influyó, porque aquí todo es más complicado. 

Definir ahora en una frase vuestra cocina y en otra vuestra sala (o propuesta de vinos)

ME. Cocina desde la pasión. En la Sala, hacer sentir al cliente como si estuviera en su casa. Es un restaurante pequeño, como si fuera el comedor de casa. 

Sois jóvenes, emprendedores… ¿Cómo veis vuestro futuro o cómo os gustaría que fuera?

ME. Queremos seguir afrontando cualquier reto y evidentemente algún día conseguir una estrella Michelín, ese sería nuestro sueño. Sería una recompensa a todo el esfuerzo, pero también por la Región. Nos gustaría ser la punta de lanza de la alta gastronomía murciana. 

⁠Y como esto va de Frases, una más para definir la gastronomía murciana actualmente, según vuestro punto de vista (podéis ser críticos o no). ¿Qué mejoraríais?

ME. Desde hace dos años la cocina murciana está en auge, gracias a las instituciones que están impulsando el turismo y la gastronomía. Pero nos queda muchísimo camino. La Región es la gran desconocida en lo gastronómicamente hablando. Todavía tiene que venir mucha gente de Madrid, de Barcelona, de toda España y de fuera, para descubrir que la Región tiene muy buena calidad de productos, de cocina y de cocineros, tanto jóvenes como mayores, que lo hacen muy bien.

El primer restaurante Rocacho está situado en la calle Padre Damián, de Madrid, y en su día ya fue proyectado por el estudio Cuarto Interior. Recientemente, acaban de finalizar el trabajo del nuevo local, en la Plaza Marqués de Salamanca, con toda la esencia del asador moderno que también desprende su hermano mayor.

El estudio se ha inspirado en su filosofía para diseñar el segundo local de este aclamado restaurante especializado en cocina a la brasa. Y para ello se ha basado en el uso de materiales naturales como la piedra y la madera, que conviven con las tonalidades de la tierra, el vino y el fuego.

Rocacho
Las tonalidades naturales tierra, vino, fuego, piedra y madera protagonizan el interior del nuevo espacio Rocacho. ©Juan Pericas

A efectos de materiales, se han utilizado revestimientos cerámicos brillantes combinados con paredes pintadas con arcilla, mobiliario mayormente diseñado y fabricado a medida en mármol y madera, así como tapizados oscuros de suaves tejidos. En palabras de José Manuel Fernández, director ejecutivo del estudio de interiorismo, "nuestro foco ha sido recrear un ambiente de asador elegante, sofisticado y moderno".

Un espacio interior y tres terrazas para el nuevo Rocacho

Para el proyecto de interiorismo del segundo restaurante Rocacho se ha aprovechado la amplia planta arquitectónica del local, con el objetivo de crear diferentes ambientes. Así pues, su gastronomía tradicional sin artificios la puede degustar el comensal en su espacio interior, acogedor y elegante. Pero también puede elegir entre sus tres terrazas, dos abiertas y una cerrada.

Rocacho
La terraza del nuevo Rocacho es un espacio muy luminoso y acogedor. ©Juan Pericas

Con este planteamiento, se puede comer de manera más formal, cómodamente sentado, o bien con la idea de picotear en una atmósfera más desenfadada, en la barra equipada con sillas altas.  En este sentido, “hemos buscado que todos los clientes encuentren su sitio y se sientan muy cómodos en el nuevo Rocacho. Tanto los que buscan degustar un aperitivo de manera informal, como los amantes de las largas sobremesas”, explica Germán Álvarez, director creativo de Cuarto Interior.

Este 2023, el mítico restaurante L’Esguard ha reaparecido en el Alàbriga Hotel & Home Suite 5*GL de Sant Feliu de Guíxols (Girona), y lo ha hecho en estado puro, 15 años después de haber pasado por Estados Unidos, Japón, China… Fue, posiblemente, uno de los restaurantes más interesantes del país, y ahora, lo sigue siendo. Porque su creador, el neurólogo y chef autodidacta Miguel Sánchez Romera lo ha ido manteniendo vivo siempre.

Y es que, este “artista” culinario -parte de la prensa internacional lo consideró un chef único en el mundo y el mismo Ferran Adrià lo calificó de genio-, traslada su pasión por la vida y por la ciencia a cada plato. De hecho, más de una vez ha asegurado que él piensa en los comensales igual que lo hace con sus pacientes, de ahí que el bienestar y la salud sean sus objetivos prioritarios.

La suya es una cocina plagada de experiencias personales. Vivencias culinarias únicas, que traslada tanto en L’Esguard, como al espacio más informal del hotel, el Sea Club.

Iconos de la Cocina Modernista, el chef y su proyecto preservan en L’Esguard Alàbriga una identidad propia con la que buscan honrar el pasado y, al mismo tiempo, actualizarse para reflejar la armonía entre naturaleza, sabores y sensaciones. De hecho, en este crecimiento personal el “neurochef” ha evolucionado y se acerca aún más si cabe a su objetivo. “Lo más apasionante para mí sigue siendo explorar el mar y la tierra haciéndome eco de la necesidad de entender que debemos cuidar a la naturaleza viva igual que a nosotros. Por lo tanto, el sabor “eco-saludable” es mi lema”.

Sr. Sánchez Romera, acaba de desembarcar en el hotel boutique Alàbriga Hotel & Suites 5*GL para hacerse cargo de todas las áreas gastronómicas. ¿Cómo afronta este nuevo reto en su larga trayectoria profesional?

SR. ¡Bien, muy bien! Es más que un proyecto, es un verdadero complejo gastronómico, con un restaurante japonés Sushi Iro, otro es el Sea Club, con las grandes cocinas del mundo y una carta muy amplia que trata de interpretar a varias cocinas relevantes en el mundo de la gastronomía y alguna de ellas reinterpretadas sin perder su esencia. Y, al mismo tiempo, L’Esguard – Alàbriga de alta cocina.

Quince años después de que dejara Sant Andreu de Llavaneres trae hasta la Costa Brava su proyecto más personal, l’Esguard. ¿Será la ubicación definitiva para su propuesta gastronómica?

SR. En realidad, la esencia de l’Esguard nunca había vuelto a Cataluña hasta que la dirección del Hotel Alàbriga me propusiera este desafío tan ilusionante. Es decir, que l’Esguard reaparece en estado puro tal y como usted dice 15 años después de haber estado en Estados Unidos, Japón, China, entre otros países.

En el arte, a diferencia de la ciencia, todo se puede empeorar y todo se puede mejorar. Yo, personalmente, estoy de nuevo en la esfera de la alta cocina en el Hotel Alàbriga. Es aquí, donde aspiro a todo y a nada al mismo tiempo. Si consigo lo que busco, que es la armonía entre lo que pienso de la cocina y lo que realmente llego a hacer con ella, es cuando me siento la persona más feliz del mundo.

¿Cómo ha evolucionado aquel L’Esguard que tanto sorprendió a los paladares más exigentes? ¿Qué encontraremos (y degustaremos) hoy en l’Esguard del original (del de hace 15 años) y qué nos sorprenderá por novedoso?

SR. Siempre he hecho lo mismo a lo largo de mis años como chef de alta cocina, sigo refundando mis clásicos y adaptándome a las sensibilidades gustativas más actuales del mundo gourmet, y paralelamente, tenso mis ambiciones para llegar a realzar nuevas creaciones que puedan superar a las anteriores. Eso hace que siga creciendo y que mis aspiraciones no tengan techo, otra cosa diferente es llegar a saber si lo podré conseguir. Lo más apasionante sigue siendo explorar el mar y la tierra haciéndome eco de la necesidad de entender que debemos cuidar a la naturaleza viva igual que a nosotros. Por lo tanto, el sabor “eco-saludable” es mi lema.

Sala del restaurante L’Esguard
Sala del restaurante L’Esguard

Un plato que nunca dejaría de cocinar.

SR. El Pichón de Bresse en “crochet”, que lo he hecho durante más de 20 años y que en l’Esguard Alàbriga será el número 125, en honor a una recomendación que me hizo uno de los grandes cocineros franceses cuando me dijo: “debes ponerles número a tus platos de Pichón”. El actual está hecho a la brasa de leña sobre un damero que representa un Chutney de mango seco y una Tatin de sobrasada.

El más nuevo que le ha “fascinado” crear y elaborar.

SR. Una Bisqué de mar con algas, mousse de gazpacho, “velouté” de aguacate y “grillée” de gambas de la costa.

Siempre se ha definido como el neurólogo que cocina (no el cocinero que es neurólogo). ¿En qué momento se encuentra como chef, como creativo, como gastrónomo y como restaurador?

SR. Sigo y seguiré siendo un médico que cocina, por lo tanto, mis responsabilidades como médico deben consistir en una ética y una sensibilidad sobre todo con aquel que sufre. Este sentimiento es adictivo, porque ayudar al otro y a la sociedad centra toda tu vida. Mientras que, en la cocina, ser sensible a todo eso te hace mejorar la visión que debes tener sobre la importancia de la gastronomía en su totalidad.

Uno de los platos del chef Sánchez Romera
Uno de los platos del chef Sánchez Romera

¿Cómo ve la cocina catalana en la actualidad? ¿Más creativa que nunca, menos creativa, más repetitiva, falta de nuevos talentos, o exuberante en talento?

SR. La cocina catalana sigue evolucionando y lo seguirá haciendo, entre otras cosas porque es casi perfecta. Pero, yo sigo pensando, desde hace más de 20 años, que aún se necesita teorizar en profundidad y reflexionar de forma conjunta entre todos los que pertenecemos al mundo de la cocina catalana actual. Porqué solo de esa manera colaboraremos a sentar las bases y consolidar una evolución continuada y respetuosa con la historia de la cocina catalana del pasado para ver con más lucidez el futuro de la nueva cocina catalana. Y ponerle un corazón y un cerebro que se merece.

¿Cree que a las grandes cocinas les resulta casi imposible avanzar ajenas a las tendencias?

SR. De verdad no lo creo, yo tengo una receta que pocos lo saben y los que lo saben a veces no me entienden ni me creen. Desde que me hice un chef profesional de alta cocina he dejado de ir a restaurantes de alta cocina, cosa que normalmente hacen mis compañeros de profesión. La razón es que no me gustan las influencias ni las tendencias, prefiero interpretar yo mismo mis ideas y mis sentimientos. He preferido aprovechar a donde me ha llevado el viento a vivir y trabajar en países que yo considero que tienen cocinas “madres” y en ese sentido me he metido dentro de aquellas cocinas de donde me he sentido muy identificado y que han sido más que una guía una referencia, como, por ejemplo, haber trabajado y vivido en Japón, China, Estados Unidos…

Descubrir el nuevo restaurante Banquet Barcelona es disfrutar de un delicioso viaje al pasado para recuperar las sensaciones de un local como los de antaño, concretamente, de los años 50. Y este mérito se debe al trabajo que ha realizado el estudio Carlos Martínez Interiors en un proyecto basado en el minimalismo de aquella época aprovechando la estructura arquitectónica actual tan bellamente imponente.

 

Ha influido mucho también la ubicación del local. Banquet Barcelona está en el emblemático barrio del Raval, uno de los más dinámicos y diversos de la ciudad, donde cada día pasean miles de turistas, precisamente, para deleitarse con la esencia popular que conservan sus calles estrechas y su ambiente bohemio. Sin duda, la mejor carta de presentación de este nuevo establecimiento que acaba de abrir sus puertas.

La acristalada fachada del Restaurante Banquet Barcelona permite visualizar su interior. ©Oriol Aleu)
La acristalada fachada del Restaurante Banquet Barcelona permite visualizar su interior. ©Oriol Aleu)

Nada más entrar, llama la atención la luminosa marquesina de cristal catedral a tres tonos que recibe al visitante y que se extiende a lo largo de la barra principal de mármol blanco país que recorre todo el lateral de la fachada con vistas a la Plaza de los Gatos, cuyas grandes cristaleras bañan de luz natural el interior del local. Junto a éstas y frente a la barra, se han situado diferentes mesas perfectamente alineadas.

 

Este es el salón principal del restaurante donde, además, se ha creado otra zona de mesas junto a la entrada, en la parte más interior, junto a la pared, recorridas por un banco tapizado en un llamativo color verde cuyo respaldo destaca por su sinuosa forma de ola, creando un agradable dinamismo visual.

La mini-barra contacta visualmente con el trabajo de la cocina que está abierta. ©Oriol Aleu)
La mini-barra contacta visualmente con el trabajo de la cocina que está abierta. ©Oriol Aleu)

En la distribución realizada por Carlos Martínez Interiors conviven diferentes ambientes para responder a las diversas experiencias que se busca ofrecer al comensal. Porque a continuación de la barra principal se sitúa una pequeña barra, la del chef, donde se puede comer con vistas a la cocina abierta. Esta zona se encuentra al final del local y junto a una pared retroiluminada presidida por una gran vinoteca.

 

La estudiada iluminación juega un papel clave en la ambientación del restaurante, creando un espacio cálido y agradable, muy en línea con la decoración tan sofisticada y elegante que se presenta. Y esta puesta en escena se magnifica gracias al reflejo en los espejos que visten el espacio, especialmente en la zona del sofá verde de formas orgánicas que va cobrando vida conforme se avanza por el salón.

El revestimiento de la pared destaca por su refinado estampado en tonos neutros. ©Oriol Aleu)
El revestimiento de la pared destaca por su refinado estampado en tonos neutros. ©Oriol Aleu)

En líneas generales, el interiorismo combina materiales como el roble tintado oscuro de los arrimaderos de las paredes, el mármol blanco país, el verde de los tapizados y la madera de roble de las mesas, dando como resultado una conseguida ambientación antigua, estilo que también se ha querido reflejar en los baños con los diferentes elementos elegidos.

 

En palabras del estudio Carlos Martínez Interiors, “el reto del proyecto ha sido fusionar dos conceptos que pueden parecer contrapuestos: el refinamiento de un Bistrot francés con el ambiente de una cocina barcelonesa”. Y aunque no se ve pero es de suma importancia, la acústica se ha cuidado también mucho para lograr la excelente experiencia de confort y tranquilidad que se vive en el restaurante.

Pocos espacios evocan al mar, el cielo y Barcelona. Por ello en Azul, el nuevo proyecto del chef con estrella Romain Fornell tiene a la ciudad como eje central siendo un rooftop en la Barceloneta donde gozar despierto. Lo haremos gracias a sus increíbles vistas y una cocina fuera de serie, y no es una exageración. Desde la décima planta del edificio Ocean, se ven los barcos, el mediterráneo, la montaña y toda la ciudad a vista de pájaro en sus vistas 360º.

Azul terraza

La conexión de Fornell y Barcelona

Que este restaurante se sitúe en este lugar no es casualidad. Aunque nació en Toulouse, el cocinero ha afirmado en varias ocasiones que se siente barcelonés y que ama profundamente la ciudad, donde reside desde hace más de 25 años. “En Azul buscamos un nombre que tuviera connotación española y algo muy mediterráneo, y al mismo tiempo que represente lo que es Barcelona, una ciudad moderna en un entorno mediterráneo”, comenta a Caternewsdigital el chef.

 

El nuevo espacio se incorpora al grupo de restaurantes dirigidos por Romain Fornell desde su marca Goût Rouge: Caelis (con una estrella Michelin), Casa Tejada, Tejada Mar, Rooftop Ohla Barcelona, Café Turó, La Plassohla y Le Grand Café Rouge. El cocinero dirige también la restauración del Hostal de la Gavina y de la Taverna del Mar de S’Agaró, en la Costa Brava.

 

La diferencia de este restaurante con los otros de la ciudad es que “tiene una vista espectacular, estamos en un lugar fantástico, donde comer, tomar cócteles, escuchar música, hay un dj, y todo ello difiere bastante del resto de proyectos de Goût Rouge. No es sólo un restaurante, es un lugar donde ir con la familia, con amigos… para disfrutarlo”, nos explica.

 

El chef comenta que están seguros que quien venga repetirá porque es un lugar único. La conexión de Fornell con Barcelona está clara y con Azul lo vuelve a demostrar. Enamorado de la ciudad, de sus vistas, gentes y la gastronomía, y preguntando por todo ello, nos comenta que nos falta reconocer que esta ciudad es la mejor el mundo. “Muchas veces nos comparamos con otros y no hace falta, lo tenemos todo, debemos aprovecharlo, compararse con otro lugar es absurdo”.

azul espacio interior

Mirando al mar soñé…

No hace falta soñar, Azul es real. Este rooftop sustituye al restaurante Blue Spot, el local por el que Shakira y Gerard Piqué apostaron hace años y que, en esta nueva etapa, está destinado a convertirse en el nuevo place to be de la ciudad.

 

Hablamos de un nuevo espacio gastronómico de 1.200m2 con vistas 360º al mar y a la ciudad donde sentarse a almorzar, cenar o tomar una copa en un ambiente relajado. Todos los espacios del restaurante tienen una identidad propia y un interiorismo cuidado al detalle donde el color azul nos acompaña todo el rato, sea por el color de sus paredes, o por el telón de fondo.

 

100% mediterráneo en todos sus sentidos, la cocina del restaurante se jacta de pescados y mariscos recién capturado por los marineros del Moll del Rellotge, además arroces mixtos y marineros, ensaladas frescas y grandes piezas de carne cocinadas a la brasa. Así, el fuego se convertirá en otro de los elementos centrales de la oferta gastronómica de Azul.

 

La propuesta de vinos y coctelería es otro de los motivos para visitar esta novedad, pues como él mismo ha declarado, para las puestas de sol y las noches, hay una carta variada de cócteles y creaciones de autor, que se podrán degustar en eventos exclusivos con música en directo.

azul interior

Retos y expansión del grupo

Los retos de los chefs actuales son muchos. Fornell lo sabe y nos remarca que es importante saber crear equipo y liderar, “y que se preserve a los equipos, para lo que hay que hacer un trabajo de fondo”.

 

Preguntado por la sostenibilidad en el sector de hostelería, el chef tiene claro que hay que seguir unos parámetros que ya están marcados y luego que tu negocio te permita poder avanzar, “no voy a dar lección ni ejemplo a nadie sobre la sostenibilidad; ahora hay normas marcadas que deben cumplirse”.

 

La apertura del nuevo restaurante reafirma la apuesta de Goût Rouge por seguir creciendo y expandiendo su negocio en Barcelona. El grupo de restauración que lidera sigue demostrando su pasión por una ciudad que es cada vez más cosmopolita y abierta, y que cuenta con una oferta gastronómica de referencia a nivel internacional.

Goût Rouge ya tiene diez locales en Barcelona que evocan y representan los valores y el estilo de vida mediterráneo. Todos ellos con una personalidad propia, una carta fiel a sus raíces y un interiorismo cuidado. “Nuestra filosofía y pasión es hacer felices a los clientes a través de nuestra gastronomía, de base francesa y carácter barcelonés, en espacios singulares”, explica.

 

El chef siempre tiene algo entre manos, “ahora vamos a un negocio al año más o menos, algunos han ido bien y otros mal, y procuremos que vayan mejor, pero tenemos un equilibrio y es muy positivo”, nos adelanta. Así que esperamos nuevos restaurantes donde lo inimaginable es posible.

azul rooftop barceloneta pescado

El murciano Antonio Chacón es el nuevo Presidente del Jurado del Concurso Camarero del Año. Pocas personas en el país tienen más formación y experiencia como para ejercer dicha función. Nacido en Cuatro Caminos, en la pedanía murciana de Zarandona, Antonio “ha mamado” el oficio desde la cuna. Con apenas cinco añitos ya asomaba la cabeza por la barra del bar que regentaban sus padres. Allí empezó un largo camino que le ha llevado hasta ser uno de los profesionales de sala y expertos en hostelería, más prestigiosos de Murcia y de España.

 

Maître, sumiller y Barista Skills (Speciality Coffee Association), profesor de Sala en el Centro de Cualificación Turística de la Región de Murcia (Instituto de Turismo de la Región de Murcia), profesor de Servicio y Atención al Cliente en el Grado de Gastronomía en la Universidad San Antonio Ucam en la capital murciana, presidente de la Asociación de Profesionales de Sala de la Región de Murcia y vicepresidente Coordinador del concurso Camarero del Año. También es asesor gastronómico, formador homologado de los vinos de Jerez y Montilla Moriles, miembro activo en la Federación Nacional de Sala y miembro de la directiva de la Asociación de Barman de Castilla León. Con este currículum aún le queda tiempo para publicar dos libros de hostelería y para firmar en la revista Gastrónomo durante una década la sección “Secretos de Sala". Miembro de WaiterServices (la primera agencia de profesionales de sala en España), también es coordinador general del Congreso de Gastronomía Región de “Murcia Gastronómica”, y coordina los espacios gastronómicos de la RM en San Sebastián Gastronómica, Alicante Gastronómica, Fitur y Madrid Fusión, entre otras. Y además, es gerente de Antonio Chacón Hostelería, empresa dedicada a crear eventos dentro y fuera de la región, siendo su especialidad la búsqueda constante de un servicio excelente en sala.

Antonio, antes de nada, felicidades por su nombramiento como nuevo Presidente del Jurado del Concurso Camarero del Año, certamen al que está vinculado desde hace años ¿Qué ha supuesto para usted este nombramiento? 

AC. Muchas gracias, creo que es un reconocimiento a todos estos años de trabajo, primero como jurado, luego jurado técnico, más tarde jurado coordinador y ya en mi última etapa, como vicepresidente. En todos estos años, siempre tuve el compromiso firme de dar mi mejor versión, poner mis conocimientos, todas mis ganas y mi experiencia para hacer que este concurso sea un referente, no solo nacional (que lo es sin duda alguna), también internacional y ser ese espejo donde todo el sector se puedan mirar y utilizar, para profesionalizar aún más a su personal de sala. La gran familia, que es El Camarero del Año, me ha tratado siempre con respeto y cercanía, ha sido un trabajo de equipo y ha conseguido ser un motor de motivación para el sector.

Antonio Chacón
Antonio Chacón

¿Qué objetivos se marca como Presidente del Jurado? ¿Qué reto se ha marcado? 

AC. Pues ante todo, que sigamos en esta cadena ascendente de profesionalización del sector de la sala y mostrar a todo el mundo la importancia de tener a los mejores profesionales, para que en todo momento, sean la imagen del local, acompañando y multiplicando los platos, la decoración, los vinos, etc.

 

Mi reto personal es hacer ver a los empresarios de todo el territorio nacional, que deben apostar por la sala para dar el mejor de los servicios, posicionando aún más sus locales y poniendo en valor el trabajo de todo el equipo humano que conforma su negocio.

¿Por qué cree que deben existir concursos como éste?

AC. Pues, sobre todo, porque visualizan la gran labor del personal de sala, sus habilidades, y destrezas. También porque sitúan el trabajo de tantas especialidades que, sin duda alguna, están encaminadas a hacer más felices a los comensales y también, por qué no decirlo, poner cara a esas personas que pueden ser un referente para esos futuros profesionales, así como tener modelos a los que querer imitar. 

¿Qué cualidades cree que ha de tener, hoy día, un camarero?

AC. Ante todo, don de gentes, empatía, amar su trabajo, querer mejorar cada día, aprender y controlar cada parte de su trabajo, estudiando y especializándose en barista, coctelería, sumiller (aceite, aguas, quesos, etc.), atención al cliente, idiomas, etc. 

¿Cree que el oficio, la profesión de camarero, está “en crisis”, está siendo devaluada por las nuevas praxis de algunos hosteleros que contratan a personal poco cualificado? 

AC. ¿En crisis? Para nada, lo que si creo es que hay hosteleros que aún no se han dado cuenta de que el éxito de su negocio, en parte, está en tener personal de sala cualificado, motivado, así como reconocido y pagado. Tengo muchos compañeros de profesión que así lo hacen y les va de maravilla y, además, son conscientes de que su éxito se basa en valorar y reconocer a su equipo de forma equitativa, desde cocina, office, sala o limpieza.

Un camarero sirve un plato en un restaurante
Un camarero sirve un plato en un restaurante

¿Es la desmotivación del las nuevas generaciones el gran “cáncer” de la profesión?

AC. Mira, soy segunda generación de hosteleros, he aprendido y amado esta profesión gracias a mis padres y debo decirte que mis hijas, aunque han estudiado otras carreras, me manifiestan lo felices que les hace trabajar conmigo en la empresa, lo privilegiadas que son cuando atienden a los clientes y estos, les felicitan por su buen hacer. Muchos jóvenes lo que quieren ver en esta profesión es que esté normalizada, con horarios, con sueldos equiparados a su formación y es ese el camino para que no haya desánimo, y lo vean como lo que es, la profesión más bonita del mundo (al menos para mí). Hoy en día existen muchas escuelas de hostelería, centros de formación, donde todos estos jóvenes encuentran la oportunidad para formarse y emprender una carrera laboral.

¿Cuál es, a su parecer, el presente y el futuro del personal de sala?

AC. Pues, como te decía anteriormente, el presente y el futuro pasa por la especialidad, la formación y cualificación del personal, pasa por el sentido común tanto del empresario como del trabajador. También deben imperar nuevos sistemas laborales, basados en modelos de otros países, donde los turnos hacen mucho más fácil la conciliación familiar, y poder dedicarse a hacer otras cosas, tan necesarias para el día a día de una persona.

Cada vez se van viendo en determinados bares o restaurantes de España más “robots camareros” ¿Qué opina de estos “avances tecnológicos”?

AC. Hay cosas que jamás podrá sustituir un robot, y no digo que me parezca descabellado que se hagan ciertas incorporaciones robóticas, solo que ciertos momentos, cercanías o experiencias no se pueden sustituir.

 

El año pasado tuve la oportunidad de viajar a la exposición universal en Dubai por motivos laborales y allí pude ver ciertos robots que te preparaban una copa, créeme, nada que ver, demasiado frío.

También hay otros avances aplicados a su sector, como por ejemplo, las aplicaciones de comandas y pagos automatizados, como por ejemplo, Yummin?

AC. La tecnología es un medio, no un fin y se encuentra a nuestro alcance para servirnos y hacernos más sencillas ciertas tareas. Todas estas aplicaciones, no solo son positivas, sino que se hacen imprescindibles en nuestros negocios y debemos saber aplicarlas a nuestro día laboral. Debemos verlas como lo que son, herramientas de trabajo, que además, debemos adaptarnos a su manejo y por complicadas que parezcan están para hacernos la vida más fácil.

En lo profesional, personalmente, ¿cómo se define?

AC. Un apasionado de mi trabajo, centrado y meticulosamente organizado. No me gusta dejar cabos sueltos, la gestión forma parte de todo. Me gusta delegar, nunca dejo la supervisión y siempre me gusta evaluar el resultado final. Intento buscar la mejora constante en la excelencia del servicio de sala y que mi estilo trasladado a mi equipo hable por sí solo.
¿Qué cualidades cree tener para haber llegado hasta donde está ahora?
AC. Ante todo, creo que soy buena persona, humilde, sin olvidar nunca mis raíces, de donde vengo y hacia donde voy. Pasión por lo que hago y también un empeño máximo en querer mejorar cada día, ya que un verdadero profesional de sala jamás deja de aprender, de especializarse y querer cualificarse en todo aquello que pueda hacer feliz a sus clientes.

¿Qué tres consejos le daría a un joven indeciso que no sabe si dar el paso o no darlo hacia su profesión?

AC. Primeramente, que les guste este mundo, que sean capaces de visualizarse en él y sentirse orgullosos de poder decir que son camareros. Segundo, que no dejen de formarse jamás, pues en la cualificación estará la base para tener un puesto digno, bien remunerado y valorado. Y tercero, pero no menos importante, que sean capaces de conciliar este maravilloso mundo de la hostelería con esas pequeñas/grandes cosas que dan sentido a la vida: familia, amigos, tiempo libre y algo muy importante, el respeto a uno mismo.

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